Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo
Canalizado por: Hermana Concepción
Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra, los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra, los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas, y desciende Mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección hacia la de Jacob, y de ahí a vuestro propio entendimiento humano.
Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasad a tomar de vuestro banquillo, Congregación Bendita, Humanidad entera, y escuchar con atención mi Consoladora Parábola.
Benditos sean los unos y benditos sean los otros. He venido a recibir a todos por igual, a buenos y a malos, a aquellos que me reciben con el corazón abierto de par en par; más así mismo recibo a aquellos que han alejándose de Mi Casa de Oración, porque así mismo vale más para ellos el “materialismo” que lo que He venido a ofrecer para vos. Más así mismo mis pequeños, Yo doy la bienvenida en esta Bendita Alba llena de Gracia: Alba Primicia del mes de junio, del Año del Hombre 2024, en el cual Mi Aposento es en Espíritu y en Verdad.
Mas así mismo, He de contemplar tus pensamientos, tus plegarias y tus palabras, tus cuestionamientos, porque He de escuchar el palpitar de vuestro corazón. Y te estás preguntando por qué en esta ocasión no he abierto la gargantilla de esta carnecilla por la cual he venido a manifestar Sabiduría y Entendimiento para todos y cada uno de vosotros: por su falta de Fe, por su falta de Amor hacia tu Jesús Bendito.
Mas en verdad os digo a todos y cada uno de vosotros, Yo no postro las enfermedades, el dolor que vosotros van sintiendo a cuestas; Yo he venido a sanar vuestro espíritu y vuestras envolturas, mas sois vosotros mismos -y con ello no quiero decir que vosotros postran en sus envolturas el dolor y la congoja-, pero tienen las herramientas, tienen las armas para protegerse de todo daño, de todo mal.
Les he entregado y les he manifestado el Medicamento Espiritual y vosotros sois en “oído sordo” mis pequeños, vosotros tenéis todo en sus palmos, pero vosotros sois necios y desisteis de cuanto Yo He entregado para vuestro Bien y para el Bien de La Humanidad. Porque para vosotros es más fácil deslindar responsabilidades y buscar culpables, mis pequeños: “que si tú me hiciste, yo te lo hago”, “que si tú me dijiste, yo te contesto”, “que si así mismo me tocaste, yo lo hago más veces”… ¡No, mis pequeños benditos!
He venido a sembrar Amor. El Amor, quiero contemplar en vosotros ¿quién de vosotros ha predicado con el Amor, quién de vosotros ha predicado con el ejemplo? ¿Quién de vosotros ha predicado el no sentirse ni más, ni menos que: sus semejantes y hermanos, que aquellos seres por las cuales estás en el Faz de la Tierra, por aquellos animalillos, por aquellas árboles, plantas y arbustos que te dan el sustento? ¡No mis pequeños!
Ante Mis Pupilas Benditas todos sois por igual. No es más uno ni el otro, no es más ni vale más aquel que toma “aquellos libros” para estudiar y leer; si no es más, aquel que va brindando aquellos saberes a su semejante y hermano. No es más aquel que lleva más estudios, porque ¿de qué le sirven -mis pequeños benditos- si no es capaz de brindar un saludo fraternal a su semejante y hermano? ¿De qué le valió tanto estudio a mis pequeños benditos, si no es capaz de brindar su conocimiento a aquel que lo necesita? Es como si fuese Yo viniendo al Haz Terrenal y no entregarles lo que traigo para vosotros: Yo vendría y los observo y me voy… ¡No, mis pequeños benditos! Yo vengo, traigo el Ejemplo, traigo el Consejo de Amor para vosotros, y lleno sus palmos y sus bolsillos de todo cuanto poseo, para que ustedes sean saliendo adelante. Y así mismo vosotros, con todo cuanto Yo les ofrezca y les entrego… entregadlo más delante, mis pequeños benditos.
Contemplo el dolor de vuestras envolturas y no hago el oído sordo a sus súplicas, mis pequeños benditos, no les hago “la vista” como ustedes dicen, “desviándose por otros lados”, mis pequeños amados. No es desviada Mi Mirada, porque Yo les vengo contemplando: contemplo su tristeza, Contemplo su congoja, contemplo su dolor -mis pequeños benditos bienamados-, pues así mismo los he venido contemplado alba por Alba, y les he venido dejando de Mi Luz, de Mi Fuerza y de Mi Fortaleza, para que sean saliendo adelante, mis pequeños benditos y bien amados.
Mas así mismo, qué puedo esperar de vosotros si sois en el letargo, si sois en el cubrir de las pupilas, en el cubrir de sus auriculares, en el sellar de sus labios…porque desistes de orar, desistes de meditar -mis pequeños benditos- para recibir de grande manera lo que traigo para vosotros. Contempla Mis Palmos repletos de Luz y de Gracia para todos y cada uno de vosotros. Más vosotros sois en el egoísmo, en la vanidad, en la lujuria. No permitas que aquellos “tentáculos de maldad” te sean tocando mis hijos benditos y bien amados. ¡Despierta del letargo y abre tu corazón!
Abre vuestros labios a La Plegaria, mis pequeños hijos: pide y ora por vosotros mismos, pide y ora por vuestros semejantes y aprende a perdonar… no a buscar culpables, mis pequeños benditos. Porque siempre eres en el buscar “quién” te hizo el daño, quién te hizo la maldad, quién te malmiro y quién te juzgó. Porque para vosotros es más fácil buscar “culpables”, mis pequeños, que pedir y orar por la Paz y la Tranquilidad de vuestra Hermana Humanidad.
Ve y contempla cómo sois en estos instantes de un lado a otro, porque quieren ganar, porque no saben perder, porque su avaricia es cuán grande y no hay Amor hacia la Humanidad… Quieren ganar por avaricia, por egoísmos, por lucrar mis pequeños benditos y bienamados; no quieren ganar aquel “Poder” para ayudar a la Humanidad, por cuanto todo “lo ven” y lo contemplan para su propio bienestar, para su propio bien, porque ni siquiera para aquellos que se encuentran en su entorno, mis pequeños benditos.
Más hablan, hablan aquel palabrerío, hablan aquellos “dimes y diretes”, mis pequeños benditos; y vosotros Humanidad entera, en lugar de analizar, pensar y escuchar el palpitar de vuestro corazón, para saber qué es lo mejor para vosotros mismos y para vuestra Hermana Humanidad, también se ponen en discordia: qué si “este es mejor” y “aquel peor”, que si “este nos roba más”, “este nos quita menos”, porque solamente hay discordia entre toda la Humanidad. Nadie ve por el uno o por el otro, solamente buscan el bienestar propio y van amarrando navajas los unos contra los otros todos mis pequeños.
El cambio no está en los mandatarios, sino en el pensar y en el actuar de vosotros mismos, porque todos y cada uno ven por su propio porvenir, por su propia vanidad, porque sois ególatras mis hijos benditos. Vean el uno por el otro, siembren y cosechen Amor, y aprendan a perdonar como Yo los he venido perdonando a los unos y a los otros.
¿Te has preguntado cuánta Maldad hay detrás de ti mis pequeños benditos? Pues a sí mismo Maldad también hay delante de vosotros; no te escondas, sino abre senderos para salir a La Luz, no le dejes a los tuyos a aquel “campo de batalla”, no dejes a los tuyos aquellas miserias, deja a los tuyos el Conocimiento, la Sabiduría, la Paz y el Amor, porque todo aquello es lo que abrirá aquellos senderos, aquellas sendas en las cuales se encontrarán la Luz, la Paz y la Tranquilidad mis pequeños amados.
No seas, mis pequeños benditos, en aquellas “vanidades”. No seas mis pequeños, en aferrarte a lo que “no posees” y a lo que “no es tuyo”. Desiste del “misticismo”, cree en lo que te dicta tu corazón, no en lo que escuchas, no es “lo que contemplas”, porque puede haber una cortina de humo que no te permite ver la realidad: porque puedes escuchar melodías sonoras a tus oídos, pero solamente están cubriendo el canto sonoro de aquellas avecillas. No abras vuestros labios para comunicar lo que escuchaste, sino primero analiza cuál falsedad lleva y cuán verdad es.
Siempre en Plegaria, mis pequeños, siempre en Amor y siempre en Perdón, para que puedas obtener todo cuanto tú deseas, todo cuanto tú anhelas y todo cuanto vengo a poseer para vosotros, que es mucho en verdad. Pero allá de ti si lo postras en “saquillo roto” o no sabes administrar cuanto Yo te entrego, mis pequeños benditos y bienamados.
Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?
Limpiado y desmachado has de ser desde tu crisma y hasta tu calza, varón. Te entrego de la Luz, de la Sabiduría y del Entendimiento para guiar a tu ovejal amado. Toma y lleva varón, y no desistas de pedir, que siempre te he de escuchar con el ejemplo para que seas seguido, como Buen Pastor. No temed más de la luz mis pequeños benditos, porque abriéndose será después de la tempestad; aprendan a estar con este “dolor” mis pequeños benditos, porque pronto apartándose será.
Más recuerden en todo instante que “este dolor” parará y acabará, porque es más grande La Luz que ha de venir para vosotros. No llegará a Mí aquel ciego, sordo, mudo y cojo, si no llegara a Mí aquel que sepa labrar la Tierra y abrir su sendero, mis pequeños benditos y bienamados: No ve aquel que tiene pupilas, sino aquel que quiere ver. No escucha aquel que tiene oído, sino el que quiere escuchar. No toca aquel que tiene palmos, sino aquel que sabe sentir con el corazón. No ora aquel que tiene boca y labios, sino aquel que sabe elevar su plegaria.
Es a Mi Madre que no desiste de pedir por todos y cada uno de vosotros en todo momento y en todo instante. A Elías aquí limpiando y desmanchando vuestro sendero, para que seas en el largo transitar. Ambos te entregan La Paz y La Tranquilidad para que seas adelante, llenos de Fe y de Amor. Que no falte la Fe en vosotros, porque si falta por un instante, vean lo que es tu ocasión, por un abrir y cerrar de ojos “sois tocados” por aquella Maldad y vosotros tenéis las Armas en vuestras palmas, pero no las sabes usar. Vosotros tendréis el saquillo lleno de Medicamento Espiritual, pero estás en el “letargo” y es más grande tu pereza que el tomar de aquel saquillo y postrarlo en tu corazón para apartar toda Oscuridad, toda Tiniebla y toda Maldad que desean para vosotros. Más vosotros jamás deseen la penumbra, ni el mal para vuestra semejante y hermano; siempre den y brinden el Perdón y el Amor, que así mismo cuán Grande será para vosotros mismos.
Pedro bendito, acercadme de Las Aguas. Aguas Cristalinas que traídas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, cual Bálsamo de Sanidad, aquel que bebiere de Ellas sano y salvo será. En El Nombre del Padre, en El Nombre del Hijo y en El Nombre del Espíritu Santo: Yo las limpio y las desmacho, y postro una gota de Mi Preciosa Sangre para que sea Sano, y Salvo sea aquel que beba de Ellas. Hacedme presente de vuestro botón.
Bendito seas. Derramado ha de ser este Rocío a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este Rocío derramado a vuestras aguas que convertidas serán en Balsámico de Sanidad. Sea este Rocío a vuestras antorchas, a vuestros amuletos. Sea este Rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este Rocío derramado a las altas y bajas montañas, a los llanos, valles y ríos, a los campos y campesinos, cárceles y presidios, a todos aquellos de mis hijos que se encuentran recluidos con culpa y sin ella. Sea este Rocío derramado a todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea este Rocío derramado a vuestras Casas de Oración, a mis Pedestales que en Preparación los he de contemplar, a todos que acudieron a Mi Casa de Oración, y a aquellos que prefirieron el materialismo en esta Bendita Alba Llena de Gracia, les entrego Mi Perdón y Mi Rocío Bendito. A vuestros hogares y a quienes habeis dejado en ellos. Sea cumplida Mi Voluntad en todo instante, varón amado.
Mis hijos benditos y bienamados, contemplen lo que ha de venir para vosotros, pero no entren en pánico, no entren en lamentaciones, sino así mismos en tomar de aquel Banquillo y orar, abrir su corazón de par en par, y prepárense -mis pequeños benditos- porque sois faltos de Preparación para saber escuchar y saber analizar.
He enviado por instantes a Mi Mundo Espiritual, he enviado a mis Ángeles, Serafines y Querubines, y vosotros no les has sabido escuchar; por ello pido que os prepares vuestra envoltura y prepares vuestro espíritu, mis pequeños benditos. ¡Aléjate del “materialismo”, aléjate de la “maldad”! Quita todo aquello que no es bien visto ante Mi Pupila: ese mal palabrerío mis pequeños benditos, esa lengua viperina mis pequeños benditos, que van por el transitar llenándose más de penumbra que de luz. Yo les limpio y les desmancho desde su crisma y hasta su calza, pero vosotros con sus acciones y su mal palabrerío van postrando pedruscos y espinos y no pueden transitar. Quito el cansancio en esta bendita alba para que puedan continuar con su camino, mis pequeños benditos.
No teman por aquellas enfermedades que han de venir, y no quieras hacerte sentir del llamado de atención por el dolor que vas a sentir, mis pequeños. Limítate, mis pequeños benditos, a sanar tu envoltura y tu espíritu, y no seas causando lástimas en todos aquellos que se encuentran en tu entorno, mis pequeños benditos; espero entiendas.
Cortas Mis Palabras, más no teman por la carnecilla: será en su momento que se abra de par en par su gargantilla, y en próxima alba he de venir a entregar de gran manera, mis pequeños benditos.
Yo os pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos sois. Que por vuestra conformidad, Yo entrego a Manos Llenas: tomad y llevad el Pan Sin Levadura, del Jergón, de La Miel y de La Uva; tomad y llevad mis hijos benditos, Las Llavecitas del Trabajo. Toma y lleva, que no haga falta nada en su Mesa porque no es Mi Voluntad.
Tomen y lleven, mis pequeños amados, de Mi Bendición: en el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois La Luz Bendita del Espíritu Santo.
Yo les entrego de Mi Luz. Y Mi Paz sea con vosotros.
{Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos”}