Catedra 1 Agosto 2023

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor  Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección hacia la de Jacob, y de ahí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasad a tomar de vuestro banquillo humanidad entera, y escuchar con atención mi Consoladora Parábola, que Yo he venido a recibirles a todos por igual sin distinción alguna de Raza, de Credo, de Color, porque todos sois mis hijos y a todos amo por igual.

Benditos y alabados sean los unos y los otros que recibiendoos sois a todos y cada uno de los corazones que pueden hacerse presente en esta Bendita Alba llena de Gracia, alba primicia del mes de agosto del año del Hombre 2023, en la cual Mi Aposento es con vosotros en Espíritu y en Verdad. Porque a sí mismo lo he dicho una y más veces, que en dónde estuviesen dos o tres reunidos en Mi Nombre, presente estaría Mi Esencia con ustedes. Y heme aquí, Humanidad entera, regocíjese vuestro corazón, porque así mismo regocijándose es por estar presente ante la Congregación y la Nueva Jerusalén.

He aquí a Jesús, Jesús de Nazaret. He aquí al Maestro. He aquí a vuestro Padre, que he venido a entregar a Manos Llenas a todos y cada uno de mis hijos benditos y bienamados. 

Mirad y contemplad mi Palma qué os postrando en ella lleváis aquel de vuestro Mundo, aquella de vuestra Tierra, aquella de la Humanidad entera les llevo en este Palmo para acariciarle y para contemplar cada una de vuestros pasos, aquella de vuestra calza, para contemplar cada una de vuestras bonanzas, más para contemplar cada uno de vuestros errores.

Contemplando he sido a todos y cada uno de vosotros, porque no hay poder Humano que así mismo venga ocultándose de mi Pupila Amada: Cada paso que das, cada dedo que levantas, cada palpitar de vuestro corazón, cada uno de tus parpadeos los vengo contemplando Humanidad entera. Más así mismo vengo a contemplar cómo eres en la asechanza, cómo eres en el egoísmo, cómo eres en la vanidad y cómo eres en la idolatría. Así mismo os dice tu Jesús, que contemplándo sois vuestra calza, contemplando sois vuestro pensamiento y contemplando sois vuestro actuar… Cosas sois que no son bien vistas ante mi Pupila Amada; más por otras más se regocija Mi Corazón al contemplarte en verdad.

Oh Humanidad entera, ¿qué puedes esperar de Mí?, si todo cuanto has solicitado os lo he concedido: tenéis el Pan de cada día, tenéis el ropaje, teneis aquel lugar donde cubrirte de la intemperie de los Tiempos, teneis aquella Monedilla que no ha faltado en vuestro bolsillo. Más así mismo ¿qué puedo esperar Yo de vos, mis hijos benditos y bien amados? cuando eres renego y rejego mis pequeños benditos, eres en la cuita y en el dolor, eres en la tristeza y en la agonía, eres en el derramar de lágrimas, más eres también en la mentira y en la blasfemia mis pequeños benditos y bien amados.

Más no quieras hacer más de lo que ya eres; más no quieras experimentar mis pequeños benditos. No quieras juzgar porque seréis juzgados, no quieras mal mirar porque serás mal mirado. No hables mal de vuestro semejante y hermano, porque sellados serán de vuestros labios. Contempla tu andar y corrige ese paso, no juzgues al que va a vuestro lado, no lo mal mires, si no aprende a comprender lleva la Tolerancia -mis pequeños benditos-, porque así como te irritas mis pequeños amados, irritas también al que va a vuestro lado, porque no sabes lo que lleva a cuestas, porque no sabes sus tristezas, sus sinsabores, por qué no sabes por lo que acontece en su andar, y tú solamente juzgas, mal miras, criticas y blasfemas… No mis pequeños.

Mira y contempla que así como los poso en Mi Mano Bendita para acariciarles, también puedo voltear mi Palma y derrumbarlos de ella… ¿Qué es lo que deseas, qué es lo que han hecho, qué es lo que quieres Humanidad amada: A un Padre lleno de Comprensión, de Amor, de Tranquilidad y de Paz? ¿O aquel que en este instante, sea levantándote de tu banquillo y pedirte cuentas claras y precisas por cada uno de vuestros errores, por cada una de vuestras faltas -mis pequeños benditos y bienamados-.

¡Redímeme en Verdad, os lo dice vuestro Jesús amado! Sé el parvulillo qué va en el aprendizaje, en el doctrinar. Aprende, corazones de buena voluntad, de lo que se te va mostrando y de lo que te voy a enseñar.

Aprende a analizar, mis pequeños benditos, porque solamente escuchas y te quedas con lo que te conviene y desechas lo que realmente es para ti. Aprendes a escuchar lo que traigo para tu semejante y hermano, aprendes a retener el llamado de la atención que he traído para otros, pero no retienes lo que es para ti mismo, mis pequeños benditos, porque te es más fácil juzgar que comprender, ayudar, que tolerar… No mis pequeños benditos, escucha, analiza, y labora mis pequeños benditos… No esperes en el letargo porque sorprendidos seréis, mis hijos benditos y bien amados. Abre vuestras pupilas de par en par y contempla lo que hay a vuestro alrededor. No quieras comerte al mundo de un solo bocado, porque te puedes atragantar. No quieras correr, cuando apenas inicias a dar vuestros primeros pasos. No quieras ayudar a la humanidad entera, cuando no sabes ni ayudarte a ti mismo, mis pequeños benditos. Quieres hacer y deshacer, mis pequeños amados, más no sabes ni hacer para vosotros mismos, menos lo sabrás hacer para los demás… ¡Ayúdate a ti mismo, primeramente cree en ti mismo y ámate a ti mismo! Si no crees, si no te ayudas y no te amas a vos, no podrás ayudar a nadie más mis pequeños benditos; porque no eres alimentando a tu Espíritu, porque no han sabido cómo hacerlo, y mira y contempla tantas y tantas veces que te he dicho cómo lo harás, y si te preguntase en este instante no sabrías que contestar.

Por qué echaste en saquillo roto todas y cada una de mis Parábolas Benditas; porque no eres capaz de retener, porque no eres capaz de llevar a cabo lo que tu Jesús Bendito te indica con tanto anhelo, y con tanto afán… porque vas por el camino lleno de pedruscos y de espinos, cuando Yo he quitado el pedrusco y el espino de vuestro camino que has de andar. Pero te gusta tropezar y terminar en otros senderos, porque Yo te he iluminado vuestro sendero, pero te gusta la penumbra y quieres transitar por ese camino lleno de obscuridad. Porque prefieres irte por el camino corto antes que seguirme por el camino largo. Más así mismo te cubres en la penumbra, te cubres en la oscuridad, ¿por qué piensas que ahí no te he de contemplar? Más es un gran error, mis hijos benditos y bien amados.

Te gusta lo fácil, mis pequeños benditos, por qué no sabes labrar la tierra, porque quieres aquella vaina ya cortada y abierta, porque no eres capaz de levantar una mano para labrar vuestra propia tierra, mis pequeños benditos, no estás en aquellos Tiempos en el cual solamente estirabas la palma y todo se te era entregado. Ahora se te da la Semilla y la tienes que sembrar, la tienes que regar, la tienes que cuidar: Sembrar, Cosechar, Almacenar y usarla mis pequeños benditos. Pero si no sabes hacerlo, no me culpes a Mí de qué “nada te otorgo”, “nada te doy” y “nada te complace” mis pequeños benditos; porque todo lo postro para vosotros, tú eres el renego y el rejego, el egoísta y el vanidoso… ¿Que no lo quieres contemplar? porque solamente ves hasta donde tus pupilas te lo permiten, cuando amplio es el miraje que Yo te otorgo, que Yo te obsequio mis pequeños benditos…

Más no temas que he de entregarte de nueva cuenta aquel Camino limpio de pedruscos y de espino, iluminado con el Faro Luminoso… Apartaré tu ropaje hecho jirones y postrándote he de  ser del Ropaje Engalanado, he de limpiar y desmanchar desde tu Crisma y hasta tu calza; he de entregarte la Paz y la Tranquilidad, la Sabiduría y el Entendimiento, para que no seas más en el error -mis pequeños benditos y bien amados-.

Oh Pedro Bendito, ¿qué puedo esperar de ti?… Bendito seas, varón amado. Que Yo he de limpiar desde tu crisma y hasta tu calza, y he de alimentar de vuestro espíritu, he de entregarte el Agua de Vida varón amado, te entrego Sabiduría y Entendimiento, Paz y Tranquilidad… Aparto la Pereza y te levanto de tu letargo para que seas adelante, sin tropiezo alguno. Toma y lleva varón, levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.

Benditos y alabados sean todos y cada uno de mis hijos. Despertar del letargo, mis pequeños y a la alerta a la alerta. Mirad y contemplad cómo es vuestro Mundo en decadencia, en deterioro, mis pequeños benditos. Sé en cada paso que des, sembrando aquella Semilla que has de ver, contemplar, que germina mis pequeños benditos. Sé en la ayuda de vuestro semejante y hermano; más no quieras sanar de vuestra alma, sanar de vuestro cuerpo de vuestros hermanos… Para ello no tienes La Potestad, porque a sí mismo para ello te envío a mis seres de Luz, a mi Mundo Espiritual, porque tú no posees ese poder, porque no te ha sido otorgado. Porque así mismo puedes dar el “medicamento material” erróneo, mis pequeños benditos. Acércate a Mí primeramente, y abre tu corazón de par en par, y Yo te lo entregaré a Manos Llenas todo el Medicamento Espiritual que tú necesites para ti y para los tuyos, mis pequeños benditos y bien amados. Más no te des aquellos “aires de grandeza y de superioridad”, porque estarás en el error, mis pequeños benditos.

No seas más en aquellas faltas, en aquellos errores, mis pequeños amados. Sé abriendo tu corazón en todo momento y en todo instante, para que puedas recibir de grande manera y para que puedas sentirme que estoy junto a ti, mis pequeños benditos. Para que veas y contemples que no te abandono ni un solo instante, ni un solo momento como lo haces tú con mi Hijo, porque tú sí eres olvidándote de Mí,  porque tú sí eres dándome de la espalda, porque eres acudiendo a Mí solo cuando me necesitas, y Yo no soy así… Porque estoy a tu lado en todo momento y en todo instante cuando me haces el llamado, y más tardas en terminar tu frase cuando Yo ya estoy presente, mis pequeños benditos.

Nunca dudes de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza, porque hecho has sido conforme a Mi Imagen y Semejanza, más tú vas en el error, porque dudas, porque no llevas la Fe, porque eres lleno de vanidad en todo instante, vas en el egoísmo… Lleva positividad en tu pensamiento, en tu corazón, en tu alma; siempre sé positivo, siempre mis pequeños benditos, pues lo vuelvo a decir: ¡Ámate a ti mismo y así mismo, amarás a vuestros semejantes! Cree en ti mismo, y así mismo saldrás adelante mis pequeños amados.

Hacedme presente vuestras aguas. Bendito y alabado seas… Aguas cristalinas que traída sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, apartando lo que no les pertenece y cubiertas han de ser por Mi Mano Poderosa. Una gota de Mi Preciosa Sangre, cual bálsamo de sanidad, será en multiplicación; aquel que tomare de estas Aguas, sano y salvo será porque esa es Mi Voluntad… Hacedme presente vuestro botón. Bendito y alabado seas.

He de derramar estas Aguas, primeramente a vuestra Escala. He de derramar este Rocío < vuestras aguas que convertidas seréis en Agua de Bálsamo de Sanidad. Sea derramado este Rocío a las lejanas y cercanas comarcas. Sea derramado este Rocío a los mares, lagos y ríos. Sea derramado este Rocío a los campos y campesinos, a los caminos y caminantes, a las cárceles y presidios, orfanatos y asilos donde se encuentran mis hijos. Sea derramado este Rocío a vuestros amuletos y antorchas. Sea derramado este Rocío a todo ser viviente en el Haz Terrenal, a mis Elementos benditos. Derramado sea este Rocío a todas aquellas altas y bajas mandatarios que sean tocando su corazón, a todo aquel de mi hijo que van derramando la sangre inocente. Sea derramado este Rocío a todos y cada uno de mis pequeños presentes y ausentes, a sus hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido, varón amado. Levanta vuestra calza  y sigue a tu Maestro.

Cumplida ha sido La Voluntad del Todopoderoso. Cumplida ha sido La Voluntad de Mi Madre Amada. Cumplida ha sido La Voluntad de Elías. Y cumplida Mi Voluntad en todo momento y en todo instante. Mas no seas alimentándote más de la negatividad; no seas alimentando de la sangre derramada; no seas alimentando vuestra alma, ni vuestro espíritu de todo lo que no es bien visto ante Mi Pupila y a la de mi Amado Padre.

Mas sé en el Sendero de Luz y de Gracia, dejando atrás el egoísmo y vanidad, no seas en el apego, porque no necesitas tener a nadie a tu lado para ser feliz. La felicidad sois vosotros mismos, si vosotros se quitan de esos apegos seréis feliz, porque siempre queréis aferrarse a una persona, a un objeto para ser feliz. Porque siempre anhelas lo que no has de tener.

Apártate del materialismo y apártate de aquellas personas que te hacen daño. No necesitas de nadie para estar en Paz, para estar en Tranquilidad y para amarte a ti mismo. No mendigues amor cuando no te sabes amar a ti mismo. No busques la felicidad donde no habrás de encontrar. Aliméntate de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza. Lleva la Paz en vuestro corazón. Lleva el Amor en ti mismo y en lo que tienes, no en lo que deseas tener.

Contempla a tus hijos y aférrate a ese amor. Contempla a tus padres, cuídales y ámales porque ellos te entregaron lo mejor de sí mismos para vosotros; ahora os toca a vosotros entregar a ellos.

Ámense los unos a los otros, mis pequeños benditos. Contemplen lo que postro para vosotros, lo que hay a vuestro alrededor y no lo destruyan, porque deteriorado ya está. Constrúyanlo, ármenlo porque está hecho trozos, y en sus manos está el que vuelva a quedar completo mis pequeños benditos. Espero me entiendan y comprendan lo que he venido a entregar para vosotros.

Yo os pregunto, ¿habéis quedado conformes? Bendito y alabado seas, que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos Llenas: Tomen y lleven mis hijos benditos del Pan Sin Levadura, del Jergón, de la Miel y de la Uva. Tomar y llevar estas Monedillas que multiplicadas serán en lo material. Tomen y lleven mis hijos benditos, las Llavecitas del Trabajo, nada faltará en vuestro hogar, en vuestro mesar y en cada uno de vosotros, si vosotros mismos llevan la Fe y el Amor en vosotros mismos.

Tomar y llevar mis hijos benditos, de Mi Bendición: en el Nombre que Sois El Padre + en El Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo +

Cortas mis Palabras, pero llenas de Amor.

Mi Paz sea con vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)