Cátedra 1 Febrero 2020

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Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción.

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu limpio y puro, de la Escala de Perfección y ahí a vuestro propio entendimiento humano. Pasad a tomar vuestro banquillo, Humanidad entera, Congregación amada, y escuchad con atención mi consoladora Parábola. Benditos y alabados sean.

¡Bienvenidos sean los unos y los otros! Bienvenidos sean todos mis hijos por igual, sin distinción alguna de Raza, de Credo, ni Color, porque todos sois mis hijos buenos y malos, y a todos os amo por igual.

Recibiéndolos sois de grande manera al que gime y llora, al que sufre y se conduele, para aquel que a gritos llama a mi Nombre para que sea pudiendo al llamado, porque en desesperación puede encontrarse; aquel que pide por aquel que en el lecho del dolor se encuentra; por aquel que pide para que sea rindiéndole el denario; para aquel que pide el pan que llevarse a la boca; para aquel que no tiene lugar donde cubrirse de la intemperie de los tiempos; y así mismo escuchandoos sois a los unos y a los otros.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Contemplad, mis hijos benditos y bienamados, el alba bendita llena de Gracia en la cual vosotros sois presurosos en acudir al Recinto que es hecho y forjado para vosotros mismos, para refugio de cada uno de mis hijos, para que seais recibiendo de grande manera y a Manos Llenas, en alba primicia del mes de febrero, del año del Hombre dos mil veinte, en la cual nuevos portales se abrirán para bien y para mal, mis pequeños benditos; eso no depende de Mí, ni depende de mi Padre Amado, sino de cada uno de vosotros mismos.

Contemplad el alba venidera, que abriendo el alba será, repitiendo será el dos y el cero: El dos, número significativo, el cero un infinito, en el cual portal se abrirá y no será el único en este nuevo lustro; pero que así mismo viene abriéndose ese portal de espejos, ¿y qué es ello de los espejos?… significa que todo cuanto es reflejado en él, será reinvertido para vosotros mismos. ¿Qué quiero decir con ello, mis pequeños hijos?, que todo cuanto deseares para tus semejantes será para vosotros mismos. Así es que analiza, analiza lo que has de solicitar, porque estarás frente a ese espejo durante todo este lustro, y así mismo, tú sabrás que es lo que pides para los demás, y así mismo lo será para vosotros mismos. Tú sabrás qué cara poned para todos y cada uno de vuestros semejantes, y mirarás el reflejo en vosotros mismos.

No supongas, mis hijos benditos y bienamados: Si tienes duda, aclárala; si tienes preguntas, hazlas, pero no entres en un conflicto en el que tengas que suponer, porque forjándote serás historias que pueden ser falsas y lastimosas para ti mismo. Contempla lo que ha de salir de vuestros labios, porque ese es el reflejo de lo que tú eres en verdad. Perdona a tu semejante y hermano, ámate a ti mismo, para que puedas amar a los demás; si no te amas a ti mismo, no puedes entregar ese amor a nadie más, porque solamente estarás lastimando, porque no te sabes amar. Aquel que no se sabe amar a sí mismo, duda de su semejante, y se viene creando en su mente falsas historias que solamente son lastimando a sí mismo y a vuestro semejante.

Analiza, analiza lo que viene diciendo tu Maestro: Entrega amor a todo aquel que te rodea, dale un abrazo fraternal a aquel con el que has peleado y lleva tu sangre; no te lamentes el alba en el cual sea llamado, tanto él o como tu mismo, porque Yo recibiéndole seré de grande manera, mas quienes han de padecer son los que se quedan, porque llevaráis la culpa en vuestro corazón, en vuestro pensamiento y no estarás en paz ni contigo mismo, no con los demás. Analiza, analiza, Humanidad entera, y no temas de lo que ha de ser.

Contempla a vuestro alrededor, contemplate a ti mismo, tú que te acercas ante Mí y pides a manos llenas la salud para los tuyos, el bienestar para tu hogar, la paz y la tranquilidad y la estabilidad con tu compañero o compañera, ámale en verdad porque así mismo no fui Yo quien lo eligió para vosotros. Vosotros mismos eligieron estar y permancer al lado de este varón, de esta manceba, no fue impuesto por Mí mismo, mucho menos por nadie a vuestro alrededor, fuiste tú quien la eligió, quien lo eligió… ¡ámale en verdad, respétale en verdad, ayúdale a salir adelante, cuídale y protégele, no sean en discusión! Porque así mismo no están dañándose solo a vosotros mismos, sino dañando sois a todo aquel que le rodea.

Mirad y contemplad, tú que me vienes a pedir por el dolor que llevas a cuesta en tu envoltura amada, cuando era menester que te cuidaras, no lo hiciste mis pequeños benditos y bienamados, y quieres que de un momento a otro se aparte ese dolor. Mas no temas mis pequeños, heme aquí ante vosotros para ir apartando poco a poco ese dolor, porue es verdad que eres en la desobediencia, pero también es verdad que llevas el libre albedrío, y es verdad que eres mi hijo bienamado y arropándote he de ser para apartar ese dolor.

He aquí a mis pequeños que piden la llavecitas del trabajo; portezuelas se han abierto a tu paso, pero eres en avaricia, mis pequeños benditos. Contempla la Escala, cuántos escalones sois, y vosotros de un salto quieren llegar hasta el último peldaño… no mis pequeños. Tienen que transitar e ir subiendo de escalón en escalón para no resbalar y caer. Lento ha de ser su transitar para ir subiendo uno a uno los 7 peldaños para llegar y prevalecer en ese lugar; no quieran correr cuando empiezan a dar sus primeros pasos; apenas empiezan a andar y ya quieren correr, mis pequeños benditos. Todo a su tiempo, todo en su momento, más no teman mis pequeños, que las Llavecitas del Trabajo postradas sois para vosotros.

Para ti que pides e imploras por aquellos que te rodean, porque sientes un cariño por ellos, mas ellos son rechazándome porque dicen que no existo, porque te dicen blasfemos… a Mí me llamaron “brujo”, me llamaron “hechicero”, me llamaron “embustero”… y heme aquí. No te canses en tus plegarias pedir por aquel que me ama, pero principalmente por aquel que duda de Mi, por aquel que me desconoce, por aquel que va en la oscuridad… pide por ellos, mis hijos benditos y bienamados, pero no se lo hagas saber a mis Niños Espirituales, sino házmelo saber a Mí mismo.

Yo escucho el fondo de tu corazón, mis pequeños benditos, ahorita es el momento, ahorita es el instante… ¡Abre tu corazón de par en par! Hazme sentir y llévame hasta donde se encuentran todos y cada uno de aquellos que tanto me haces presentes, es el momento de hacerlo mis pequeños benditos; no lo dudes ni un instante, para todos y cada uno de ellos, Yo tengo un rayo de Luz que ha de tocar su corazón, que ha de tocar su envoltura, pídeme por el desvalido, pídeme por aquel que ha manchado sus palmos dañando a su semejante y hermano… porque se ha acercado más a mi hijo Luzbella que a Mí mismo, porque se ha acercado a vuestra Hermana Blanca en lugar de acercarse a Mí mismo. Benditos sean aquellos de mis hijos, porque por lo menos tienen Fe viva en “algo”. Más aquellos de mis hijos que van padeciendo porque no creen en Mí, ni en ellos mismos, benditos sean en verdad.

Es el momento en que pidas y me traigas aquí, con tus pensamientos, a todo aquel que te ha dañado, a todo aquel que ha blasfemado de ti, a todo aquel que te ha lastimado, traedlo en estos instantes, porque Yo así mismo he de tocar su corazón, porque así mismo he de atar sus palmos para que no sea cometiendo el mismo error, porque así mismo he de detener su calza para que no sea transitando por esos senderos oscuros y tenebrosos donde no encuentra salida alguna y por ello es que va cometiendo ese error: ¡Perdónale en verdad, os lo dice tu Jesús amado! y perdónate a ti mismo por haber blasfemado de ellos, porque Yo te he sido perdonando, y le perdono a ellos, mas más les valiere no haber cometido ese error nuevamente, porque entonces no podréis salir de aquel pozo tan profundo, lleno de fango y oscuridad. Más bendecidos sois los aquellos que han perdonado desde el fondo de vuestro corazón.

Mirad a vuestro alrededor en estos instantes y podréis contemplar la poca porción de envolturas que se encuentran en la Casa de Oración, pero si abres tu tercer ojo –en verdad os lo dice vuestro Jesús– contemplarás la multitud entera que se encuentra aquí mismo, porque sois más espíritus que envolturas lo que puedo encontrar, y eso regocija mi corazón, mis pequeños benditos y bienamados. ¡Llénese de júbilo así mismo vuestro corazón!, porque por vosotros han sido perdonados todos aquellos que en perturbación son, todos aquellos que han transitado por el sendero de penumbra, todos aquellos que te han lastimado… mira y contempla en verdad, que te han tirado pero Yo te he levantado y limpiado de vuestras rodillas que lastimadas han quedado. He enjugado vuestras lágrimas y he calmado vuestro dolor.

Benditos y alabados sean aquellos de mis hijos que van por el sendero de Luz y de Gracia; llénense pues de mi Luz. El camino es largo aún, mis pequeños benditos; lleno de tropiezos y espinos, pero no teman, lleven el Faro Luminoso y el Báculo Bendito de Elías para ir apartando todo lo que a su paso viene estorbando. Lleven el Manto Divino de mi Madre, para que sea cubriéndolos de la intemperie de los tiempos, mis hijos benditos y bienamados.

Grandes cosas contemplarán vuestras pupilas, nuevas enfermedades surgirán, más aquel que Fe viva lleve en Mí, no padecerá. Mas no seas en la blasfemia, abran vuestros labios para abrir siempre la verdad; no quieran sentirse todopoderosos porque ni Yo mismo lo sois, sino el Todopoderoso es mi Padre Eterno, a quien un Tiempo más he pedido para vosotros; pero un Tiempo más para que redimiéndose sean, para que se llenen de mi Luz, del Amor de mi Madre, de la Fuerza y Fortaleza de los Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines, y no para que sean llenándose del fango y no puedan salir de aquel bache en el que han caído.

Benditos y alabados sean, mis hijos amados, porque limpiados y desmanchados han sido; porque así mismo he apartado el ropaje hecho jirones y postrado he hecho en vosotros el ropaje engalanado. Benditos y alabados sean.

Oh mis hijos benditos y bienamados, qué puedo esperar de vosotros, si así mismo abriendo sois su corazón en este instante. No teman jamás, porque mi Luz guiará su sendero. Aquel que se tome de mi Mano, llegará a su destino, cruzará aquel largo camino lleno de pedruscos y de espinas, y llegará hasta el fondo donde contemplando será la Luz. Aquel que soltándome de mi Mano, quedará en el sendero y no podré regresarme por vosotros. Sean entonces tomados de mi Mano para guiarles hasta el final.

Oh Pedro bendito, ¿qué puedo esperar de ti? Bendito y alabado seas, oh Pedro, Yo te limpio y te desmancho desde tu crisma y hasta tu calza, te entrego la Fortaleza, la Sabiduría y el Entendimiento para que seas buen pastor y guíes a las ovejas. Toma y lleva varón bendito, levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro. Benditos y alabados sean.

Dicho ha sido que así mismo antes de abrir vuestros labios, Yo he sabido lo que han de pedir, y pudiera a cada uno de vosotros decirle uno a uno, mis pequeños hijos, pero así mismo grande es la Humanidad, grandes son los corazones que puedo contemplar, y a todos y cada uno de vosotros les he entregado de verdad. No teman, corazones de buena voluntad, más hay que ser sumisos y obedientes.

Así mismo, mis hijos benditos y bienamados, no es un papel lo que avala lo que eres en verdad, sino es tu actitud. Deja la arrogancia, deja el egoísmo, deja la vanidad, sé humilde con todo aquel que te rodea. Sé humilde porque la humildad es lo que vengo contemplando y no la arrogancia, ni quien sabe más, ni quién tiene más; porque para Mí es más el que lleva la humildad y trata de ayudar a su semejante y hermano, que aquel que lleva los bolsillos derramándose y no es capaz de entregar una monedilla al que lo necesite. Como lo dije una vez, en mi Reino cruzará aquel que lleve humildad, porque es más fácil que pase un camello por el ojo de la aguja, que un rico, un egoísta, un vanidoso, un ególatra. Sé sumiso, se obediente y sé humilde, mis pequeños benditos y bienamados.

Lleva Paz y Tranquilidad a vuestro corazón. Yo te entrego Sabiduría y Entendimiento a tu cerebro y cerebelo, y analiza, analiza cada una de mis plegarias, Pueblo Bendito de Israel, Congregación amada.

Llénense de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza, mis pequeños benditos y bienamados.

Acercadme vuestras aguas, oh Pedro amado. Bendito seas. Aguas cristalinas que traidas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, convertidas en Bálsamo de Sanidad –una gota de mi Preciosa Sangre– aquel que tomare de ellas, sano y salvo será porque esa es mi Voluntad. Permitidme vuestro botón… bendito y alabado seas.

[Aspersión del agua]

Este rocío será primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a tus aguas que convertidas han de ser en Bálsamo de Sanidad. A tus aceites, a vuestros amuletos, sea derramado en vuestras Monedillas que multiplicadas han de ser. Sea este rocío derramado a las estatuillas que en representación son de mi inocencia amada. Sea este rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío derramado a los mares, lagos y ríos. Sea este rocío derramado a los campos y campesinos. Sea derramado este rocío a las lejanas y cercanas comarcas, a las carreteras y caminos, a aquellos de mis hijos que trabulando sois a buscar el sustento. Sea este rocío a la cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a aquellos de mis hijos que son trabulando en las callejuelas sin hogar, sin un alimento que llevarse a la boca. Sea este rocío a todos y cada uno de mis hijos, a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido, Pedro bendito. Bendito eres en verdad.

Contemplar las estatuillas de las inocencias que en representación fueron y serán siempre la inocencia de la Humanidad entera, y que así prevalezcan siendo inocentes todos y cada uno de mis hijos, porque de los adultos depende que esa inocencia prevalezca, y no les enseñes el mal palabrerío. Estas estatuillas que me haces presente, sean la representación de la niñez del Mundo: Guíales por el buen camino, enséñales el camino recto, no les enseñes el mal palabrerío, el mal ejemplo, no les enseñes a mentir porque cuentas claras y precisas estaréis entregándome de ellos.

En un Tiempo atrás, te pedí que oraras conmigo y dormitaste. Después te pedí que oraras por tu Hermana Humanidad, y cerraste vuestros labios. Hoy pido que ores por ti mismo, mis hijos benditos y bienamados; orando por ti mismo, será el reflejo para los demás. No cierres vuestros labios a la verdad eterna, cierra vuestros labios a la blasfemia y a la mentira. Sé orando en todo momento y en todo instante, una palabra hace la diferencia, un actitud hace la diferencia; empieza por vosotros mismos, mis pequeños amados.

Orad en todo momento y en todo instante, con una parábola que tú hagas será suficiente para que Yo sea escuchando con atención. No quieras gritarme cuando el momento sea, no quieras llamarme a gritos porque no te escucharé. Estás en el momento indicado, mis pequeños amados, no cierres vuestros labios y no cierres vuestro corazón.

Mas Yo os pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos y alabados sean, que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos Llenas : Tomad y llevad, mis hijos benditos, de la Uva, del Pan, de la Miel, del Jergón, del Techumbre; tomad y llevad del Pan Sin Levadura, mis hijos amados; tomen y lleven estas Monedillas que multiplicadas serán en lo material; tomad y llevad de las Llavecitas del Trabajo, nada faltará en vuestros hogares, mis pequeños amados, porque esa no es mi Voluntad; tomad y llevad de mi Fuerza y mi Fortaleza, desde su crisma y hasta su calza –pequeños benditos y bienamados–.

Tomad y llevad de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre + en el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz bendita del Espíritu Santo. 

Mi Paz sea con vosotros.

(canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos..”)