Catedra 1 Julio 2021

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Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección, así a la de Jacob y de allí hasta vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean Congregación Bendita y Bienamada, bienvenidos sean Pueblo amado de Israel. Benditos y alabados sean porque recibidos sois con los brazos abiertos a los unos y a los otros, sin distinción alguna de Raza, de Credo, de Color. Tomando sean de vuestro banquillo , Humanidad entera y escuchar con atención mi Consoladora Parábola.

Benditos y alabados sean mis hijos bienamados, que buenos y malos Yo les recibo por igual. Más benditos sean porque aún con la intemperie de los tiempos, acudes al llamado de la campana sonora.

He aquí al Padre, he aquí al hijo, he aquí al Espíritu Santo, entre vosotros Humanidad entera, entre vosotros Congregación Amada. En esta Bendita alba llena de Gracia, alba primicia del mes de Julio del año del Hombre dos mil veintiuno, en la cual renaciendo es la semilla en la cual floreciendo es el ramaje en la cual, abriéndose los campos, en la cual mis hijos benditos y bienamados, vuestras pupilas contemplando sois lo que nos es nuevo para vosotros porque avisado fue en Tiempos atrás, en que la intemperie de los Tiempos sería con furia porque el Haz Terrenal cansado es, mis pequeños amados, mis pequeños labriegos. Mas en lamentación no quiero contemplar a mis hijos benditos, sino en plegaria mis pequeños amados. 

Mas dónde se encuentra el Padre que no esté el Hijo, dónde está el Hijo, en que no se encuentra el Padre. Oh mis pequeños labriegos que abriendo de par en par son vuestros corazones para recibirme de grande manera, corazones de buena voluntad. Más bendigo en estos instantes también a aquellos que sois cerrando las portezuelas de vuestro corazón, porque no sois recibiéndome de grande manera. Mas bendito eres tú, que lo abres de par en par y me recibes en tu regazo, limpiando y desmanchando he de ser tu envoltura por dentro y por fuera, apartando de raíz la mala hierba que llevas a cuestas, Humanidad entera. Limpiando y desmanchando todo cuanto te acontece en tu envoltura bendita: dolor, cansancio y agotamiento, alejado serán de vuestra envoltura, quedando la Paz, quedando la Tranquilidad, corazones de buena voluntad. Levanta vuestra calza, oh Humanidad entera y sigue adelante. Mas contempla que aún el camino es largo. Despierta del letargo y no dormites más, que el tiempo se ha cumplido, Humanidad entera, no es tiempo de estar en el banquillo y esperar y aguardar lo que sea cayendo de los Altos Cielos. Es mi Voluntad que levantes vuestra calza y seas trabulando en las callejuelas entregando mi Paz, mi Consuelo, palabras de Sabiduría, palabras de Amor, palabras de Consuelo; mas no es mi Voluntad que seas atribuyéndote lo que no eres aún, porque te he escuchado balbucear que tú eres “el sanador”, que tú “eres el que contemplas”, que tú “eres el que ves”, que tú “eres el que haces”, mas cierra tus labios y no mientas más, porque no eres más que lo que Yo quiero que seas; no te atribuyas lo que no te corresponde. Aprende a cerrar los labios, cuando no tienes nada agradable que decir. Mas si tus palabras son de consuelo, de Paz y de Tranquilidad, si tus palabras son de regocijo y de amor, de voz en cuello eleva tus Plegarias, abre de tus labios y que sea saliendo de tu gargantilla aquella parábola. Mas si es para elevar tu ego, para decir que eres “quien eres” sin serlo para lastimar a vuestro prójimo, pra bajar su autoestima, para juzgar y criticar, sella tus labios, porque de no sellarlos tú… los sellaré Yo, mis pequeños benditos. Mas entiende quien tenga que entender.

No estamos en el tiempo de alardear de lo que no sois, porque ante mi Pupila, mis hijos benditos, no es más el que tiene maps denario, el que tiene más poder, el que habla más, sino ante mi Pupila es más aquel que destila palabras de Amor, aquel que ayuda al prójimo, aquel que se quita el abrigo y lo entrega al friolento, aquel que se quita el pan de los labios y lo entrega al hambriento, aquel que antes de beber el agua la ofrece al sediento; con ello -mis hijos benditos- no estoy diciendo que entregues lo que no posees, pero derrochas a manos llenas gastando en cosas innecesarias, mas así mismo contempla en verdad, aquellos que en verdad lo necesitan y les hace falta, deseosos sois de lo que tú derrochas, tirando sois del alimento sin ver que a otros os hace falta. No mis pequeños, contempla en verdad a tu Hermana Humanidad, contempla cómo sois en la desolación, en la tristeza; contempla en verdad, Humanidad entera, dañando eres no solamente la Tierra que pisas, sino a vosotros mismos mis pequeños amados.

Quién de vosotros ha visitado al enfermo entregándole el consuelo, quién de vosotros ha visitado al preso entregándole Paz, quién de vosotros ha entregado palabras de amor a vuestro prójimo, quién de vosotros ha entregado una plegaria en el mesar al repartir los alimentos. Yo contemplo discordias y mal palabrerío en el mesar, en vez de bendiciones y agradecimientos por el pan de cada día, para todo hay momento e instantes, oh mis hijos benditos, no te equivoques y no eres más. 

No dejes para mañana el cambio, porque quién te asegura que el mañana llegará para vosotros; hacedlo hoy mismo, mis pequeños benditos y bienamados, no esperes y aguardes a que sea demasiado tarde. Mas no esperes que cambie tu semejante aquel que te rodea, cambia vosotros mismos y al ver el cambio en ti, cambiará el que se encuentre a tu lado, y el que se encuentre a su lado del que cambió por verte a ti, y así sucesivamente irá creciendo aquella cadenilla y cambiaréis todos y cada uno de vosotros. Mas no te lamentes, mis pequeños benditos… Actúa, mis pequeños amados, os lo dice tu Escritura que contemplad: Actúa Israel y no detengas tu calza, mis pequeños benditos y bienamados. 

Oh Pedro bendito y bienamado, ¿qué puedo esperar de ti? Bendito seas varón amado; verdad os digo que aún tus pupilas materiales contemplan, y aún así no redimiendo eres en verdad; mas perdón entrego, a todos y cada uno de vosotros. Tomad y llevad, varón bendito y bienamado, que nada faltará en vuestro hogar. Mas te entrego Sabiduría y Entendimiento, para que guíes como pastor al ovejal: toma y lleva varón amado, para ti y para los tuyos.

Bendito y alabado sean todos y cada uno de mis hijos. Mas bendecidos serán mis pequeños labriegos, mas regocijándose sea vuestro corazón porque solo no he venido: Elías me acompaña, mi Madre amada no me abandona, mi Ejército Celestial se encuentra ante vosotros, ángeles, serafines y querubines, rodeándolos sois en estos instantes, mis Arcángeles amados custodiándome sois. Mas no temais jamás de mi Luz bendita, temed de vosotros mismos y arrepiéntete humanidad entera. Lleva vuestros palmos a vuestros corazón, para que sintiendo seas el palpitar, y me contemples ahí mismo corazones de buena voluntad. Mas os dice vuestro Jesús, preparados han de ser mis pequeños labriegos. No detengas vuestra calza, sigue adelante; si caes Yo te levantaré, sanaré tus heridas para que prosigas en el camino, con firmeza y con Amor. No detengas tu calza, Humanidad entera, ¡tómate de mi Mano, que sacando seréis adelante a los suyos! Nada faltará en vuestro hogar, si me pides con Fe y con Amor, multiplicando he de ser la monedilla, mis hijos benditos y bienamados y abriendo las portezuelas de la labor material seréis, mis pequeños amados. No temas de tu enemigo, mas no temas de aquel amigo falso, de aquel lobo con piel de oveja que se acercó a ti, porque así mismo aquel daño que te han hecho será revertido y no porque tú lo desees varón amado, sino porque es mi Voluntad. No teman, corazones de buena voluntad.

Hacedme presentes vuestras aguas. Bendito seais. Aguas cristalinas que traidas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, y convertidas en Bálsamo de Sanidad; aquel que bebiere de ellas Sano y Salvo será porque esa es mi Voluntad. Hacedme presente vuestro ramaje; bendito seas. He de entregar este rocío, primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a tus antorchas que iluminando serán vuestro andar. Sea este rocío derramado a vuestras aguas que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea derramado este rocío a los campos y campesinos, a las cercanas y lejanas comarcas, a los campos y campesinos, a los caminos y caminantes. Sea derramado este rocío a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos, con culpa y sin ella. Sea derramado este rocío a todas aquellas ciudades y comarcas que se encuentran en desolación, por la intemperie de los tiempos. Sea este rocío a aquellos que son derramando la sangre inocente y terror. Sea este rocío derramado a todo ser viviente del Haz de la Tierra. Sea este rocío a todos aquellos de mis hijos que no pudieron asistir a la Casa de Oración. Sea derramado este rocío a todos y cada uno de los presentes. Sea derramado este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido Pedro amado.

Oh mis pequeños labriegos, derramada es la Caridad ante vosotros, llénese de regocijo vuestro corazón y aliméntense de mi, porque así mismo entrego el Pan a todos y cada uno de vosotros. Mas preparándose sean mis pequeños amados, tiempo es ya de cumplir con mi Mandato Divino, no esperar y aguardar mis pequeños amados. Más en preparación, en Paz y en Tranquilidad sean Congregación bendita. Llegad a mi Casa con buen tiempo, llegad a mi Hogar con Fe, con Amor. Dejad en la portezuela vuestros problemas, vuestro materialismo y entrad a mi Casa con Fe y con Amor, con regocijo, con Paz y con Tranquilidad, y abriendo vuestro corazón.

Ansiosos son mis Seres de Luz de tomarse de vosotros, mas vosotros sois faltos de preparación. Redímanse en verdad, aparten sus egos, aparten su materialismo, aparten su vanidad. Sean en sumisión y sean en obediencia, Humanidad entera, sé más humilde, mis pequeños amados y contemplarás mis maravillas. Ve por el camino llevando mi Nombre de voz en cuello y todo cuanto hagas, hazlo con Fe y con Amor. Las portezuelas no serán cerradas, mis pequeños benditos. Contemplaréis largo el sendero, pero lleno de Luz, para que puedas andar y transitar en el camino. No temas, os repite vuestro Padre, de aquel lobo disfrazado de oveja, que Yo me encargaré de él.

Mas no seas el falso profeta que da esperanzas cuando no las hay, que da aquel mal palabrerío cuando es mi Voluntad otra. Analiza, analiza todas y cada una de mis Parábolas, y entederás, mis pequeños y amados hijos.

Os pregunta vuestro Jesús, ¿habéis quedado conformes? Benditos sean, que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos Llenas… extended vuestros palmos y sentid mi calor de Padre, mas tomad y llevad que Yo te entrego el Pan sin Levadura, el Jergón, la Miel y la Uva, tomad y llevad mis hijos benditos estas monedillas que multiplicadas serán en lo material siete veces siete porque esa es mi Voluntad. Tomad y llevad mis hijos benditos las llavecitas del trabajo. Tomen y lleven, mis pequeños amados que nada faltará en vuestro hogar y en su mesar, porque no es esa mi Voluntad. Arranco vuestro ropajes hechos jirones, y postro el engalanado blanco y blanquecino cual copos de nieve, mis pequeños amados. Tomad y llevad mis hijos benditos.

Tómense de mi Mano cuando sean sintiendo el dolor, el cansancio, el agotamiento, la tristeza, que Yo estaré allí para vosotros en todo momento y en todo instante, mis pequeños amados. Sean en Paz y en Tranquilidad, corazones de buena voluntad y no teman por aquel de vuestro enemigo, háganlo presente con Fe y con Amor, que Yo estaré entregando lo que a cada uno os corresponde, mis pequeños amados. Tomen de mi bendición, en el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo y en el nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.

Mi Paz sea con vosotros. 

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)