Cátedra 1o Enero 2019

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección y así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y lo que ya sois en este bendito Redil Sacrosanto. Tomando sean su banquillo Humanidad entera, oh Congregación amada, que recibiéndolos sois de grande manera.

Benditos y alabados sean, mis hijos amados, pues su Jesús se encuentra en Espíritu y en Verdad, en Esencia y Potencia… crea el Hombre o no lo crea, heme aquí ante vosotros, en esta bendita alba llena de Gracia, alba primicia del mes de enero del año del Hombre 2019, en el cual mi Aposento es con vosotros para recibirles a todos y cada uno de mis hijos, para apartar todo cuanto no les pertenece por dentro y por fuera.

Mas os dice vuestro Jesús que no estáis solos, mis hijos benditos, porque mirad y contemplad al gran Ejército que he traído para vosotros, para que seais pasando a vuestros lugares mis Ángeles, Serafines y Querubines para apartar todo cuanto no os pertenece, para limpiar y desmanchar por dentro y por fuera a cada uno de mis hijos benditos y bienamados.

¡Abre vuestro corazón, oh Congregación Amada, oh Humanidad entera! y recibe de grande manera a mis Ángeles benditos. Presta tu materia a cada uno de ellos para que limpiada y desmanchada sea –mis hijos benditos y bienamados– por dentro y por fuera, que Ellos tocarán tu envoltura. Mas Yo postraré mi Palmo Amado en vuestro espíritu para sanarle de grande manera, oh mis hijos amados.

¿Qué puede esperar el Hijo, que no pueda concederle el Padre? Mas he aquí también a la Madre, mis pequeños amados, que viene a hacerse presente ante vosotros para tocar vuestro corazón de grande manera. Contempla en verdad a Elías, el Anciano Venerable, que presente es ante vosotros. Más faltos sois de materia, para que así sean comunicándose el uno y el otro.

Os triste ha de contemplarse vuestro corazón, porque has de preguntarte por qué no ha bajado la Esencia del Todopoderoso. Mas en verdad contémplate –mis hijos benditos y bienamados– si eres digno de recibir a cuan grande Majestad. Mas no temas, porque sois en oídos sordos, porque sois en el egoísmo, porque sois en la vanidad.

¿Dónde estáis aquellos que han prometido seguirme? Yo estoy para vosotros cuando ustedes derraman las lágrimas y me piden a gritos postrarme para vosotros, ¿y dónde estáis vosotros cuando Yo pido vuestra presencia ante Mi?, mis hijos benditos y bienamados. Y sois de voz en cuello, derramando el gritar de su gargantilla, sois mesando de los cabellos, sois en el rechinar de dientes pidiendo por sus pequeños porque en rebeldía son los unos y los otros; porque sois pidiéndome el perdón, mas así mismo Yo os pregunto: El perdón, debes de ganártelo mis hijos benditos, mas no así mismo se pide solamente de dientes para afuera: ¡Abre tu corazón de par en par y el perdón te será dado!, corazones de buena voluntad. Mas así mismo digno sois, no de recibir a mi Padre Eterno en alba bendita llena de Gracia, mas así mismo presente en Esencia, en Presencia y en Potencia Sois Yo tu Jesús amado, tu amado Maestro que ha venido a adoctrinarte para que seas en el Aposento, para que seas en el Entendimiento humano.

Contempla en verdad a mi Madre Amorosa, que regocijándose sois para vosotros y sois el escuchad de vuestros sollozos que derramas al pedir y al implorar para Ella, más mirad y contemplad cómo implora y suplica por todos y cada uno de vosotros, y vosotros sois en la ingratitud que igual manera solamente cuando necesitan de su ayuda sois llamándola en verdad, mis hijos benditos. Mas Ella es la Madre de Amor, Madre de Caridad y no os dará de las espaldas mis hijos benditos y bienamados.

Mas en verdad os digo: Pidan a mi Madre y mi Madre os concederá, mas en verdad os digo mis hijos benditos, que Ella dará lo que es bien para vosotros, espera y aguarda y todo cuanto deseas, mi Madre amorosa os lo entregará, así mismo como Yo os daré a Manos llenas. Mas no pidas lo que te hace daño, lo que no es bueno para vosotros, porque eso no lo veréis vuestras pupilas, porque así mismo pides lo que no te será dado mis hijos amados, si no es llegando ante ti todo cuanto pides, es porque así mismo así contemplo que no será bueno para vosotros, que daño te hará mis hijos benditos, y por ello no te es concedido, porque te envanecerá mis hijos benditos, porque te llenará de egoísmo y esa no es mi Voluntad. Mas recibes lo que así mismo contemplo que te ha de llevar por el Sano y el Buen Camino, mis hijos benditos y bienamados, eso es lo que has de recibir y nada faltará porque no es esa mi Voluntad Bendita.

Contemplo en verdad a mis hijos amados que sois así acudiendo a la Casa de Oración para recibir de grande manera, y en verdad os digo que recibiendo serán, porque esa es mi Voluntad. Mas no quieras saltar el cerquillo, mis hijos benditos, porque la portezuela no será abierta en todo momento y en todo instante para entrar y salir en el momento que tu así lo desees, porque si la portezuela se abre puede entrar la Oscuridad mis hijos benditos, por ello es que no es mi Voluntad que saltes el cerquillo. ¡Quédate en el Redil, mis hijos benditos! y nada os faltará. Salta el cerquillo, mis hijos benditos, y en padecimiento estaréis en verdad os lo dice vuestro Padre.

¡Tómate de mi Mano, y guíate de ella mis hijos benditos!, llénate de mi Luz, sacia de la sed con el Agua de Vida que Yo te entrego, calma vuestra sed y calma vuestra hambre mis hijos benditos.

Aprende a perdonar, os lo dice vuestro Jesús, porque así mismo serás perdonado, mis pequeños amados. Contémplate en verdad, y no te castigues a ti mismo si Yo no vengo haciéndolo en verdad. Errores has cometido –mis pequeños hijos– y te los he perdonado, pero no te juzgues y no te castigues porque así mismo he venido contemplando a los unos y a los otros, que vosotros sois dándote el castigo mismo y sois Yo el único que ha de decidir, mis hijos benditos, si lo mereces o no. Y no soy Yo quien ha venir a castigar, porque no sois un Dios de castigo, sino un Dios de Amor mis hijos benditos y bienamados.

Contempla en verdad, y apártate del error, mis pequeños hijos. Sé en sumisión y sé en obediencia, os lo dice vuestro Padre, aprende a perdonar y seréis perdonados, aprende a dar sin recibir nada a cambio. Contempla en verdad al menesteroso, al necesitado, al hambriento y al sediento, contempla que tu puedes sacarle adelante porque tienes el poder; no tienes la monedilla de grande manera, pero tienes las armas para salir adelante y sacar adelante a vuestro hermano.

Mas no te engrandezcas en vanidad, mis hijos benditos y bienamados, y no esperes las gracias de aquel a quien has de ayudar, no esperes a hacerlo en público para que todo aquel de vuestro hermano sea contemplando que estás haciendo el bien, porque no recibirás las gracias de aquel de tu hermano, no recibirás el pago de aquel de tu hermano, porque aquel pago por la bondad que estás entregando las recibirás de tu Jesús Bendito, mis hijos amados. No está en este Mundo tu pago que has de recibir, o quizás sí, pero cuando llegado sea el momento. Mas no esperes y aguardes a ayudar a tus semejante y hermano cuando estés rodeado de la gran multitud, para que todos sean contemplando tus bondades, mis hijos benditos. Bien lo dijeron, no haga tu mano izquierda lo que no pueda contemplar la derecha, y no haga tu mano derecha lo que quieres que contemple la izquierda, mis hijos amados y benditos. En entendimiento seas lo que trato de decir, mis pequeños benditos y bienamados.

Contempla en verdad, mis hijos benditos, la Luz y la Gracia que vengo trayendo para cada uno de vosotros, en este nuevo lustro, en este año que comienza para vosotros como vosotros así lo creéis. Un año nuevo para vosotros, en el cual, llenándote de mi Luz y de mi Gracia has de ser, llenándote de mi Fuerza y mi Fortaleza, aprendiendo a perdonar, aprendiendo a amarte para que así mismo puedas amar a tu semejante y hermano, mis hijos benditos y bienamados.

Yo no quiero que seas en tristezas, no quiero que seas en dolor, no quiero que seas en padecimiento porque este Mundo forjado es para tu felicidad, para tu bienestar, para tus comodidades, mis hijos benditos y bienamados. No lo llenes de fango, no lo llenes de sangre, no lo llenes de tristeza y de dolor, porque Yo no te lo entregué así… Yo te lo entregué limpio y puro, mis pequeños hijos; allá de ti si lo sigues conservando como Yo te lo entregué, o como tu has querido que prevalezca. Mirad y contemplad que tú mismo eres castigándote mis hijos benditos, porque hecho y forjado ha sido a imagen y semejanza de tu Jesús.

Mirad y contemplad el ave que va volando y se va alimentando sin haber sembrado la semilla, ¿pues qué esperas tú, si eres hecho a imagen y semejanza mía? ¿Crees que he de dejarte sin el alimento que has de llevarte a vuestros labios? ¿Crees que he de dejarte a la intemperie de los tiempos? No mis hijos benditos… porque no sois un Padre de castigo, sino un Padre de Amor, y eso es lo que quiero entregarte para así mismo también lo transmitas a los demás. Contempla que sois vuestro Maestro que te vino a adoctrinar, he venido a entregarte Sabiduría y Entendimiento, porque he venido como el Maestro a orientarte, pero tú también puedes serlo con tu semejante y hermano, porque tienes el arma y el poder de entregar el Sano y el Buen Consejo, de entregar mi Parábola, de entregar todo cuanto has escuchado y oido decir de Mí: Esa es la manera en la cual vas a entregar mi Parábola bendita y seréis como el Maestro enseñando a los parvulillos.

No esperes y aguardes lo que ha de acontecer: ¡Labora, despierta del letargo y empieza a trabajar, mis hijos benditos y bienamados! No estés en el letargo, ni en el banquillo, adormilado, despierta y a la alerta, mis hijos benditos. Porque así mismo no has de florecer si permaneces en un mismo lugar. Transita, entrega mi parábola, escucha, analiza y habla (no hables por hablar). Atiende a mi llamado, mis hijos benditos y sea cumplida mi Voluntad.

No temas jamás de mi Luz, que mi Luz no te hará falta, mis hijos benditos. Siempre será iluminado el sendero, mas contempla en verdad, que se encuentra el sendero iluminado y se encuentra el sendero lleno de oscuridad, tú has de elegir, porque libre albedrío Yo te doy, mis hijos benditos. Existe lo bueno y existe lo malo, existe la Luz y existe la penumbra, no puedo apartarlos porque te doy el libre albedrío, tú decides cuál elegir. Mas no me culpes a Mí de lo bueno o lo malo que pueda pasarte porque Yo te doy los caminos y tú eres quien eligiendo eres, para ello te doy el libre albedrío.

Mas benditos sean aquellos que siguen el Buen Camino, que sois llenándose de mi Luz, de mi Entendimiento, que sois llenos de Paz y de Tranquilidad, aquellos que siguen mi calza. Mas bendecidos más aquellos que van en la penumbra, porque van con los ojos vendados y no saben hacia donde seguir: Se sienten fuertes, mas así mismo en su interior llevan el temor, y por ello se tiran a los vicios, y por ello sois alimentándose de la mentira porque no hallan la portezuela a dónde salir, se sienten en soledad y se tiran a los vicios, pero no contemplan a su alrededor y no contemplan que están rodeados de mis seres de Luz. No están solos mis hijos benditos, no te sientas en soledad.

Cuando te sientes enfermo y con dolor, llámame mis hijos benditos, que Yo acudiré a vuestro llamado. Mas abre tu corazón y no seas en gritos y alaridos que es como te he escuchado llamarme: “¿Dónde te encuentras Dios que no vienes a quitarme el dolor?, ¿Dónde te encuentras Jesús, que no ves lo que estoy padeciendo? ¿Dónde te encuentras, que no me ayudas?”… No mis hijos benditos. ¡Abreme tu corazón y en verdad me contemplarás! No necesitas oír para escuchar mi Palabra, no necesitas ver para contemplar mi Presencia, no necesitas hablar para que Yo te sea escuchando, solamente abre tu corazón y estaré contigo mis pequeños hijos…

¡Oh Pedro amado!, qué puedo esperar de ti.

Bendito y alabado seas, oh Pedro bendito. Mas así mismo, en verdad os digo, que no levanto tu labor, porque vana es… Contempla los banquillos que vacíos son. ¿Dónde puede encontrarse tu Congregación amada cuando ha prometido seguir cada uno de mis pasos? Tú sabrás, mi Pedro bendito, las palabras que has de entregar a ellos, pero no quiero volver a contemplar los banquillos de la Congregación vacíos, porque así mismo prueba grande, más de las que he dado enviaré. Pruebas entrego para que así mismo sean en el cumplimento y son haciendo el oído sordo al llamado que voy haciendo; mas esperar y aguardar una prueba tan grande en la cual han de ser en el mesar de cabellos, en el rechinar de dientes y van a estar corazón bendito y bienamado, gritando de voz en cuello el perdón. Mas no es mi Voluntad, mis hijos benditos, que se sientan atados a la Casa de Oración, no es mi Voluntad tenerlos prisioneros, no es mi Voluntad que sean afanándose a una religión –porque es mi Doctrina, no es una religión– es un cumplimiento y no acudo alba por alba para no quitarles de sus deberes de su libre albedrío. ¿Qué harían cada uno de vosotros si mi Presencia fuese alba por alba y exigiese vuestras presencias por horas y horas, mis pequeños hijos? Si con un alba y unos minutos que me encuentro ante vosotros, no puedes vosotros estar ante Mí. Mas no teman, porque cada uno de vosotros, prueba grande han de recibir. Mas no temas Pedro bendito…

Contempla y escucha, porque eres preocupándote más por otras cosas que por lo que es más y realmente necesario, mas no temas que Fuerza y Fortaleza te he de entregar, Sabiduría y Entendimiento para que seas saliendo adelante sacando a los tuyos adelante serás. Mas no los tuyos sois los de sangre solamente, sino toda tu comunidad, que presente es en el Aula del Saber. Toma y lleva, Pedro bendito: Guía tu calza hacia la Luz, y hacia la Luz te seguirán las ovejas y corderos como buen pastor. Levanta vuestra calza, y sigue a tu Maestro. Bendito y alabado seas.

En verdad os digo, corazones de buena voluntad, Congregación Amada: Contemplo sus palmos vacíos y no recojo la labor de ninguno de vosotros, porque sois vanas vuestras semillas. Porque no he contemplado labor alguna, porque para vosotros no es labor el acercarse a la Casa de Oración, sino la Labor no lo han entendido en verdad cual es. Analicen mi plegaria, y escuchen su corazón y hallarán las respuestas, corazones de buena voluntad.

Haced que las inocencias se acerquen a Mí.

Benditas y alabadas sean inocencias benditas, que recibiéndoles sois de grande manera, para limpiar y desmanchar desde vuestro crisma y hasta vuestra calza, no temiendo han de ser y tómense de mi Mano: Tomen el Sano y el Buen Consejo, guíense con mi Luz.

Mas contemplen en verdad lo que han hecho vuestros progenitores que aún no han sabido guiarlos por el sendero correcto, pero no teman que aún a tiempo sois de redimir su calza y aún a tiempo están de recibir de grande manera. Apartando he de ser su dolor, su cansancio, y su padecer. A cada uno de vosotros los limpio y los desmancho, los lleno de mi Luz, les entrego a manos llenas para que sean entregando a vuestros progenitores y sois vosotros que darán el buen ejemplo a ellos, ya que ellos no dan el buen ejemplo a vosotros. Toma y llevad, pequeñeces benditas, que Yo aparto su dolor y su tristeza, mas sean en sumisión y en obediencia y no teman jamás, que mi Luz os ha de guiar en todo momento y en todo instante. Limpio y desmancho las gargantillas de las inocencias, desde su crisma y hasta su calza aparto su dolor, y sanos y salvos han de ser porque esa es mi Voluntad amada. Levantando vuestra calza sean, y siguiendo la Luz de vuestro Maestro.

Benditos sois, inocencias amadas, porque han recibido de grande manera y así mismo por ustedes recibirán sus progenitores y cada uno de los de su sangre.

Mujeres benditas de la Luz y de la Gracia, tomad y llevad que para ustedes también tengo: Tomen y lleven las Grandezas y Maravillas que postra mi Madre para vosotros, oh mujeres benditas, que serán de grande fuerza y fortaleza para sus compañeros; mas no de derrumbaros con los malos consejos sino fortaleciéndose el uno y el otro. Tomando y llevando han de ser de mi Fuerza y de mi Fortaleza, mujeres benditas de la Gracia amada.

Oh varones benditos, no por ser los últimos en la lista serán menos privilegiados, porque a manos llenas he de entregar para vosotros. Vosotros que sois el sustento para vuestros hogares, el pilar para vuestros pequeños: Tomando y llevando han de ser y sean el buen ejemplo para sus pequeños; sean el buen compañero para sus compañeras, y sean el privilegio bendito.

No os digo que sean apartando aquella bebida, pero que no sea la bebida tomando a ustedes mis pequeños benditos; aprendan a consumir lo que hay en este Mundo, no quieran terminar con el Mundo entero. Contemplen que todo cuanto hay a su alrededor está hecho y forjado para vosotros, mas no abusen, mis hijos benditos, modérense en verdad y sean saciando vuestra sed, saciando vuestra hambre y llevando por el buen sendero a vuestros pequeños y a vuestras compañeras. Sean uno solo y aménse en verdad: Enseñar el Amor, enseñar la Rectitud, enseñar con el ejemplo, mis pequeños varones. Tomad y llevad, que nada faltará en vuestro hogar, porque no es esa mi Voluntad.

Acercadme de las Aguas, Pedro bendito. Bendito y alabado seas: Aguas cristalinas, que traídas del Río y Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser y convertidas en Bálsamo de Sanidad; aquel que tomare de ellas, Sano y Salvo quedará porque esa es mi Voluntad.

Vuestro ramaje; benditos sean: Derramado será el rocío, primeramente a la Escala símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado de grande manera a vuestras antorchas, a vuestras aguas que serán convertidas en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío derramado a vuestras antorchas que iluminarán vuestro sendero y vuestro hogar, porque esa es mi Voluntad, a vuestras estatuillas, sea a tus amuletos, a tus monedillas que multiplicadas han de ser en lo material. Sea este rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas, a los campos y campesinos. Sea este rocío derramado a todo aquel que transitare por las callejuelas, mares, lagos y ríos. Sea este rocío a las cárceles y presidios derramado donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío derramado a todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea este rocío derramado de grande manera a todos y cada uno de mis hijos presentes y ausentes. Sea este rocío a todos y cada uno de los suyos que has dejado en vuestro hogar. Sea este rocío derramado de grande manera a mis Pedestales benditos. Sea este rocío al mas grande y hasta el más pequeño de mis hijos, sea este rocío a la ancianidad bendita, a la niñez amada. Sea este rocío a vuestros hogares, y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido Pedro amado.

Benditos sois, mis hijos amados. Aquellos de mis hijos, que han prometido seguirme, en verdad os digo que es grande la Labor, no es solo el cumplimiento de postrarse en la Casa de Oración, sino es más aquella Labor mis hijos benditos… Analizad y no dormitar, mis pequeños hijos. Llevad el Bautizo Espiritual y es grande aquella Labor. No dormiten, a la alerta, a la alerta, porque grandes  cosas vendrán para todos y cada uno de vosotros, Pueblo amado de Israel, Congregación bendita, Humanidad entera.

Vosotros que saben de mi Presencia, llénense de mi Luz, mas transmitan esa Luz a todo aquel de su hermano que aún va en penumbra, que aún no me conoce y que aún duda de mi existir. No se queden con toda la Luz, mis hijos benditos, porque se desvanece poco a poco: Entréguenla y háganla brillar, mis hijos amados.

Yo les pregunto: ¿Habéis quedado conformes? Benditos sois, que por vuestra conformidad, Yo les entrego a Manos llenas: Tomad y llevad, mis hijos benditos, del Pan sin Levadura, del Jergón, de la Miel, de la Uva, tomad y llevad estas Monedillas que multiplicadas han de ser en lo material. Tomen y lleven mis hijos benditos, de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza, nada faltará en vuestros hogares porque no es esa mi Voluntad.

Yo les entrego de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Tomad y llevad, mis hijos benditos y que mi Paz sea con vosotros…

(Canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos…”)

[ Ver Cátedras 2018 ]