Catedra 1 Marzo 2022

Cuaresma 2022

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas, y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas, y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las alturas, y desciende Mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección hacia la de Jacob, y de ahí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los unos y los otros,  ¡oh, Humanidad entera, oh Congregación amada! Yo les recibo a todos por igual, sin distinción alguna de Raza, de Credo, de Color, buenos y malos todos sois mis hijos y los recibo de grande manera.

Tomando sean de vuestro banquillo -Oh Jerusalén amada- y escuchad con claridad y con regocijo mi Consoladora Parábola.

Benditos y alabados sean, mis amados hijos, que recibiéndole sois de grande manera en alba bendita llena de Gracia. Alba primicia del mes de marzo, del año del Hombre 2022, crea el Hombre o no lo crea Jesús -en Espíritu y en Verdad- es entre vosotros.

Oh mis labriegos benditos, oh mis hijos muy amados, que vine aquí nuevamente ante vosotros para limpiar y desmanchar, desde vuestro carisma y hasta vuestra calza, porque aún vengo contemplando como aquella vestidura blanca y blanquecina ha sido Manchada, mis pequeños amados; no es tan blanca como Yo la habéis dejado. ¿Por qué sigues en el error? ¿Por qué sigues en el letargo? ¿Por qué sigues en tu vanidad? ¿Sigues en tu egoísmo? ¿Sigues en libertinaje? ¿Sigues derrochando cuánto no tenés? ¿y vas reteniendo lo que no te pertenece?

Más en alba bendita llena de Gracia, he de entregarte del perdón, y de ahí he de apartar todo cuanto no es tuyo, todo cuanto no te pertenece por dentro y por fuera. Limpiando he de ser, primeramente, de vuestro espíritu, vuestra alma que es la que me pertenece; y blanca y blanquecina la quiero contemplar.

Más siguiendo a tu envoltura, mis pequeños amados, he de apartar todo ese pecado que llevar a cuestas: todo ese mal palabrerío que sale de vuestras gargantilla; todo ese pedrusco y esa mala hierba que estorba tu paso. Más bendito eres en verdad, aquel de mi hijo que va sumiso y obediente por el Sendero, encendiendo la Luz, para que sean pasando vuestros hermanos. 

Más el perdón entrego aquel de mí hijo que ha puesto el pie para que su semejante y hermano sea el tropiezo. Como lo he dicho en albas atrás, oh Humanidad entera, oh Congregación amada, cuentas claras y precisas haz de entregar, mis pequeños benditos: ¿cuántos os he dado y cuántos has dado tú a Mí?, mis pequeños amados. Contempla tu lecho; contempla tu choza; contempla tu calza; contempla el pan; contempla el agua de vida que Yo te ofrezco. Mas Yo os te pregunto: ¿qué me has ofrecido tú a Mí, mis pequeños benditos?, el trago amargo mis pequeños amados. Como lo hicieren en aquel tiempo en qué pedí de beber, ¿y cuál fue la respuesta?, el trago amargo del vinagre. Más vosotros alba por alba, van entregando el trago amargo a tu Jesús Bendito.

Más asimismo, Yo vengo entregando el perdón, Yo vengo a entregándote a Manos Llenas para que nada haga falta en vuestro hogar, para que nada haga falta en vuestro mesa, para que sacies de vuestra hambre, para que sacies de vuestra sed, para que seas protegido y cubierto de la intemperie de los tiempos, oh Humanidad amada.

Mas mira y contempla como es tu Padre, cómo es que tú Jesús te viene indicando de sí, mis pequeños amados: Sí al desapego, porque el desapego -corazones benditos- es dolor, más no un dolor inmenso que llevas en vuestra mente por el sufrimiento. Más por qué de aquel sufrimiento: porque vas a pegado a algo que no te pertenece, corazones de buena voluntad, porque eres aferrándote al materialismo. Por qué eres en discusión, en alegato, por algo que no te pertenece, por algo que no es tuyo y por algo que no necesitas, mis pequeños hijos.

¿Cuántas albas he pedido que te alejes del materialismo?, porque solo te causa dolor, porque sólo causa  discusión con unos y con otros. Mas eres echando al saquillo roto todo cuanto tú Jesús amado va a indicando. ¿Y así pides salir adelante? ¿Y así pides que te sea entregando a Manos Llenas, cuando caso omiso haces tú a mis Plegarias, a mis Pedimentos -oh, Humanidad entera-?

Recuerda que nada te pertenece en esta Tierra, en este Mundo todo es ficticio -mis pequeños amados-. No posees ni lo que traes puesto, mis pequeños benditos, entonces ¿por qué aferrarte a ello, mis hijos bien amados? No te pertenecen tus padres; no te pertenecen tus amigos; no te pertenece tu pareja; así como no te pertenece en tus hijos, porque cuando entiendas que todos y cada uno de vosotros estáis en el libre albedrío, cuando aprendas a ser feliz tú solo, cuando comprendas que no necesitas de nada ni de nadie para estar bien, para estar feliz, entenderás -corazones de buena voluntad- lo que quiero darte a entender, y me estarás entregando a manos llenas. Y así mismo, Yo te entregaré a vosotros, más mientras sigas aferrado a posesiones que no te corresponden,  a todo cuanto no te pertenece, te encontrarás en aquel vacío, en ese pozo sin salida -mis pequeños benditos y bien amados-.

Escucha y analiza todo cuanto vuestro Maestro viene entregar, porque son lecturas cortas pero de grande entendimiento para vosotros. Más vosotros echáis en saquillos roto todo cuanto vas escuchando, mis pequeños.

Trata a tu semejante y hermano con Amor,  porque así como lo tratas, te tratas a ti mismo; así como le juzgas, te estás juzgando a tI, porque no tienes amor propio, por ello es que vas peleando y arrebatando lo que no te pertenece.

¿Por qué no te amas, y por qué no has comprendido ninguna sola Palabra de la que te vengo a entregar? Despierta del letargo, mis hijos benditos, no esperes y aguardes a que lleguen grandes catástrofes, a que seas tocado por la intemperie de los tiempos, para que vayas en el arrepentimiento, porque en ese momento no te escucharé. Porque Tiempo te ha dado, porque Tiempo he pedido a mi Padre Eterno para vosotros, y tú sigues, como dice mi Padre, enfangándote mis pequeños amados. Porque vas en error, tras error, mis pequeños hijos.

Aprende a escuchar, no solamente a oír; porque tú oyes, más no escuchas. Tú abres tus labios, pero no dices nada más que insultos y mal palabrerío. Si juzgas a los propios tuyos, ¿qué puedo esperar de juzgar a otros?, si vas hablando de vosotros mismos como las serpientes, enredándose unas con otras, mis hijos benditos y bien amados.

Abre tu pupila espiritual, escucha con tu auricular espiritual, ponte en meditación, lo he dicho muchas albas, para que comprendas todo lo que os dice vuestro Jesús, porque nada más tomas lo que quieres agarrar mis pequeños benditos, más no así lo que realmente es para vosotros. Y no he venido a hacer un llamado de atención, sino a hacerte escuchar para que entiendas y no seas más en ese fango, mis pequeños benditos y bien amados.

He escuchado el palpitar de vuestro corazón, y escuchado cómo eres diciendo, que nadie te comprende,  que todo te pertenece, porque tú lo hiciste, que todo cuanto mereces, mis pequeños benditos. Más Yo te pregunto: ¿en verdad has hecho para merecer, mis pequeños amados, en verdad tienes lo que crees merecer?

Vives en el error, y vas cometiendo más errores a tu paso, en vez de enmendarlos, porque no tienes justificación -mis pequeños benditos- y vas enredandote tú mismo en tu propia madeja, sin encontrar la puntilla para salir ileso de todo aquello que tú mismo has forjado. Porque Yo te he dejado limpio, vuestra envoltura, vuestro espíritu, y vuestro sendero para que seas saliendo adelante. Más vosotros mismos van tropezando con su propia calza, mis pequeños benditos. Espero entiendas y analices lo que te quiero decir, mis pequeños amados.

Más no así, caso omiso sois a vuestros pedimentos. Mirad y contemplad aquellos de vuestros hermanos  que se encuentran en el dolor, que se encuentran derramando sangre inocente, por esa avaricia. Más asimismo mis pequeños amados, oren por vosotros mismos y oren por aquellos que no lo saben hacer y que necesitan de mi Luz.

Oh Pedro Bendito, ¿qué puedo esperar de ti? Bendito y alabado seas varón amado. Su avaricia no tiene fin. Más Asimismo, Yo estaré contemplándole de grande manera a unos y a otros, y entregando lo propio que han cosechado. Más bendito eres en verdad, varón amado. Limpiando y desmanchando he de ser tú envoltura bendita, por dentro y por fuera; tomando y llevando has de ser para ti y para los tuyos. Y aquel tropiezo, corazón bendito, Yo lo quitaré poco a poco. No temas, que nada ni nadie dañará tu envoltura ni a los tuyos. Toma y lleva varón amado.

No temiendo sean corazones, porque Yo les he de entregar a Manos Llenas. Más apartarse de la avaricia, apartarse del egoísmo, apartarse de la vanidad. Esos egos que poseen, solamente vienen a dañarles. Aprendan a salir adelante, a ser felices, a amarse a vosotros mismos, y todo vendrá por sí mismo a vosotros.

Más aquello que seas en peleas, en gritos, y en alegatos, no será bien visto por mi Padre amado. Y así mismo aprende a comprender y a entender, que nada te pertenece, por qué llegaste con las manos vacías y con las manos vacías te irás.

No quieras contemplar grandes palacios, porque así mismo cómo han sido forjados esos grandes palacios  serán en discusión y en avaricia de otros, mis pequeños hijos. Sé entregando el amor que eres capaz de dar; más si no te amas a ti mismo, no eres capaz de entregar amor a los demás. 

Ámate a vosotros mismos, confía más en vosotros y aprende a salir adelante por vosotros mismos. Más en soledad no te encuentras, mis pequeños benditos, porque tienes al mundo espiritual rodeándote; mas no te aferres a nada material.

Oh Pedro Bendito, acercadme de vuestras aguas. Bendito y alabado seas. Aguas cristalinas que traidas son del río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser, y convertidas en Bálsamo de Sanidad; aquel que tomare de ellas sano y salvo será, porque esa es Mi Voluntad.

Hacerme presente vuestro botón. Bendito y alabado seas.

Derramado ha de ser este rocío, primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual.

Sea derramado este rocío a vuestras aguas que convertidas en bálsamo de Sanidad han de ser. Sea este rocío derramado en vuestras antorchas; sea este rocío a vuestros amuletos y todo cuanto me haces presente. Sea este rocío a vuestras lejanas y cercanas comarcas, que se encuentran en desgracia y en desolación. Sea este rocío a los caminos y caminantes, a los campos y campesinos. Sea este rocío a vuestros mares, lagos y ríos. Sea este rocío derramado a las cárceles y presidios. Sea este rocío a los hospitales, a aquellos de mis hijos que se encuentran en el lecho del dolor y saliendo adelante han de ser, porque esa es mi Voluntad. Sea derramado este rocío de grande manera a todo ser viviente que se encuentra en el Haz Terrenal. Sea este rocío derramado de grande manera a mis Pedestales, a todos y cada uno de mis labriegos amados. Sea derramado este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido, Pedro Bendito y bienamado. Levanta vuestra calza y sigue a tu maestro.

Qué puedo esperar de vosotros, mis pequeños amados, si todo os he dado a Manos Llenas. Contempla en verdad, mis pequeños hijos, todo cuanto posees. Más asi mismo, enseña y guía por el buen camino a vuestros vástagos; a vuestro semejante y hermano entrega parábolas de amor, entrega palabras de Paz y de tranquilidad.

No intuyas a todos aquellos de mis hijos a cometer errores, mis pequeños benditos y bien amados. Sé en amor, sé en Paz y sé en Tranquilidad, mis amados hijos. Aprende a perdonar, que por el perdón que tú otorgues, Yo te lo multiplicaré, mis pequeños benditos.

No trates mal aquel que crees tu enemigo, mis pequeños benditos, porque no sabes los motivos que tienen para comportarse de una u otra manera, mis pequeños amados.

Más Asimismo, mis pequeños, trata tu semejante y hermano como quisieres ser tratado tú mismo. No hables mal de los unos y de los otros. No escuches y corras a contar, y añadas más de lo que habéis escuchado.

Aprende a escuchar y a cerrar de vuestros labios, corazones benditos, porque nadie ha sido puesto en el  calzado del otro para entender y comprender. Aprende a comprender lo tuyo propio, y entonces así entenderás a los demás. ¿Me habéis escuchado?

Más Yo te pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos y alabados sean. Ver y contemplad que no se mueve la hoja del árbol, si no es por mi Mano Poderosa. Si mi Voluntad no es, no se cumple, mis pequeños benditos y bien amados. Mas aprende a esperar y a aguardar. Más asimismo, también os dice tú Jesús: No esperes que el fruto caiga del árbol, trepa y córtalo; analiza lo que te quiero decir, mis pequeños amados.

Por vuestra conformidad, Yo entrego a Manos Llenas: toma y lleva mis pequeños amados, del Pan Sin Levadura, del Jergón, de la Miel, y de la Uva. Toma y lleva, mis pequeños benditos, de las monedillas que multiplicadas han de ser en lo material. Tomad y llevad el Faro de Elías; toma y lleva, el Manto de mi Madre: el Faro ayudará a liberar tu sendero y el Manto a cubrirte de la intemperie de los tiempos.

No eches en saco roto todo cuanto te entrego, mis pequeños benditos y bien amados. Eleva tu plegaria por aquel que en verdad lo necesite, y no solamente para pedir y pedir y pedir a manos llenas riquezas, que no te hacen falta.

Mis pequeños benditos, hecho ha sido conforme es mi Voluntad.

Yo les entrego de mi Bendición: + en el Nombre que sois el Padre + en el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois  la luz Bendita del Espíritu Santo. Levanten vuestra calza, y sigan al Maestro. 

Mi Paz sea con todos y cada uno de vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre…”)