Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro
Canalizado por: Hermana Concepción
Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro de la Escala de Perfección, así a la de Jacob y de allí a vuestro propio Entendimiento Humano.
Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez -mis hijos benditos y bien amados- y los que sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto.
Benditos y alabado sean los unos y los otros, sin distinción alguna de raza credo, ni color, porque todos sois mis hijos y a todos amo por igual. Pasad a tomad vuestro banquillo -Humanidad entera- y escuchad con atención mi Consoladora Parábola.
Sella de vuestros labios y ábreme tu corazón: que es el palpitar de vuestro corazón lo que Yo escucho -humanidad entera-. Yo no escucho vuestros labios, escuchó el fondo de vuestro corazón. No es menester que abras tus labios para hablar con tu Jesús Bendito: ¡Ábreme tu corazón y sabré que me recibes y sabré que me hablas!
Mis hijos benditos y bien amados, qué presentes pueden hacerse en esta Casa de Oración, en Alba Primicia del mes de febrero, del año del hombre 2021, en el cual cambios bruscos han de contemplar vuestras pupilas, en el cual -pueblo bendito de Israel, Congregación amada- no escucharé de gargantilla hacia fuera, sino escucharé desde el fondo de vuestro corazón. Aquel que pida hablar conmigo debe de abrir vuestro corazón, porque así mismo de dientes para afuera -mis hijos benditos y bienamados- lo considerare blasfemia y vanidad.
Mirad y contemplad cómo el universo viene apoyando a los Guerreros de Luz, Guerreros de Luz que levantándose sois para entregar Paz y Tranquilidad a la Humanidad entera, abriendo espacios a las nuevas ideas, abriendo espacios a los sueños, más aquellos sueños que no sois llenos de prejuicios, abriendo el lugar para vuestras almas y vuestros espíritus que regocijándose han de ser mis hijos benditos y bienamados.
En Preparación quiero contemplarles a los unos y a los otros; apartaos del materialismo, os lo dice vuestro Jesús Humanidad entera. No améis lo material porque podría desvanecerse de tus propias manos; más así mismo, ve por el camino de la espiritualidad. Porque así mismo -os lo dice vuestro Jesús- que apartandote eres alba por alba del Sendero de la Luz y de la Gracia, y es verdad que yo te he conseguido el libre albedrío; más así mismo has elegido el sendero erróneo porque yo te quiero contemplar dentro de aquel cerquillo, que así mismo Elías ha postrado para ti.
Más aún vas siendo necio, ¡en necedad vas y quieres saltar aquel cerquillo! Mi Madre Amada te viene cubriendo con su Manto tachonado de estrellas para que no contemples la maldad que hay a vuestro alrededor. Pero eres necio y eres levantando aquel Manto para asomarte a ver “qué hay fuera de él”; ¿y qué pueden contemplar tus pupilas si no es más que maldad?
Escrito estaba que derramarían la sangre inocente, que se levantarían en armas los unos contra los otros, qué querrían más poder unos que otros, y no cesarían porque entre más tuviesen más querrían, y he ahí la maldad, porque no eres capaz de amar lo que posees sino que eres capaz de desear lo que no tienes. Y Yo te pregunto: ¿para que anhelas la abundancia, para que la pides, que te hace falta, qué necesitas, no tienes el pan para llevarte a vuestros labios, no tienes el agua de vida que Yo te otorgó, no tienes la sanidad, no puedes levantarte de tu lecho? Tienes tu calza y puedes levantarte mis pequeños amados; entonces por qué anhelas más, mis pequeños benditos: no necesitas pelear, no necesitas discutir, y te diría no necesitas ni trabajar; pero no me abres tu corazón, porque no eres capaz de recibirme de grande manera, para que no tengas que labrar más esa tierra. Lo tendrías todo si realmente tuvieses un poco de Fe. Más vas en la desobediencia, más vas en la falsedad, vas en la lujuria, vas en la mentira. ¿Qué puedes hacerme presente -humanidad entera- si todo cuanto Yo te he dado, lo has echado en saquillo roto? y no es tiempo aún de que Yo venga a pedirte la cuenta clara y precisa, pero así mismo te vas perdiendo a cada instante y a cada alba, mis pequeños amados.
Más mirad y contemplad lo que he de decirte en este instante: está el fósforo y está la vela, le dice el fósforo a la vela: “te quiero encender”, y la vela temerosa corre a esconderse y le dice: “no lo hagas porque me va a doler, me voy a extinguir y voy a sufrir”. Contesta el fósforo: “entonces ¿prefieres prevalecer dura fría y sin brillar?” a lo que ella contesta: “yo quiero brillar, pero no quiero sufrir y no quiero extinguirme, porque me he de acabar”. “Pero a eso venimos” -contesta el fósforo- “ese es nuestro trabajo, encendernos, iluminar, dar calor y apagarnos”. A punto estaba de consumirse aquel fósforo, cuando dice la vela: “¡enciéndeme pues! y sea lo que tenga que ser”. Así encendida fue la vela y extinguido el fósforo.
Mas heme aquí ante vosotros, aquí ante vosotros, y ve y contemplad que vosotros hechos sois a imagen y semejanza: Yo Soy la Luz, más vosotros sois chispas de esa Luz, ¿qué esperas para brillar, que esperas para iluminar, qué esperas para entregar? No seas como esa vela que no ha querido encenderse, que prefiere estar apagada para no extinguirse que dar todo lo que tiene de sí a su semejante y hermano. Vosotros tenéis esa Luz porque hechos han sido a mi imagen y semejanza, ¿qué esperan para iluminar, qué esperan para entregar esa Luz a alguien más? Vosotros tienen mucho, pero sois en temor, sois en duda, sois en dolor, sois en tristezas porque no saben encender esa Luz y no se arriman a quien posee esa Luz para sí mismo, encenderse con ella misma.
Y aquí está la Luz frente a vosotros y aún temeroso sois de encender esa mecha. ¿Qué esperáis mis hijos benditos y bienamados?, contemplad que los tiempos han cambiado -mis pequeños amados-, contemplad que el futuro se hizo presente, contemplad mis hijos benditos y bienamados qué extinguiéndose sois la Humanidad entera, que así mismo van trabulando sin haber encendido esa Luz, es algo lo he dicho y lo vuelvo a repetir: vive como si fuese el último instante de estar en el Haz Terrenal, sonríe, regocija tu corazón, ama a tu prójimo y sé cómo quieres que sea la Humanidad. No levantes tu diestra para lastimar lo que he forjado para ti, mis hijos benditos y bienamados, ámense los unos a los otros como Yo os amo. Yo no he venido a dañarlos, ¿por qué vosotros dañas a tus semejantes? Yo no he venido a mentirles, ¿por qué vosotros mienten? Yo no he venido a malmirarles, ¿por qué vosotros malmiran? Yo no he venido a juzgar y a criticar, ¿por qué vosotros lo hacéis? Hecho eres a semejanza mía, trata a tu semejante como Yo os trato a vosotros, no soy Yo quién los quiere, quien los lastima, quienes viene a enfermarlos, mis hijos benditos y bien amados. Sois Amor y Luz para vosotros: ¿qué puedo esperar de vosotros, Humanidad entera?
¿Qué puedo esperar de ti Pedro bendito? Bendito y alabado seas; más así mismo -os lo dice vuestro Maestro- redímanse en verdad Humanidad entera, lleven la Luz y apártense del camino oscuro. No hay maldad en vosotros, sino que se guían al camino oscuro: ¡llénense de mi Luz, varón bendito y bienamado! Tomar y llevar Sabiduría y Entendimiento, Yo te entrego Paz y Tranquilidad para los tuyos, nada ha de faltar, porque esa no es mi Voluntad. Levanta vuestra calza ¡oh Pedro bendito!, y sumiso y obediente has de ser.
Mirad y contemplad cómo los climas han cambiado, porque así mismo fuerza llevan los vientos porque así mismo van cayendo aquellas altas temperaturas cuando aún no es el momento; iban bajando repentinamente cuando no les corresponde; ¿se han preguntado el por qué? Más así mismo, os lo dice vuestro Jesús, que eso es poco a lo que han de contemplar vuestras pupilas, porque aún no han visto lo peor, mas no temas -mis pequeños benditos- porque no he venido a asustarlos sino a prevenirlos, para que a la alerta a la alerta puedan encontrarse y asimismo lleven el Faro Luminoso de Elías, lleven la Espada de Miguel, y lleven el Manto de mi Madre para cubrirse. Más aquel que tenga un instante de duda, ese es el que se ha de quedar en el camino; aquel que no lleve la Fe, aquel que sea en la Blasfemia, aquel que sea en la vanidad, aquel que sea en la pereza, apartarse de todo y hacerse hacia la Luz ¡oh Humanidad entera!
Mirad y contemplad que todo lo postro en charola de plata: tomen de los manjares que Yo poseo para vosotros, sacien de su hambre y de su sed para que recobren la fuerza y la fortaleza y sean andando por los arduos caminos que aún han de transitar. No teman jamás, sino al contrario, sean como el Fuerte Roble que aún ante los grandes vientos no se doblega.
Han contemplado esos vientos, vendrán con más furia; han contemplado las altas temperaturas, aún no es ni la mitad de lo que ha de venir; han contemplado al Astro Rey, lo han sentido en verdad, no es ni la mínima cantidad que han de sentir vuestras envolturas. Más llénense de mi Luz, os lo dice vuestro Jesús, para que seas sopesando lo que ha de venir.
Oh Pedro amado, hacedme presente vuestras aguas. Bendito y alabado seas.
Aguas cristalinas que traídas sois del Río Jordán limpiadas y desmanchadas han de ser, cubiertas con mi Luz con mi Fuerza y mi Fortaleza: una gota de mi Preciosa Sangre cuál Bálsamo de Sanidad, aquel que bebiere de ellas Sano y Salvo será porque esa es mi Voluntad. Hacedme presente vuestro botón; bendito seas. Un botón que hurtado eres del jardín ameno de mi Madre, entregando has de ser este Rocío primeramente a la Escala Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este Rocío derramado a vuestras aguas que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea este Rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este Rocío derramado a los mares, lagos, ríos y riachuelos. Sea este rocío derramado a los campos y campesinos que han de dar el sustento a la Humanidad entera. Sea este Rocío derramado a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea está Rocío derramado a los asilos y a los orfanatorios, para tocar el corazón de aquellos que los atienden, que no sean en maldad ni en abuso. Sea este rocío derramado a los caminos y caminantes. Sea este rocío derramado a todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea este rocío a vuestras antorchas que iluminarán de vuestros senderos y de su calza, a vuestros amuletos que serán siempre usados para el bien y jamás para el mal. Sea este rocío para esas estatuillas de la inocencia bendita, y por ellas llevan a toda la Humanidad entera. Sea este rocío a vuestros hogares y a los que habéis dejado en ellos. ¡Hecho ha sido Pedro bendito! Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.
Benditos y alabados sean corazones de buena voluntad, no teman corazones benditos: llénense de mi Luz, llénense de mi Fuerza, y llénense de mi Fortaleza, de mi Paz y de mi Tranquilidad, llénense de las nuevas ideas que han de venir corazones, sean en amor, sean en respeto y en caridad porque así mismo -corazones benditos- mucha maldad aún hay en todo el Haz Terrenal; no soy Yo quien acabará con ella, corazones benditos, sino vosotros mismos.
Empleen corazones benditos, lo que algún momento os dije: sé como quisieras que los demás fuesen empezar por vosotros mismos para acabar con tanta maldad, con tanto derramar de sangre inocente, con tanto daño que se hacen los unos a los otros no soy Yo quien viene a dañarlos, no soy Yo quien viene a sembrar maldad -mis hijos benditos y bienamados- cuando Yo solamente he sembrado amor Paz y Tranquilidad en la Humanidad entera, aún contemplar hay nuevas cosas más, sé en sumisión y en obediencia -mis pequeños amados- sé en la Paz y en la Tranquilidad, en la unión y en la fraternidad y no derrames corazones benditos vuestras lágrimas sino enjuga los corazones amados, y sigue adelante si tropiezas. Si caes ¡tómate de mi mano y levántate! prosigue en el sendero, no te quedes esperando -corazones amados- sigue adelante porque aún el camino es largo y tardío. Yo Limpiaré vuestra calza, sanaré tus heridas y te llevaré por el sano y el buen camino.
Más ahora te pregunto: ¿habéis quedado conformes? Bendito seas, que por vuestra conformidad Yo les entregó a Manos Llenas: tomad y llevad -mis hijos benditos- el Pan sin levadura, el Jergón, la Miel, tomad y llevad la Uva, tomen y lleven mis niños benditos de mi Fuerza y de mi Fortaleza, esta Monedilla que multiplicadas será en lo material, tomad y llevad de las Llavecitas del Trabajo, vean y contemplen que asimismo abiertas serán esas portezuelas porque es mi Voluntad amada. Tomen y lleven -mis hijos benditos- mi Fuerza, mi Fortaleza, mi Paz y mi Tranquilidad; tomad y llevad de mi bendición: en el nombre que sois el Padre + en el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz bendita del Espíritu Santo.
Ve por el sano y el buen camino, y entrega palabras sabias, entrega palabras de amor; y así mismo recibirás de grande manera de tu Jesús amado. Ve en Paz -mis hijos benditos- que así mismo estaré entregándote la Luz para tus senderos.
Mi Paz sea con vosotros.
(canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos…)
me llena de dicha tan solo leer esta catedra y desearia de todo corazon estar presente ante la Luz de nuestro Señor Jesus en su recinto, mi lugar es lejano, CdJuarez.Pero mi corazon estara ahi.
Buen día hermano: La Paz de mi Padre esté con usted. Bienvenido cuando guste todos los días primero de mes, lo esperamos con mucha alegría en la Ciudad de México. Gracias por acompañarnos en espíritu desde la hermosa Cd. Juárez; que mi Padre bendiga su camino, le conceda salud, un buen empleo y mucho amor en casa. ¡Feliz día!