Cátedra 1 Diciembre 2021

Catedra Diciembre 2021

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que  aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasad a tomad de vuestro banquillo Humanidad Entera, Congregación amada, y escuchad con atención mi Consoladora Parábola.

Benditos y alabados sean los unos y los otros, que recibiendo sois a todos por igual, sin distinción alguna de raza, de credo, de color, porque todos sois mis hijos, buenos y malos, a todos arropo por igual, mis hijos benditos y bienamados.

Que recibiéndoles sois de grande manera, en esta bendita alba llena de Gracia: Alba Primicia del mes de diciembre, del año de hombre dos mil veintiuno, en el cual estamos por finalizar estas albas benditas llenas de temor, de dolor, de sufrimiento, de congoja. Mas aún no ha terminado, mis hijos benditos y bienamados, porque vienen más tristezas, más congojas, más desolación. Pero heme aquí ante vosotros, lo crea el Hombre o no lo crea, Jesús en Espíritu y en Verdad, sois en este instante comunicándome de Espírtu a espíritu, con tu propio corazón. Mas escuchando eres mi Parábola amada por medio de esta carnecita que en pecado es.

Mas así mismo prevalezca mi Luz entre todos y cada uno de vosotros. Mas así mismo, recibiéndoles a todos en alba bendita llena de Gracia, mirad y contemplad la Luz que viene contra mí y viene tras de mí, porque así mismo esta Luz ha de prevalecer en estas cuatro paredes que forjadas sois para vuestro refugio, oh Humanidad entera. Mientras prevalezcas bajo este techo, debajo de estas cuatro paredes, no padecerás, oh Humanidad entera. Así sean, fuertes los vientos, atosigantes los rayos del Astro Rey; así sean el frío intenso, fuegos y mareas, quien prevalezca en estas cuatro paredes, sanos y salvos seréis, porque esa es mi Voluntad.

No temas jamás, de lo que ha de acontecer, no temas jamás de lo que han de contemplar tus pupilas, no temas jamás de lo que ha de sentir tu envoltura bendita, siempre y cuando prevalezca abierto vuestro corazón, escucharás el palpitar del mío, oh Humanidad entera.

Mirad y contemplad todo cuanto se avecina, porque escrito estaba, mis hijos benditos y bienamados. Mas aquel que me siga, sano y salvo será. Aquel que eleve vuestra plegaria, sano y salvo será. Aquel que abra su corazón, privilegiado será de entre los elegidos, mis hijos benditos y bienamados. No tienes por qué temer, mis pequeños amados, siempre y cuando sepas sepas abrir tu corazón y elevar tu plegaria a tu Jesús Bendito, a mi Madre Amada quien vela por todos y cada uno de vosotros. Por qué vosotros recordad a Mi Madre solamente una alba en todo un lustro, mis pequeños benditos, si Ella alba por alba os así viene orando, pidiendo y llorando por todos y cada uno de vosotros. Y vosotros sois tan injustos, tan inhumanos que olvidándose sois de que Ella vela por vosotros, y vosotros solamente habéis escogido una alba para así mismo recordarla, mis pequeños amados.

Así mismo, os pide vuestro Jesús que elevéis la plegaria a aquel que vosotros llamáis rosario, mis pequeños hijos; no les digo alba por alba, no les digo corazones que en todo momento y en todo instante; pero sí, recordad a mi Madre con aquello, mis pequeños benditos, de vez en cuando, para que así mismo Ella enjugue sus lágrimas que ha derramado por vosotros y siga al pie, protegiendo y cuidando a sus hijos amados y benditos. Hacedlo con Amor, con Caridad, mis pequeños benditos, aún así cuando no sepáis hacerlo, mis pequeños, con la Plegaria que un alba os enseñé y con aquella oración dedicada a mi Madre, suficiente es. No es menester que digan todo aquello que en aquellos librillos es escrito, mis pequeños amados. 

Mas Yo, así mismo, voy preparándolos uno a uno, para lo que ha de acontecer en tu andar, para las asechanzas, mis pequeños benditos, porque así con gran furia han de llegar todos y cada uno de los elementos amados. Furia llevarán y azotando seréis al planeta Tierra mis pequeños benditos y bienamados, levantando vuestra calza mis pequeños benditos, no estar en el banquillo aposentados, esperando y aguardando, lo que ha de venir, sino a la alerta a la alerta… levantar vuestra calza y elevar la plegaria, corazones de buena voluntad. Apartarse del letargo, mis pequeños benditos, y estar alerta corazones de buena voluntad, os lo dice vuestro Jesús amado, en alba bendita llena de Gracia.

Guía a las inocencias por el camino indicado, lleno de Luz y lleno de Gracia porque perdiéndose sois cada vez más, todos y cada una de las inocencias amadas. Jóvenes benditos que descarriados son, porque no habéis sabido guiarlos con el ejemplo, corazones amados. Porque sois en tropiezo y vas cayendo y ahí vas quedando, en lugar de levantarte, enjugar aquellas heridas, limpiarlas, sanarlas y seguir adelante, mis pequeños hijos y bienamados.

Mas Yo he venido a entregar el perdón a todos y cada uno de vosotros, porque he escuchado blasfemar y decir: “qué he hecho yo para merecerlo”; en verdad, Yo te pregunto, ¿quieres una lista, mis pequeños benditos, de todo cuanto has hecho para merecer todo cuanto acontece, corazones de buena voluntad? Quien esté libre de pecado, mis pequeños benditos, que sea arrojando la primera roca, mis pequeños benditos y bienamados. Todos y cuántos contemplo en esta choza de oración, todos y cuantos contemplo en las callejuelas, todos y cuantos contemplo en todo, en todo lugar y en todo momento… sois en pecado, corazones de buena voluntad.

Mas redímete en verdad, os lo dice vuestro Jesús, para que seas limpiado por dentro y por fuera, corazones benditos y bienamados. No seas en el fanatismo, no seas en el egocentrismo, no seas en el misticismo, mis pequeños benditos y bienamados. Sé en obediencia, sé en humildad, mis pequeños amados. Despréndete del materialismo, os lo dice vuestro Jesús. Sé más humano, sé más humilde, abre tu corazón… no juzgues, no malmires, no critiques, mis pequeños benditos. Antes de abrir vuestros labios para hablar mal de vuestros hermanos, mírate ante un espejo y ve vuestros propios errores, corazones de buena voluntad.

Abre vuestros caminos , limpia y desmancha -mis pequeños benidtos- con tus buenas acciones , corazones amados, porque no sabes lo que ha de venir para vosotros. Y Yo contemplaré tus buenas acciones, yu buen comportamiento, y te abrirés puertas de par en par, corazones benidtos, para ser de los refugiados, mi pequeños amados, en mi regazo bendito.

Oh, Pedro amado y bendito, ¿qué puedo esperar de ti? Bendito y alabado seas, oh varón bendito. Cumplida ha sido mi Voluntad en todo momento y en todo instante. Mas así mismo contemplo a aquellos que me haces presente, mas no temas por ellos, que el perdón he de entregarles, y así mismo arrepentidos han de ser cuando llegando sea el momento. Mas por el momento os pido a todos, orar por aquellos que no saben arrepentirse y nunca pidieron el perdón. Orar por aquellos que no me han conocido y aquellos que aún conociéndome, reniegan de mí; orad por toda tu hermana Humanidad, mis hijos benditos y bienamados.

Por aquellos de los tuyos, no temas jamás, han sido tocados mas no vencidos corazón amado, porque no ha sido mi Voluntad. Porque guiando he de ser sus calzas, varón bendito, a la Luz y a la Gracia. Tomad y llevad, oh varón amado. Que nada falte en tu hogar, nada falte en tu choza, ni en tu mesa, porque esa es mi Voluntad. Toma y lleva, varón amado. Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.

Benditos sean mis pequeños, benditos y bienamados, mas Yo os pregunto: ¿Qué puedo esperar de vosotros, mis pequeños amados? No teman jamás, humanidad entera, no teman jamás de mi Luz, mas no teman jamás de mi Amor, porque Yo no Sois Jesús de castigo, Sois Jesús de Amor, y siempre con Amor los he de guiar; aún cuando vayan cometiendo esos errores, aún cuando sean siguiendo el sendero equivocado, el sendero erróneo, Yo siempre he de guiarlo a la Luz y a la Gracia,varones y doncellas.

Mancebas benditas, Yo he de guiar su calza y he de darles la Fortaleza que necesitan para sacar adelante a sus polluelos amados. Varones benditos y bienamados, Yo he de entregar la Fuerza y la Fortaleza para que no falte el denario en su hogar, para que no falte el pan para llevarlo a vuestros hogares y a sus mesares. No teman jamás.

Juventud bendita y bienamada, fortalecida seréis en todo momento y en todo instante, y guiándote he de ser por el camino de Luz y de Gracia para que no seas perdiéndote en ls senderos oscuros; he de protegerte de toda maldad que asecha a la Humanidad entera, oh juventud bendita.

Oh niñez bendita y bienamada, la inocencia bendita por la cual sois en este Haz Terrenal, mis pequeñitos benditos y bienamados. Jamás teman de la Luz de Mi Padre amado, de Mi Madre amorosa, y de la Mía misma, porque por vosotros han de recibir la Humanidad entera. Mas aquellos de vuestros progenitores, cuentas claras y precisas me han de entregar de cada una de las inocencias. Cúmplase mi Voluntad en todo momento y en todo instante.

Varones benditos, no teman jamás, que así mismo los errores que habéis cometido Yo los iré perdonando poco a poco. Mas no seas más en el error, varones benditos, redímete en verdad os lo dice vuestro Jesús. Sé en Paz en Tranquilidad con vosotros mismos, para que sean en Tranquilidad todos a tu alrededor, en Paz y en Tranquilidad.

Lleven estan albas venideras, con Paz, con Regocijo, con Tranquilidad y con Amor. Sean compartiendo el pan de cada día con aquel de vuestro semejante, contemplar que vosotros son en Grandeza y en Maravilla, por todo cuanto poseen. Mas ponte a pensar, Humanidad entera, por aquel menesteroso que no tiene un techo dónde cubrirse de la intemperie de los tiempos, mucho menos tiene un mendrugo de pan para llevarse a vuestros labios, mis pequeños benditos. Mas nunca se lo niegues a nadie, mis pequeños amados. Sea cumplida mi Voluntad, en todo momento y en todo instante.

Acercarme de vuestras aguas. Bendito y alabado seas. Aguas benditas que traídas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, y convertidas en Bálsamo de Sanidad. Aquel que tomare de estas Aguas, sano y salvo será porque esa es mi Voluntad. He de derramar una Gota de mi Preciosa Sangre de mi costado izquierdo, y sanos y salvos seréis.

De tu ramaje, por Caridad, oh Pedro bendito. Limpiado y desmanchado ha de ser este ramaje que hurtado ha sido de los Huertos de mi Madre, para derramar la Gracia Divina en todos y cada uno de mis hijos.

Sea derramada primeramente en vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea derramada en las lejanas y cercanas comarcas, aquellas que se encuentran en desolación. Sea este rocío derramado a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea derramado este rocío a todos los campos y campesinos que han de dar el sustento a la Humanidad entera. Sea derramado este rocío a todos los caminos y caminantes, carreteras, montañas altas y bajas, ríos, mares y lagos, y a todo ser viviente del Haz Terrenal, sea llenándose de mi Luz y de mi Gracia. Sea derramado este rocío a vuestras aguas, que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea derramado este rocío a tus antorchas, a todos tus amuletos, a tus monedillas que multiplicadas serán en lo material. Sea derramado este rocío de grande manera a tus estatuillas. Sea derramado este rocío de grande manera a todos y cada uno de mi Congregación Bendita, Pueblo Amado de Israel. Sea este rocío derramado a mis Pedestales benditos, sea etse rocío derramado a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido, oh Pedro amado. Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.

Benditos y alabados sean, oh mis hijos amados, porque habéis recibido de grande manera las Maravillas que ha traído para vosotros mis Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines. Han derramado de grande manera su Luz en todos y cada uno de vosotros. Ha venido mi Madre a arroparlos entre sus brazos. Ha venido Elías a entregar el Faro Luminoso, para que no seas perdiéndote en los Senderos. Ha venido mi Padre Eterno ha dar Tranquilidad y Paz a vuestros corazones. He venido Yo ha entregar el Amor y la Dulzura, para que seas siguiendo adelante. La Fuerza y la Fortaleza, a quitar el dolor, la congoja, la tristeza, oh mis pequeños benditos y bienamados.

No sientas temor al hablar con tu Jesús Bendito, porque no sois un Padre de castigo, sino un Padre de Amor. No sois un Maestro que ha de enseñar con dureza, sino con firmeza y Amor. Mas así mismo, qué puedes pedir a tu Jesús si todo te lo he entregado a Manos Llenas, mis pequeños amados.

Me has pedido el pan de cada día y te lo he entregado, me has pedido aquellas lanecillas para cubrir tu envoltura y te las he entregado. He entregado la calza y he entregado un techo. Mas aquellos que son faltos de todo aquello, privilegiados sois en mi Reino Amado. Mas por vosotros, reciban los tuyos, mis pequeños benditos, todos aquellos que han prevalecido en tus hogares, por ti recibirán a Manos Llenas.

Mas Yo te pregunto: ¿Habéis quedado conformes? Benditos sean. Que por vuestra conformidad Yo les entrego a Manos Llenas: Tomad y llevad mis hijos benditos, el Pan sin Levadura, el Jergón, la Miel, la Uva, el Vino, tomen y lleven mis hijos Benditos estas Monedillas que multiplicadas serán en lo material. Tomad y llevad las llavecitas del trabajo, porque no faltará nada en vuestro hogar, porque esa no es mi Voluntad amada. Mas no dormiten y a la alerta os lo dice vuestro Jesús por lo que ha de venir al Haz Terrenal.

Mas sean en sumisión y en la obediencia, y llénense de mi Luz y de mi Amor, mis pequeños benditos. Regocíjese vuestro corazón por las albas venideras, pero siempre con Amor guíen su camino, mis pequeños benditos.

Así os digo mis pequeños amados que no me despido de vosotros, porque nuevamente estaré de retorno en albas venideras. Mas dejo la Paz, la Fuerza y la Fortaleza en todos y cada uno de vosotros, de mi Bendición en el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro. Mis hijos amados: Mi Paz, sea con vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)