Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Pastor Elías, el Anciano Venerable
Canalizado por: Hermana Concepción
¿Amas al Padre, amas al Hijo, amas a la Luz Bendita del Espíritu Santo? ¿Crees en el Padre, crees en el Hijo, crees en la Luz Bendita del Espíritu Santo? ¿Esperas en el Padre, esperas del Hijo, esperas de la Luz Bendita del Espíritu Santo?
He aquí al Anciano, he aquí al Hombre, he aquí al Pastor ante vosotros, para redimidos vuestros corazones, para llevaros a orillas del Río Jordán y limpiar y desmanchar vuestra lanecillas, para que sean blancas y blanquecinas cual copo de nieve.
Benditos y alabados, ovejas y corderos que presentes pueden hacerse ante la Casa de mi Padre amado. Mirad y contemplad los Cielos y la Tierra, como es que gimiendo y llorando sois; mas bienaventurados los corazones que presentes pueden hacerse ante la Casa del Todopoderoso, para limpiar y desmanchar desde vuestro Crisma y hasta vuestra calza. Benditos y bienamados sean, ovejas y corderos.
Solamente he venido para depositar para vosotros el Faro Luminoso que ha de iluminar de vuestro sendero, para que trabulando seas de grande manera. Más en Preparación en Preparación os lo dice vuestro Pastor, ovejas y corderos; no seas saltando aquel cerquillo que hay puesto tan alto para que seas resguardado con aquel ovejal amado, no seas desviando tu sendero, ovejas y corderos; no seas como la oveja descarriada que va siguiendo su propio sendero sin encontrar el pastizal, para satisfacer de vuestra hambre, sin encontrar aquel charco dónde saciar de vuestra sed: he aquí que tienes el Maná Divino, he aquí que tienes el Agua de Vida. No tomes caminos equivocados, ovejas y corderos.
Limpio y desmancho vuestra sandalia; os otorgo este Faro que ha de iluminar vuestro sendero. Sé sumiso y obediente, ovejal amado, y postrando un tronco más al cerquillo bendito para que no seas saltando de aquél, y seas prevaleciendo en el corral amado. Toma y lleva, ovejas y corderos, que no falte para ti la Luz, la Gracia Divina, la Fuerza y la Fortaleza.
Mi Paz, sea contigo
(canto: “Vuela suspiro del alma…”)
Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Santa María de Israel, Nuestra Madre Amorosa
Canalizado por: Hermana Concepción
El Ángel del Señor anunció a María, el Ángel del Señor anunció a María, el ángel del Señor anunció a María y ella concibió, por gracia del Espíritu Santo. He aquí la Madre. He aquí a la Mujer. He aquí a la Hija. Benditos y bienamados sean, mis hijos, mis polluelos amados.
¡Benditos y alabados sean mis polluelos amados! que arropándolos sois en mi Regazo Bendito cual polluelos con aquella intemperie de los tiempos. Sé en sumisión y obediencia, os lo dice a vuestra Madre. Sé en Amor mis hijos benditos y bienamados.
Mira y contemplad al Haz terrenal como es llorando lágrimas de sangre. Más asimismo así se encuentra mi Corazón, corazones benditos y bienamados.
Contemplad en verdad mis hijos benditos, cuán Amor llevo por cada uno de vosotros, sin importar –mis pequeños benditos– los errores que hayas cometido y que vayas a cometer, pues todos sois mis hijos y a todos os amo por igual.
Contemplad las fechas venideras, y llénense de Amor. Regocijo sea en vuestros corazones y Paz y Tranquilidad para vuestros hogares, mis pequeños benditos y bienamados. Sean en plegaria por aquellos que han partido al regazo de mi Hijo bendito, al Regazo del Padre amado; sean en plegaria mis pequeños amados, por vosotros que prevalecen en el Haz Terrenal, mis hijos benditos. Alba por alba estaré pidiendo y suplicando por vosotros, para que redimidos y llenos de Amor, seáis por el sendero.
Llénense de mi Luz, y cúbranse con mi Manto tachonado de estrellas –mis hijos benditos y bienamados– que ahora y siempre os llevaré en mi Regazo Bendito, llenándolos de Amor. Hasta pronto, mis hijos benditos y bienamados.
(Adios Reina del Cielo…)
Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro
Canalizado por: Hermana Concepción
Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las alturas y mi espíritu sea entre vosotros, mis hijos benditos y bien amados, que asimismo presentes sois en Espíritu y en Verdad ante vosotros. Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto.
Pasad a tomar de vuestro banquillo humanidad entera y escucha con atención mi Consoladora parábola.
Benditos y alabados sean los unos y los otros, y regocíjese su corazón abierto de par en par, porque habéis recibido a mi Madre, habéis recibido al Pastor; asimismo, mis hijos benditos, recibe la fuerza y la fortaleza de mis Ángeles, Serafines y Querubines que presenten pueden hacerse ante vosotros.
Benditos y alabados sean, Congregación Amada, benditos y alabados sean Pueblo amado de Israel, que limpiando sois vuestro sendero desde temprana hora, para que así mismo seas llegando con bien a vuestro destino.
Mira y contempla las cuatro paredes que te reciben. Mira y contempla el techo que protege de la intemperie de los tiempos. Oh mis hijos benditos y bien amados, qué pueden esperar del Padre, qué pueden esperar del Hijo y qué pueden esperar del Espíritu Santo. He aquí a las divinidades ante vosotros.
Privilegiados sois vosotros, mis hijos benditos y bien amados. ¡Más ay de aquellos que conociéndome sois, dando la espalda a tu Jesús bendito! ¡Mas ay de aquellos, mis hijos benditos, que saliendo sois del Redil Bendito para el ir al libre albedrío! Mas bienaventurados sean aquellos que aún sintiendo el dolor, prevalecen frente a Mí, porque así mismo privilegiados han de ser en todo momento y en todo instante.
Mira y contemplad cómo se encuentra vuestro Haz terrenal ¿qué has hecho con él, mis hijos benditos y bienamados?
Más así mismo en alba primicia del mes de diciembre, del año del Hombre 2020, en el cual un lustro más ha de determinar culminando con tristeza, culminando con dolor, culminando con desolación en vuestros corazones. Benditos. Aún aquellos que han prevalecido en esa prueba de dolor, de tristeza, de soledad, de desolación, y de enfermedades. Fuerza y fortaleza les he de entregar de grande manera.
Mas no teman y no lloren por aquel que se va, sino llorad por vosotros que prevalecen en el dolor. Porque aquellos que transitan hacia mi Solio Bendito liberados sois de la desolación que hay y que habrá en el Haz Terrenal. Mas vosotros que ocupan un lugar en este mundo, en esta Tierra, sois los que deben de orar por vosotros mismos, porque aún vuestras pupilas no han contemplado del todo lo que ha de venir. Si han visto desolación y dolor, esperar y aguardar a lo que ha de venir. Habéis resistido, mis pequeños hijos, hasta esta alba bendita, llena de gracia, más Fuerza y Fortaleza les he de entregar para lo que viene para vosotros, mis pequeños y bienamados hijos.
Más no temiendo sean, porque he contemplado y escuchado el palpitar de vuestro corazón: Oh mi Jesús, por qué envías este dolor, por qué nos mandas esta enfermedad, por qué nos envías la tristeza. En verdad de viva voz os dice tu Jesús: no sois Yo, mis hijos benditos y bienamados. Mas si Sois Yo y mi Padre amado, quien está cubriéndolos y protegiéndolos de la maldad; mas ay de ustedes si quieren salir de este Redil, porque si aún desolados se pueden encontrar, más desolación habrá para vosotros. Ten Fe en tu Jesús amado, os lo dice vuestro Padre; ten Fe en mi Padre amado, os lo dice vuestro Padre. Así mismo contempla en verdad, mis pequeños amados, todo cuanto acontece a vuestro alrededor; más así mismo, redímete en verdad, os lo dice vuestro Maestro. Pon Paz y Tranquilidad en vuestro corazón; pon Paz y Tranquilidad en vuestros hogares; sosténte de esto que está pasando en tu Haz Terrenal para humanizarte más, para hacerte más fuerte pero también para hacerte más sensible a la vez, y contemplas el dolor de vuestros hermanos, no solo contemples el tuyo mismo, mis hijos benditos y bienamados. Todo esto que está pasando que sea para que sepas y aprendas a extender tu mano y ayudar a tu prójimo, para que seas entregando un abrazo fraternal a quel que lo necesita, no seas más en el egoísmo, no seas más en la vanidad, no seas más en la penumbra mis pequeños benditos y bienamados. Inclínate más hacia la Luz, sé más humilde, sé más humano, mis hijos benditos y bienamados.
Mirad y contemplad a aquel varón que huyendo era de aquellos malhechores y se fue a refugiar en aquellas cuevas, pidiéndole a mi Padre Eterno que lo protegiera de aquellos malhechores, elevando plegaria para que no lo encontrasen. Mas aquellos malhechores cerca eran ya de acogerle, mas él temeroso elevó más fuerza en sus plegarias, y pidió que así fuese puesto ese muro para que no fuese encontrado por aquellos malhechores; mas lo que pudo contemplar al abrir sus pupilas era una pequeña araña tejiendo, mas así mismo pidió: “yo no te pedí Padre amado una araña tejiendo su telaraña, sino pedí un fuerte muro, Padre amado, para que no me encontrasen estos varones; ¿por qué me abandonas, mi Jesús bendito?” Y arrodillándose fue en temor y llorando, y balbuceando porque lo había abandonado. Mas al llegar esos malhechores, quisieron entrar a esta cueva donde se encontraba este varón, mas miraron aquella telaraña y retrocedieron porque dijeron: “no creo que haya cruzado por aquí, porque hubiese roto la telaraña”; dieron marcha atrás y se marcharon. Mas así mismo levantose aquel varón y pidió perdón por haber dudado de que se le iba a ayudar. Mas así mismo, mis hijos benditos y bienamados, no quieras ver más allá de lo que no debes, no pidas sino ten Fe; si tu confías en tu Jesús bendito, si tu confías en mi Madre amada, si tu confías en el Todopoderoso nada os pasará. Mas así mismo aquel varón pedía grandes murallas y perdió la Fe, mas nunca pierdas la Fe porque no sabes cómo he de ayudarte y cómo fue más poderosa esa telaraña que los grandes muros que pedía ese varón. Fe es lo único que pido para vosotros, porque así mismo, mis hijos benditos, una gran muralla no será suficiente para la protección de la Humanida entera, sino vuestra Fe mis pequeños amados, que jamás falte esa Fe y mirarás las maravillas de vuestro Jesús bendito.
He aquí mis hijos benditos a la Humanidad entera; regocíjense vuestros corazones y ábranse de par en par. Contempla que aún posees tus cinco sentidos, mis pequeños amados. Aún puedes escuchar el trinar de las aves, aún puedes percibir el aroma de las flores, aún puedes contemplar los valles, mares, ríos, riachuelos, aún puedes contemplar la Luz y la Oscuridad. Así mismo puedes sentir el calor y el frío y puedes probar los ricos manjares que preveo para vosotros. Qué más puedes pedir, mis pequeños amados. Bendito y alabado. Benditos sean mis pequeños amados.
Así mismo limpio vuestros senderos, para que transites por el camino limpio y desmanchado; arrancando he de ser la mala hierba desde raíz, para que no sea estorbando en tu sendero, apartando he de ser el pedrusco y el espino, para que puedas seguir tu transitar.
Mira y contempla que aún el camino es largo, mis pequeños benditos y encontraréis muchos tropiezos en él, mas con Fe y con Amor irás apartándolos uno a uno. Mi Madre amorosa te irá cubriendo con su Manto Divino, Elías te ha entregado el Faro Luminoso no dejes que se apague para que sigas en la marcha. Mas Yo te entrego la Fuerza y la Fortaleza y si has de caer, sostente de mi Mano que Yo levantaré tu calza, sanaré tus heridas, enjugaré tu sangre, y me guiaré contigo mismo mis hijos benditos y bienamados. No quiero contemplar la desolación en vuestros corazones, la tristeza en vuestros rostros, quiero contemplar la alegría, la algarabía, mis hijos benditos y bienamados. Así mismo no llames la tristeza a vuestro corazón… lo pasado pasado es y allí se queda, el futuro es incierto y nadie ha de saber lo que vendrá. Mas vive el instante mismo que te entrego en este bendito momento, y en este instante estoy con vosotros. ¡Tómate de mi Mano y guíate hacia mi Luz, mis pequeños benditos y bienamados! Ora por aquel que se encuentra en la Oscuridad y hace el mal, pide el perdón por el porque así mismo todo lo que desees para tu hermano, será para vosotros mismos, mis pequeños benditos. Jamás desees el mal, porque tarde o temprano ese mal llegará a ti; siempre sé deseando el bien y ve entregando de grande manera lo que posees ; comparte con tus hermanos a quienes tanto lo necesitan y les hace falta; no lo guardes para ti mismo, porque al fin y al cabo nada te llevarás al transitar mis pequeños benditos y bienamados.
Mirad y contemplad que se acercan fechas en las cuales vuestro corazón se regocija por instantes, pues no ha de cambiar nada mis pequeños, esos corazones estarán en regocijo, estarás en un minuto de Plegaria para aquellos que han trabulado, sean o no sean de los tuyos, tú elevarás esa Plegaria, por todo aquel que ha sido tocado por la maldad, por todo aquel que ha sido tocado por esta peste que ha llegado a vosotros, y pide en Plegaria el perdón para aquellos que la han desatado. No se llene tu corazón de odios, de rencores, ni de malos pensamientos, llénese tu corazón de Amor, de Luz y de Gracia. Llénese tu corazón de Paz y de Tranquilidad; vive tu momento y vive tu vida, mis hijos benditos, y deja al Mundo que haga lo propio. Deja a tu semejante y hermano hacer lo propio, no juzgues, mis pequeños benditos; no malmires y no blasfemes… ¿me has escuchado? No temas, corazones de buena voluntad.
Pedro bendito, ¿qué puedo esperar de ti? Bendito y alabado seas, oh Pedro amado. En preparación quiero contemplar tu envoltura y en preparación han de ser todos y cada uno de los que te he confiado; no permitas que sean descarrilando su camino y su sendero, Pedro bendito y bienamado, entrega el Sano y el Buen Consejo y sé una guía para ellos. Sé el espejo en cual se han de contemplar para seguir tu calza, oh Pedro bendito. Fuerza y Fortaleza Yo te entrego, Paz y Tranquilidad a vuestro corazón, y nada falte en tu hogar, ni para ti, ni para los tuyos. Levanta vuestra calza, oh Pedro bendito, y sé el ejemplo a seguir de vuestros hermanos. Bendito y alabado seas.
Dejad que la inocencia se acerque a Mí, mis pequeños benditos y bienamados. Para vosotros, mujeres benditas y bienamadas, Yo les entrego de grande manera para que nade falte en lustro que ha de venir, Paz y Tranquilidad y regocijo bendito, oh mujeres, mujeres benditas del Solio de mi Madre. Mirad y contemplad la Luz que ha de venir a vuestros hogares y la Fuerza, la Fortaleza, porque aún el varón no es el pilar sino son vosotras mismas, y Yo les deposito de grande manera. Jamás se dejen doblegar por un varón, porque vosotras sois la Fortaleza. Paz y Tranquilidad entrego a vuestros corazones y así mismo han de llevar esa monedilla que han de compartir –mis pequeñas benditas– con los suyos, porque el varón las llevará a vuestros hogares, mis pequeñas amadas, mas vosotras harán buen uso de ello, tomad y llevad –mujeres benditas– de mi Luz y de mi Gracia.
Benditos y alabados sean, mis pequeños amados. Los más pequeños de mis hijos y por los cuales han de recibir de grande manera los adultos. No teman jamás mis pequeñeces benditas. Mas así mismo mis hijos benditos y bienamados, por cada uno de vosotros han de recibir todas las inocencias del Haz Terrenal, porque ustedes representan la inocencia, la Pureza, la Fortaleza. No temas mi pequeñez bendita, el más pequeño de mis hijos, más así mismo privilegiado has de ser: Yo te entrego la Sanidad, pequeño varón, nada ni nadie ha de tocar tu pequeña envoltura, y Fuerza y Fortaleza has de entregar a los tuyos; y por ti han de recibir todas las inocencias del Haz Terrenal. No teman pequeños varones, no teman pequeñas doncellas, que Yo los he recibido de grande manera por medio de estas inocencias. Contemplen en verdad cómo se han llenado el recinto de tanta inocencia que se ha acercado, aún cuando vuestras pupilas materiales solo contemplen una inocencia, en verdad os digo que está repleto de pequeños . No teman jamás, mis inocencias benditas, y tomad y llevad que por medio de vosotros han de recibir aquellos que en vuestro hogares y en las callejuelas se puedan encontrar. Tomen y lleven inocencias amadas. Benditos sean.
No me he olvidado de vosotros, varones benditos. Así mismo como he entregado a las inocencias y he entregado a las mujeres benditas, ahora me toca entregar a los varones. Les toca recibir de grande manera, varones benditos: limpio y desmancho vuestras manos que hechas sois para la labor material, limpio y desmancho para que no falte el denario que llevarán a vuestros hogares. No entren en desesperación porque aquellas portezuelas sois cerrándose, más así mismo recordad que todo cuanto Yo entrego es para bien y no para mal. Esa portezuela será abierta de par en par y encontrarán el sustento para los suyos; esta monedilla la multiplico siete veces siete, varones benditos, y nada faltará en vuestros hogares. Fuerza y Fortaleza les entrego, para que sean saliendo adelante y sacando adelante a vuestro hogar y quienes habitan en ellos. Hecho ha sido.
Pedro bendito, entregadme de tus Aguas. Bendito seas.
Aguas cristalinas que traidas del Río Jordán, Yo las limpio y las desmancho y las convierto en bálsamo de sanidad; Yo entrego y depositó una gota de mi preciosa sangre, cual bálsamo de Sanidad. Limpiadas y desmanchadas han de ser, aquel que tomare de ellas, sano y salvo ha de ser.
Hacedme presente vuestro botón. Benditos y alabados sean mis hijos, que han de recibir de grande manera, más primeramente he de entregar a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea depositado este rocío a vuestras cercanas y lejanas comarcas, aquellas que en desolación pueden encontrarse y que han derramado de la sangre inocente. Sea este rocío a los mares, lagos y ríos que sean calmando de su caudal. Sea este rocío derramado a los campos y campesino, para dar Fuerza y Fortaleza y sean entregando del sustento a la Humanidad entera. Sea este rocío a las bajas y altas montañas. Sea este rocío a las cárceles y presidios donde se encuentran mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a los caminos y caminantes… y a aquellos que van en los caminos, carreteras, sanos y salvos llegarán a vuestros hogares. Sea este rocío derramado de grande manera a las aguas que serán convertidas en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío derramado a vuestras antorchas, amuletos, siempre usándolos para el bien y jamás para el mal. Sea este rocío derramado a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Sea este rocío a mis Pedestales. Sea este rocío derramado a mi Congregación amada y al Pueblo bendito de Israel. Bendizco en verdad a todos y cada uno de mis hijos. Sea este rocío prevaleciendo en cada uno de vuestros pórticos… Hecho ha sido.
Benditos y alabados sean mis hijos, porque habéis recibido de grande manera, nada faltará en vuestros hogares, porque no es esa mi Voluntad. Abiertas serán las portezuelas de la labor, prontamente mis pequeños benditos para cada uno de vosotros. Mas por el momento, mis pequeños, Yo les deposito para vosotros esta monedilla que no faltará en vuestros hogares para dar el sustento a los suyos, mis pequeños benditos y bienamados.
Sacíen de su hambre con el Maná Divino que deposito para vosotros, sacien de su sed, mis pequeños amados con el Agua de Vida que traigo para cada uno de mis hijos amados. Bendecidos sean en todo momento y en todo instante, mis pequeños.
Plegaria quiero escuchar y contemplar por aquellos que dejan del Haz Terrenal, pero más por aquellos que prevalecen en él. Yo les pregunto: ¿Habéis quedado conformes mis hijos benditos? … Benditos sean en verdad. Que por vuestra conformidad –mis hijos amados– Yo deposito a Manos Llenas: Tomen y lleven, mis hijos benditos, el Pan sin levadura, el Jergín y la miel. Tomad y llevad de la uva. Tomen y lleven mis hijos benditos, esta monedilla que multiplicada será en lo material. Tomad y llevad de las llavecitas del trabajo. Yo les entrego de grande manera la sanidad a vuestros espíritus, a vuestros corazones y a vuestras envolturas, mis pequeños benditos. No te man jamás, mis hijos amados, y tómense de mis manos para guiarse y salir adelante. Cuando más estén en desesperación, habrán su corazón que allí estaré para vosotros mis pequeños hijos.
No desfallezcan ni un solo instante, sino al contrario, elévense mis pequeños porque grande sois vosotros desde que conocen la Luz, mi Salud prevalece con vosotros. Guíense hacia la calza de la Luz y de la Gracia, y no teman jamás.
Mi Paz estará con vosotros en todo momento y en todo instante, más así mismo Yo les entrego de mi Bendición: +En el Nombre que sois el Padre + En el Nombre que sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz bendita del Espíritu Santo.
Mas no les digo el adiós, porque nuevamente estaré con vosotros en un Lustro que abriéndose será de grande manera, mis pequeños benditos y bienamados. Llénense de regocijo vuestros corazones, y vivan cada instante con Amor, con Paz y con Tranquilidad, mis pequeños amados.
Mi Paz sea con vosotros.
(canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos…)