Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro
Canalizado por: Hermana Concepción
Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección, así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.
Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasad a tomad de vuestro banquillo Humanidad entera, Congregación amada, y escuchad con atención mi Consoladora Parábola.
Recibiendoos sois a los unos, recibiendoos sois a los otros, sin distinción alguna de Raza, ni Credo, ni Color, porque todos sois mis hijos y a todos amo por igual. Dónde puede encontrarse el Padre, que no sea el Hijo, y dónde puede encontrarse el Hijo que no sea el Padre, benditos y bienaventurados, corazones de buena voluntad, que abriéndose sois de par en par para recibir a su Jesús Amado, en alba bendita llena de Gracia, alba primicia del mes de junio, del año del Hombre 2020, en el cual lustro es de oscuridad y penumbra para muchos de vosotros, mas de Luz y Fuerza para otros más.
Así mismo, os lo dice vuestro Jesús, bienaventurados aquel que lleva la Fe viva en tu Jesús bendito, porque no os lamentándose será de lo que ha de contemplar su pupila. Mas aquel que dice amarme y seguirme y me da de la espalda, en lamentación puedo contemplarle de grande manera. Así mismo, mis hijos benditos y bienamados, aquel que llevare aquellos de mis Mandamientos no perecerá, porque así mismo sé que me ama, porque llevándolos a cabo es y porque guiándolos con su Luz y su Gracia es ante ellos mis hijos benditos y bienamados.
Dónde está aquel que dice amarme y me da de la espalda, dónde está aquel que dice seguirme y no le contemplo atrás de mí; dónde está aquel que dice que no ha de padecer, cuando así mismo en tropiezo va. Más bendito y alabado aquel que lleva la fe viva en Mi y es como aquel roble, que aun cuando sembrado es a las orillas del mar, es estirando sus raíces hacia la marea para sostenerse; aquel roble cuando llegue aquella sequía, sus hojas siguen reverdeciendo; aquel roble que aún cuando no es regado, sigue dando el fruto para aquel que tiene del hambre; aquel roble que aún cuando el rayo de la luz solar es tan inmenso, sigue dando aquella sombra a aquel que va aposentándose a su pie, y he aquí ese roble que aún alba tras alba va padeciendo, en pie puede encontrarse y lleno de Fe es… es la carne por la cual me comunico, porque pruebas he dado y pruebas ha sacado adelante. Cuántos de vosotros habrían perecido ya, después de tantas albas de dolor, después de tantas albas de tristeza, después de tantas albas de penumbra; más mirad y contemplad que fuerza y fortaleza Yo entrego a todos y cada uno de vosotros, que Fe viva llevan en Mí; porque así mismo lo he dicho de una y mil veces, no es menester que te encierres en estas cuatro paredes para que recibas de grande manera de tu Jesús amado, porque donde quiera que te encuentres, si tu abres tu corazón, hasta allá te llegará todo lo que solicitas, pero eres necio, eres sordo y eres mudo: Mudo porque no me sabes pedir, sordo porque no me sabes escuchar, y ciego porque no me contemplas que a vuestro alrededor puedo encontrarme. Mis hijos benditos y bienamados: ¿Qué más debe pasar, para que creas en mí?
Mirad y contemplad, mis hijos benditos y bienamados, que os siempre lo he dicho: Ayúdate, que Yo te ayudaré. Mirad, contemplad a Noé cuando os dije que el diluvio vendría, no se quedó con brazo cruzado; aquel Noé hizo aquella embarcación. Qué fue de José, cuando os dije que llegaría la sequía, se abasteció. Qué fue de José y María, cuando así mismo se enteraron que Herodes vendría acabando con todas las inocencias, huyeron de Egipto, y solo por mencionar algunos ejemplos… ¿Qué sois de vosotros cuando os dije que vendría la Peste?, ¿no os importó nada y siguieron a la intemperie de los tiempos? Crean o no lo crean, solo porque es cuán grande el Amor que siento por vosotros, no has caído en aquel lecho del dolor; porque en verdad por si mi fuera, serías los primeros en caer mis hijos benditos y bienamados, porque siempre en duda vas, porque te sientes superior a todos solo porque estás bajo estas cuatro paredes. No mis pequeños, y prueba de ellos es esta carne por la cual me comunico, no por estar bajo las cuatro paredes no puedes padecer. Mas Fuerza y Fortaleza Yo os entrego en verdad, mis pequeños amados.
Abro de sus pupilas para que puedan contemplar, abro de sus auriculares para que escuchen y no solamente oigan, abro de su gargantilla para que pueda comunicarse conmigo, mas abran ustedes mismos de su corazón para que sea ese entendimiento de Espíritu a espíritu con tu Jesús amado.
No seas en necedad más, mis hijos benditos, ¿qué es lo que quieres contemplar con tus pupilas pecadoras? ¿Qué es lo que quieres analizar si no te analizas a ti mismo? Mirarás y contemplarás derramada la sangre, mirarás y contemplarás al hombre acabar con el hombre, mirarás y contemplarás como aquellos volcanes son derramándose de grande manera cómo abriéndose la Tierra es y cayendo muchos serán. Cómo aquellas fuertes lluvias inundarán, cómo aquellos rayos solares quemarán, ¿qué más puedes contemplar para que creas mis hijos benditos? ¿Qué esperas para redimirte, mis pequeños amados? Aquellos cuantos oraron en mi Nombre y abrieron su corazón y sanos quedaron; ¿pero dónde se encuentran aquellas grandes multitudes que solamente abren sus labios para lamentarse y no para orar?, abren esos labios para blasfemar, para juzgar y criticar y no para orar; ¿hasta cuándo, Pueblo Bendito de Israel, hasta cuando Congregación amada? Mas benditos sean en verdad, os lo dice vuestro Jesús Bendito, en alba llena de Gracia.
Así mismo, mis pequeños benditos y bienamados, contemplo a aquel rico que mira al pobre cómo es levantando de la basura a aquel alimento, y en lugar de ofrecerle un pan, lamentándose es y dice: “qué bueno que no soy pobre”. Mas aquel pobre voltea a su alrededor y contempla al loco, y también se lamenta y dice: “qué bueno que no soy loco”. Mas aquel loco dentro de su locura, contempla cómo va aquel vehículo llevando aquel camastro y dice: “qué bien que no estoy enfermo”. Mas aquel enfermo dentro de ese nosocomio contempla a aquel que ya ha perecido, y aún dice: “qué bueno que no estoy muerto”. Por qué esperar hasta el último instante, mis pequeños benditos y bienamados.
¿Cuántas veces has acudido a aquel hospital y ayudado a aquel que lo necesita? Tú que dices que aquella peste no existe, acude a brindar tu ayuda a esos nosocomios. Cuántas veces te has parado a dar el pan a aquel que está al pie de la portezuela esperando una noticia, buena o mala, y que no puede despegarse de ese lugar porque cree que en es instante saldrán a dar la noticia, y así mismo tú no acudes a brindar de vuestra ayuda porque tú te encuentras sano, porque nada adolesce, y mientras nada adolezca en ti te crees privilegiado. Cuántas veces has acudido a esa cárcel, a ese presidio a dar paz y tranquilidad a aquel que se encuentra con culpa y sin ella, ¿cómo vas a acudir si tu eres libre? ¿Cuántas veces te has parado en aquel que tú llamas panteón?, ese campo santo que así mismo te hace recordar que estás vivo; mas asi mismo, os lo dice tu Jesús, mientras no brindes nada la vida no vale nada para ti. Porque ahorita pisas estas tierras que un momento serán tu morada, porque no nada trajiste y contigo nada llevarás, mis hijos benditos y bienamados.
¿Qué más puedo decirte para hacerte entender? Para limpiar tu corazón y no sigas más en el egoísmo, no sigas más en la vanidad, sé en humildad, despójate en las avaricias, despójate de los egoísmos, no juzgues, no mal-mires, no critiques, ama y ayuda a tu semejante y hermano os lo dice vuestro Jesús… aún a tiempo estás, Humanidad entera, Congregación amada.
Pedro bendito, acercadme de vuestras aguas. Limpiadas y desmanchadas han de ser, estas benditas aguas cristalinas que traídas sois del Río Jordán, derramo una gota de mi preciosa sangre, cuál bálsamo de sanidad; aquel que tomare de ellas Sano y Salvo será, porque esa es mi Voluntad. Hacedme presente vuestro botón; bendito seas.
Aguas benditas que rocío entregaré, primeramente a vuestra Escala símbolo de la Perfección Espiritual. Sea este rocío derramada a vuestras aguas que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío derramado a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos, con culpa y sin ella. Sea este rocío a los caminos y caminantes. Sea este rocío derramado a los campos, a las montañas altas y bajas, a los mares, lagos y riachuelos. Sea este rocío a la lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío a todos los hospitales. Sea esta agua derramada a todos aquellos que debieran estar aquí, pero no están presentes. Sea este rocío a todos y cada uno de mis pequeños, a sus hogares y a quienes habéis dejado en ellos.
Hecho ha sido Pedro amado. Bendecido ha sido, mis hijos benditos y bienamados, todo el Haz Terrenal mis pequeños amados. Mas así mismo, os lo dice vuestro Padre, adelante, adelante seguiréis, mas vosotros mismos sabéis si tropiezas con esa roca o la apartas de vuestro sendero. Bendecido y multiplicado he de ser en lo material a aquellos que se permitieron engalanar la Casa de Oración, siete veces siete en multiplicación llevará, porque sois contemplando en verdad su Fe cuan grande aún cuando presentes no pueden estar; contemplo su corazón abierto de par en pa, benditos sean aquellos que engalanan mi Casa.
Sea así, mis hijos benditos, corta mi Parábola porque así débil contemplo a mi carne, más no teman mis pequeño amados que aparto el castigo que había postrado para vosotros y mis niños de Luz prevalecerán en comunicación con vosotros, mas he ahí la pregunta: ¿Dónde están los Pedestales que han de entregar cuando esta carne se encuentre en debilidad? ¿Mas dónde pueden encontrarse aquellas carnes que dijeron servirme? Mas benditas sean en verdad, que Yo entrego el perdón.
Qué puedo esperar de ti, oh Pedro amado.bendito y alabado seas, oh Pedro amado. El perdón Yo entrego a todos y cada uno de mis hijos; mas limpio y desmancho desde vuestra crisma y hasta vuestra calza, ¡ay de vosotros si vuelven a llenarse de fango! porque el ropaje blanco y blanquecino cual copo de la nieve, Yo he dejado en cada uno de vosotros. Vosotros sabéis si manchándolo seréis o blanco te presentas ante mí en próxima alba venidera; toma y lleva varón bendito. Sabiduría e inteligencia para ti, para que seas sacando adelante a tu Pueblo amado de Israel. Tú sabrás cómo laboran mientras así mismo se encuentre en reposo esta carne. Toma y lleva, varón bendito, bendito seas. Que cuentas claras y precisas entregaréis de ellos.
Yo os pregunto, Pueblo amado de Israel: ¿Habéis quedado conformes? Benditos sean, que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos llenas: Tomad y llevad mis hijos benditos del Pan Sin Levadura, del Jergón, de la Miel, de la Uva, tomen y lleven mis hijos benditos estas moneditas que multiplicadas serán en lo material, nada faltará en vuestros hogares, aún en estas albas que faltos de labor sois, porque Yo estaré previendo por vosotro. Tomad y llevad, mis hijos benditos, las llavecitas del trabajo que prontamente se abrirán esas portezuelas que han sido cerradas. No teman jamás, lleven mi Luz, mi Fuerza y mi Fortaleza, mi Paz y mi Tranquilidad mis hijos benditos y bienamados, que por vuestra conformidad Yo entrego de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.
Mi Paz sea con vosotros.
(canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)
Es hermoso que en estos tiempos difíciles leer la palabra de sabiduría.
La Paz de mi Padre esté con usted hermanito. Es una belleza encontrar estos raudales de Agua Viva espiritual en medio del desierto emocional; si no fuera por la Palabra y Consejo de mi Padre, nuestra mirada no reconocería todo el Amor presente en nuestra vida… nuestra salud, los alimentos, la ropa limpia, el trabajo y tantas maravillas que nos entrega mi Padre con tal de alegrar nuestro corazón. Hermanito Abraham, que mi Padre siga concediéndole a usted Sabiduría, Fuerza y Fortaleza para disfrutar de esta vida, y enseñarle a las personas a ser tan agradecido como usted ante mi Padre. Gracias por acompañarnos, Dios bendiga su día con mucho Amor. ¡Un abrazo de Luz!