Catedra 1 Abril 2023

Catedra Semana Santa 2023

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor  Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas, y Paz en la Tierra a los Hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en la Tierra como en el Cielo: sea Ahora y Siempre, mis hijos benditos y bienamados, que desciende mi Espíritu Limpio y Puro de la Escala de Perfección hacia la de Jacob, y de ahí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasad Humanidad entera, Congregación amada a tomar de vuestro banquillo y escuchad con atención mi Consoladora Parábola.

Vengo a entregar la luz y la Gracia, la Fuerza y la Fortaleza a todos y cada uno de los que presentes pueden hacerse ante mi Esencia Divina. Más también he venido, mis hijos benditos y bienamados, a recibir a buenos y malos sin distinción alguna de Raza, de Credo, de Color, porque todos sois mis hijos y a todos amo por igual.

He venido a derramar de la Sabiduría, he venido a derramar de mi Esencia, he venido a derramar el Agua de Vida para todos y cada uno de vosotros, mis hijos benditos y bienamados, en esta Bendita Alba llena de Gracia: Alba primicia del mes de Abril, del año del Hombre 2023, en la cual Mi Aposento es entre vosotros, en el cual he venido a entregarte a Manos Llenas y en el cual he venido a decirte -Oh Humanidad entera-  que es el Tiempo del YO SOY.

Más analiza, analiza Congregación Bendita, más el decir Yo Sois no quiero decir que te sientas “el ególatra”, “el todopoderoso”, “el que hace-y-deshace” mis hijos benditos y bienamados.

El YO SOY para todos y cada uno de mis hijos es lo que Eres En Verdad, lo que Haces, lo que Dices mis pequeños benditos. Si tú dices: Amo a mis hermanos, amo a mis semejantes, tú eres Amor, mis hijos benditos. Más si tú dices: Odio a este de mi hermano, os odio a aquel de mi hermano, entonces tú eres Odio mis pequeños benditos y bienamados. Por ello es que te digo es tiempo del YO SOY, pero qué quieres ser mis pequeños hijos: ¿Quiere ser Amor? entregar Amor. ¿O quieres ser Odio? y entregar Odio… Tú sabrás lo que eres mis pequeños benditos, a tu libre albedrío os lo dejo.

Mas así mismo, mis pequeños benditos y bienamados, ve y contempla al Mundo Etérico, al Mundo Celestial, no está tan lejos de ti como tú lo crees mis pequeños benditos y bienamados. Contempla tu mentecilla, contempla tu corazón, contempla tu espíritu, contempla tu ser, ¡he ahí El Mundo Celestial! No tienes que escalar aquella cima tan alta para llegar a él, solamente tienes que sentir, solamente tienes que palparlo y solamente tienes que creer, mis pequeños benditos.

Muchos de vuestros hermanos creen más en el materialismo, creen más en lo que aquellos aparatillos os vienen diciendo y os vienen indicando, porque ya en aquellos aparatillos vas encontrando el medicamento, la parábola, la lectura… y a ser verdad os digo, ¿crees que es verdad mis pequeños benditos y bienamados? ¿O te llenas de mi Luz, te llenas de mi Esencia al estar en mi Casa de Oración?

Todos y cada uno de mis hijos benditos que se alejáis es por aquel materialismo, por aquel aparatillo en el cual creen “que encuentran todo”; más en verdad mis pequeños benditos, confían más en aquel aparato que en tu Jesús Bendito y Bienamado: Encuentran el medicamento, ¿más es apto para vosotros? Encuentran la parábola, ¿mas son las palabras que esperabas, que deseabas leer, que deseabas escuchar? Heme aquí ante vosotros, tocando tu corazón y escuchando su palpitar.

Sé lo que quieres pedirme, Sé lo que quieres hablarme, Sé lo que sientes en este instante  y te lo podría decir uno a uno mis pequeños benditos, más no es menester que lo haga, porque todos y cada uno de vosotros los hago sentir y los hago vibrar con lo que es para cada uno de vosotros. No es menester que diga “Pedro: ¿tú sientes esto, aquello?” y te doy y te entrego. Más a sí mismo, Yo entrego en general y cada quien toma lo necesario, y deja correr para vuestros semejantes lo que no es para ustedes.

Más llénense de mi luz, y llénense de mi Gracia: Les entrego la Sabiduría, les entrego el Entendimiento; en Preparación quiero contemplarles mis pequeños benditos, porque se han estancado porque no hay avance en vosotros, porque sois como “aquel cangrejo” qué lugar de ir para adelante “van para atrás”. Mirar y contemplar que vosotros sois el espejo en el cual se han de reflejar vuestros semejantes y hermanos; vosotros tienen mi Parábola porque la han escuchado, la han sentido, la han palpado, y aún así dudan, mis pequeños benditos. ¿Qué puedo esperar de tu Hermana Humanidad qué dice “conocerme” sin haberme visto, sin haberme escuchado, sin haberme sentido? Y vosotros que me habéis palpado, que me habéis sentido, que me habéis escuchado… hacen caso omiso, hacen del oído sordo, y son faltos de Fe. Puedo contemplar más Fe en aquellos de mis hijos que no me han escuchado, que en vosotros mismos mis pequeños benditos. Más no teman, que el Perdón Yo les entrego a todos y cada uno de vosotros. Más analiza antes de hablar, más toca tu corazón antes de actuar, mis pequeños benditos y bienamados.

Vosotros tenéis el poder, porque el poder os lo he otorgado a todos y cada 1 de vosotros. Si llevas la Fe, si lo hablas en Mi Nombre, tú podrás levantar montañas -mis pequeños benditos-. Pero si vas titubeante y creyéndote “el superhéroe” mis pequeños amados, créeme en verdad que no lograrás ni levantar el dedo meñique de tu mano izquierda. Mas asimismo mis pequeños benditos, haced y actuar todo con Fe y con Amor, y créelo mis pequeños benditos, por qué eres dudando y no solamente dudas de ti mismo, sino me arrastras entre tus plantas, y así mismo vas dudando de tu Jesús Amado.

Ve el Tiempo en el que te encuentras. Contemplen en verdad todo de cuanto careces. Contempla en verdad todo cuanto te hace falta. Contempla en verdad mis pequeños benditos que desmoronándose ha sido el Mundo que te entregué, desmoronando ha sido todo árbol frutal que te otorgue, todo sembradío, porque ahora tierras áridas son. Contempla que el sequío, contempla tus hermanos elementos… ¿Qué más puedes esperar, y qué más quieres que contemple en tus pupilas? ¡Redímete en verdad, mis pequeños amados! No esperes a que vuestro hermano cambie, a que vuestro hermano haga la diferencia… ¡hazla tú mismo, mis pequeños benditos! Empieza por vosotros mismos, empieza por creer en ti, empieza por amarte, por respetarte y por vivir.

Vienes de paso al Haz Terrenal, mientras dure ese instante vívelo con intensidad. Disfruta de lo que te entregué y no anheles “lo que no ha de llegar”. Ama lo que tienes y disfrútalo; no te aferres a lo que no tendrás, no te aferres a “lo que no ha de llegar”, y no te aferres a “lo que no te pertenece”. Aférrate a lo que es tuyo, a lo que posees y disfruta de ello… Salta, camina, grita, canta, y por qué no: y llora a mis hijos benditos, pero hazlo desde aquel Júbilo para que entre la Paz a vuestro interior… Vive y olvídate de lo que ha de pensar de tí tu semejante, de lo que ha de hablar de ti vuestro hermano, no vives para darle gusto a los demás, vive para darte gusto a ti mismo y a tu Jesús amado, porque mientras tú seas en el Jubileo -pero sanamente- ahí estaré contigo, mis pequeños amados.

Más aquellos vicios que te dan el júbilo, te lo dan en un instante en el momento, mis pequeños benditos, no te aferres a ellos. Mira y contempla los tiempos en los cuales te encuentras y analízalos mis hijos benditos y bienamados. ¿Qué esperas de tu Jesús Bendito? ¿Más que esperas de ti mismo, qué esperas de vuestros hermanos, qué esperas de vuestros hijos, qué esperas de todo aquel que te rodea? Si tú no haces el cambio no lo contemplarás en los demás, mis hijos amados. No esperes y no aguardes ahora, te lo dice tu Jesús: Levanta tu calza y sigue a tu Maestro.

No es menester que estés en cuatro paredes esperando y aguardando, cuando la callejuela es muy grande mis pequeños benditos. Habla de mi Palabra, no te la guardes para vosotros mismos mis pequeños amados. Espero y entiendas lo que tu Jesús Bendito ha de entregar.

Mirad y contempla las lágrimas de mi Madre que derramada sois por todos y cada uno de vosotros, no por Mí mis pequeños, porque Yo di la vida por vosotros. Pero heme aquí entre vosotros, mi Madre llora por vosotros por cómo van perdiéndose en las callejuelas, como sois derramando la sangre inocente, como cuando Ella nos quiere tener en su regazo, vosotros sois queriendo correr cuando ni siquiera han sabido dar de vuestros primeros pasos, mis pequeños benditos y bienamados.

Ahora, como lo dijo Mi Padre: Ay de vosotros, mis pequeños, Yo le pido Tiempo, mi Madre les pide Tiempo, Elías pide Tiempo, mas aprovechen ese Tiempo -mis pequeños- para limpiarse y des mancharse, para vivir al máximo pero con Amor, con Rectitud, con Fe mis pequeños benditos… No con mentiras, con blasfemias, con pleitos, con odios -mis pequeños benditos- porque con todo ello se van llenando de ese fango, mis hijos benditos y bienamados.

Oh Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?… Bendito y alabado seas varón bendito. Tomad y llevad de mis Maravillas que he puesto para ti y para los tuyos; no desistas ahora, no desistas de pedir por toda tu Humanidad, porque así mismo estaréis recibiendo a Manos Llenas… Toma y lleva para ti y para los tuyos varón amado, nada ha de faltar porque no es esa Mi Voluntad. Levanta vuestra calza, varón bendito, y sigue a tu Maestro. Hecho ha sido.

En Tiempos atrás y ahora, os lo dije mis pequeños benditos, así estuvieran solamente tres reunidos en Mi Nombre, Mi Presencia será para vosotros y perdonándoles he de ser a todos y cada uno de vosotros por vuestros errores, por vuestras faltas cometidas y sin cometer, he de entregar el perdón a todos y cada uno de vosotros, he de entregar el perdón a todos los de vuestra sangre, a aquellos que sois en odios, en rencores, en pleitos, en asechanzas, porque no se tocan el corazón para hacer maldad.

Mas Yo deseo de entregar el Perdón en esta Agua Bendita y llena de Gracia, mis pequeños amados, si el perdón para vosotros porque limpiados y desmanchado han de ser desde vuestro crisma y hasta vuestra calza, mis pequeños amados: ¡Llénense de Mi Luz, llénense de Mi Fuerza y de Mi Fortaleza!, sacía de vuestra hambre porque Yo traigo el Maná para vosotros; sacía de su sed porque he de entregar el Agua de Vida, mis pequeños benditos y bienamados, ¿qué pueden pedir que no les sea otorgado, mis pequeños benditos?.

Mirad y contemplad a vuestros hermanos que quieren perderse en la maldad, en el egoísmo, en toda aquella avaricia y toda vanidad. Más vosotros solamente tienen que entregar el Sano y el Buen Consejo; si lo toman, qué bueno… y si no, allá ellos. Ustedes cumplen con Mi Voluntad, en entregar Sano y Buen Consejo, mis pequeños benditos, allá ellos que lo tomen o lo dejen mis hijos benditos y bienamados.

Mirad y contempla las albas venideras en las cuales se recuerda cuando dí la Vida por vosotros. En verdad os digo mis hijos, que si fuese por Mí lo volvería a hacer, si con ello supiese que todo se va a remediar, que todo va a mejorar. Créanme mis hijos benditos, que lo haría sin dudar; pero escrito está lo que ha de pasar, y Yo no lo puedo cambiar. Mas así mismo redímanse, aún estáis en el mejor momento, aún tenéis Tiempo, por lo menos para vosotros y para los suyos, mis pequeños benditos.

Lleven una Plegaria a Mi Madre amada. Lleven una Plegaria al Mundo Celestial que se encuentra a vuestro alrededor para que los guíe, y para que ponga aquella barca para que no sean en hundimiento, para que sean saciando de vuestra sed en todo momento, quizás saciando de vuestra hambre en todo instante, siempre en plegaria por vuestra hermana Humanidad, por buenos y malos, porque cuentas claras y precisas me han de entregar llegado el momento, mis pequeños benditos.

Acercarme de vuestras aguas, oh varón bendito. Bendito y alabado seas: Aguas cristalinas que traída sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser y convertidas en Bálsamo de Sanidad… aquel que bebiera de Ellas sano y salvo será porque esa es Mi Voluntad. Derramo una gota de mi Preciosa Sangre de mi costado izquierdo, para que el que beba de Ellas se levante a la Vida y a la Gracia.

Hacedme presente vuestro botón, bendito seas. Primeramente he de derramar este rocío a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío a vuestros gobernantes.  Este Bálsamo de Sanidad sea derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío a los altos montes y bajos. Sea este rocío a los campos y campesinos que daréis el sustento para la Humanidad entera. Sea este rocío a las aguas que sois escasas en el Haz Terrenal, mis hijos. Sea este rocío a todos y cada uno de mis hijos que sois en las callejuelas y no tienen donde cubrirse. Sea este rocío en mis pedestales, este rocío en todos los aposentados ahora. Hoy sea este rocío derramado a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido Pedro bendito. Levanta vuestro calza.

Han recibido a Manos Llenas de mi Madre, de Elías, de mi Padre Eterno y de Mí misma Mano Poderosa: Que así sea cumplida Mi Voluntad en el Haz Terrenal, mis pequeños benditos y bienamados.

No permitan que sea desmoronándose vuestro hábitat, sean haciendo algo por él. Empecemos por vosotros mismos, mis pequeños hijos. Sean apartando la vanidad, sean apartando el egoísmo, sean apartando todo cuanto no les pertenece y aférrense a la Fe y a lo que Yo entrego para vosotros. Cuando seas llamado ante Mí, nada traerás consigo mismos, corazones de buena voluntad, así como llegaron a este Mundo así regresarán al Mío, mis pequeños amados. Vivan en Amor y en Armonía, en Paz y en Tranquilidad; apartense del sendero oscuro, de aquellos lugares tenebrosos y de aquellos vicios, de aquellas malas amistades que no traen nada bueno para vosotros. Llénense de mi Luz, y llénense de mi Gracia mis pequeños amados.

 Yo les pregunto: ¿habéis quedado conformes?, benditos sois. Por vuestra conformidad Yo os entrego a Manos Llenas: Tomen y lleven, mis hijos benditos, del Pan Sin Levadura, del Jergón, la Miel, la Uva. Tomen y lleven mis hijos benditos, estas Monedillas que multiplicadas han de ser en lo material; las llavecitas del trabajo que no faltarán para vosotros, saliendo adelante seréis porque esa es Mi Voluntad mis hijos benditos.

Yo les entrego de mi Bendición: En el Nombre que Soy El Padre + El Nombre que SoisEel Hijo + y El Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Tomar y llevar mis hijos amados.

La Paz sea con vosotros.

 

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)