Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro
Canalizado por: Hermana Concepción.
Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección y así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.
Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y lo que aposentados sois en este Bendito Redil Sacrosanto. Tomando han de ser de vuestro banquillo Congregación amada, y escuchar con atención mi Consoladora Parábola.
Benditos y alabados sois, los unos y los otros, que se acercan a recibir a manos llenas y Yo los recibo a todos por igual, sin distinción alguna de Raza, ni Credo, ni Color, porque todos sois mis hijos –buenos y malos– y heme aquí ante vosotros, bien lo dijeres, mientras haya dos o tres reunidos mi Presencia será entre vosotros. En Espíritu y en Verdad, tu Jesús de Nazareth, ha venido entre vosotros a preparar vuestras envolturas, a sanar vuestro espíritu y a alimentar vuestra alma… ¡oh Congregación amada, oh Pueblo amado de Israel!, que la bienvenida te doy a este bendito Redil Sacrosanto en alba primicia del mes de marzo, del año del hombre dos mil diecinueve, en la cual mi Presencia es en Espíritu y en Verdad ante todos y cada uno de vosotros, oh Humanidad entera en que preparando has de ser vuestro espíritu, limpiando y desmanchándolo he de ser y a la preparación te has de encontrar.
No vayas así mismo contemplando quién asistió y quién ha faltado, cómo viene aquel de vuestro hermano y qué es lo que trae, contempla en verdad y prepara vuestro propio espíritu para que sea alimentado de grande manera. ¡Oh Congregación bendita!, en preparación has de encontrarte cada momento y cada instante, abriendo vuestro corazón al llamado bendito, oh mis hijos amados.
Mirad y contemplad que no he venido a exigir, ni a obligar a ninguno de mis hijos, pero sí a poner reglas y normas, porque así mismo contemplando eres en verdad –mis hijos muy amados– cómo sois aquellas ramas religiosas en las cuales sois tocando portezuelas, hablando de tu Jesús bendito. Mas en verdad os dice vuestro Jesús: Yo no quiero que vayas tocando portezuelas, pero sí que te encuentres a la alerta mis hijos amados, de contemplar a aquel de vuestro hermano que necesita de ti porque caído puede encontrarse… ¡levántale, mis hijos benditos! y sigue a su lado, hasta que contemples que sosteniéndose es en pie. Contempla a aquel de mi hijo que va necesitando del Sano y del Buen Consejo y que fluya por vuestros labios aquellas palabras sabias, para darle consuelo, paz y tranquilidad. Contempla a aquel de mi hijo que sufriendo es en el lecho del dolor, no tienes más que acercarte y hacerte presente, sin palabra alguna, porque tú llevas aquel medicamento su abres tu corazón. Contempla en verdad, a aquel que le aflige cada uno de los problemas que lleva a cuestas, abre vuestros labios para dar el sabio y el buen consejo, toca de su hombro para darle paz y tranquilidad, mira y contempla que si tienes labor qué hacer en el Haz Terrenal; no esperes en el banquillo aguardando qué ha de venir y qué ha de llegar, sino levantar de vuestra calza y contemplar a cada uno de vuestros hermanos: Contemplar qué le hace falta, qué necesita y ahí estarás cada uno de vosotros para apartar esa inquietud, esa agonía, ese dolor, esa tristeza, mis hijos benditos y bienamados.
Contempla en verdad el libre albedrío que has llevado en el transitar de tus días: Cómo te ha llenado de soberbia, cómo te ha cubierto de egoísmos, de vanidades, de ambiciones paganas, de materialismos que nada tienen que ver con vosotros. Contempla en verdad cada uno de tus pasos, desde el día en que llegaste al Haz Terrenal y hasta esta alba; pon en balanza lo bueno y lo malo que has hecho en tu transitar, ¿hacia dónde ha de inclinarse esa balanza os pregunta vuestro Padre? Mas no temas… que no es el momento de pedirte cuentas claras y precisas, oh mis hijos bienamados. Mas analiza, analiza, y redímete en verdad os lo dice vuestro Padre, y no seas más en el error, no seas más en el Pecado.
Contempla la Penumbra que os acecha a cada uno de vosotros, a algunos por los malos caminos que ha elegido, y a otros porque sois tocados por la maldad de vuestra Hermana Humanidad, porque contemplando sois el camposanto que elegido sois para vuestras carnes y ay de vosotros que lo ocupáis para hacer aquellos trabajos que no sois bien vistos ante mi Pupila Bendita; lastimosos sois ante vuestro semejante y hermano y en lamentación han de encontrarse, porque no es esa mi Voluntad. Porque en lustros atrás, he dicho mis hijos amados: Amaos los unos a los otros, y cuál pareciere en verdad que he venido a indicar “odiaos y mataros los unos a los otros”…
Tristeza llevo en mi corazón al contemplar las lágrimas de mi Madre, porque viene implorando por vosotros, cuando vosotros no sois tocando su corazón y sois manchándose sus manecillas con aquella mala labor que vas llevando a cuestas. Vas llenándote del fango a cada paso que das, porque vas en el libre albedrío… y Elías te ha enseñado el camino que has de seguir con el Faro Luminoso, pero caso omiso eres haciendo en verdad, mis pequeños hijos, que hoy perdonados han de ser por cada uno de vuestros actos: Limpiados y desmanchados han de ser desde su crisma y hasta su calza, y de su calza a su crisma, blancos y blanquecinos cual copos de nieve, porque esa es mi Voluntad.
Ve por el Sendero de Luz, ve por el Sendero de Gracia, llénate de la Sabiduría, empápate de Amor y no seas más en el error, no seas más en el Pecado, no blasfemes de vuestro semejante y hermano, no le contemples qué lleva, cómo está y qué le falta. Contempla en verdad en qué puedes asistirle, porque ninguno de vosotros lleva la perfección. Aquel que lleve la Perfección que levante vuestra calza porque nada tiene que estar haciendo aquí, porque si has asistido a refugiarte bajo estas cuatro paredes es porque en verdad necesita alimento vuestro espíritu, necesitas del Agua de Vida y necesitas desmanchar por dentro y por fuera vuestra envoltura. Mas así mismo no debes malmirar cuando no llevas la perfección, mírate a ti mismo antes de voltear a ver a los demás, lava tus palmos y limpia tus calzas. Abre solamente tus labios cuando tengas algo bueno que decir y no así sean abriéndose tus labios para murmurar acerca de vuestros semejantes, porque no eres digno de hacerlo, mis hijos benditos y bienamados. ¡Abre tu corazón de par en par y recibe mi esencia, acéptame en verdad, os lo pide vuestro Padre! Para poder guiarte por el camino de Luz y de Gracia; abre tu corazón de grande manera y deposita un poco de vuestra Fe, porque si no llevas la Fe aún cuando te arrope entre mis brazos benditos, nada será apartado de lo que os agobia. Mas sin embargo si llevas la Fe, con solo tocar uno solo de tus cabellos serás limpiado y desmanchado y apartado del dolor, alejado de la tristeza y la desolación, llenado de Sabiduría y Entendimiento, Humanidad entera.
No dormites en el letargo os lo dice vuestro Jesús, sino levanta vuestra calza y llénate de mi Luz, acércate sin temor a recibir de grande manera de mi Dulzura y de mi Amor. ¡Abre tu corazón a mi Madre y pídele el perdón por esas lágrimas que han sido derramadas por vosotros! Por cada uno de vosotros, mi Madre gime y llora. Abre vuestro corazón, y pídele en verdad en el perdón.
Mas así mismo, mis hijos benditos y bienamados no seas más en el pecado, contempla a vuestro alrededor y contempla qué has hecho con todo lo que te ha sido entregado. Todo lo has tirado a la basura, aquellos campos que te dí para vuestro alimento han sido contaminados; aquellos ríos en los que saciaría vuestra sed han sido ensuciados; aquellos caminos se han llenado de sangre inocente… Qué puedo esperar, y qué más he de contemplar.
¡Redímete en verdad, os lo dice vuestro Padre!, aún estás a tiempo, toma la iniciativa y no esperes ver actuar a los demás. Empieza por vosotros mismos, contempla en verdad: Dejad de ser aquel títere que es manejado por aquellos hilos, sé tomando tú la iniciativa y cambia, si no cambias tú no esperes el cambio de los demás, porque el cambio está en vosotros mismos. ¡Abre vuestro corazón, ama a vuestro semejante y hermano, entrega el sano y el buen consejo, no blasfemes y no juzgues sin saber! Empápate de Sabiduría, mis hijos benditos y bienamados.
Oh Pedro amado, qué puedo esperar de ti…
Bendito y alabado seas, oh Pedro bendito. Tomad y llevad de la Grandeza que he puesto para vosotros, porque esto que entrego has de derramarlo en vuestro semejante y hermano, no en el presente sino en el ausente, porque aún no sabe lo que hace; si vosotros que conocimiento tenéis de la Luz que os vengo a traer para vosotros sois en el tropiezo y en el error, qué puedo esperar de aquel que duda, aquel que no es sabiendo de la existencia de tu Jesús… mas Yo le perdono y le entrego a manos llenas. Toma y lleva, Pedro bendito, que tú eres el medio por el cual han de recibir. Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.
Benditos y alabados sean cada uno de mis hijos, mas en preparación en preparación han de ser alba por alba. No culpes al Astro Rey por esta furia desatada, porque es el Hombre el único culpable de todo cuanto os acontece. No culpes a tu Jesús amado, porque no sois un Dios de castigo, porque tu Jesús amado es de Amor y Caridad. Yo te di a manos llenas, eres tú quien echa a saquillo roto lo que vengo a entregarte, porque te di los árboles frondosos y llenos de fruta para saciar vuestra hambre, y has talado de ellos; porque te di aquel alimento para ser cosechado y los has echado a la basura, lo has pisoteado y lo has arrancado de raíz. No me culpes entonces a mí, contempla en verdad que posees lo que cosechas, mis hijos benditos y bienamados. Cosecha Amor y lo tendrás a manos llenas, mas no me pidas riquezas, porque jamás las contemplarán tus pupilas materiales. La riqueza que habita en vosotros es la Sabiduría, la Salud, el Techo que tienes para cubrirte de la intemperie de los Tiempos, el saber que cuentas con una labor y que nada falta en vuestro hogar para llevar el sustento a los tuyos. No eches en saquillo roto todo cuanto te doy, porque llegado será el momento en que tus palmos se contemplen vacíos porque vana será la semilla, y nada tendrás. Analiza, analiza cada una de mis Parábolas ¡oh Humanidad entera, oh Pueblo de la Nueva Jerusalén, oh Congregación amada!
Acercarme de vuestras Aguas, Pedro bendito… Bendito y alabado seas.
Aguas cristalinas que traidas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser por mi Mano Poderosa, una gota mi Preciosa Sangre cuál Bálsamo de Sanidad, aquel que tomare de ellas sano y salvo ha de ser porque esa es mi Voluntad. Hacedme presente vuestro botón… Bendito seas.
Derramado ha de ser el rocío primeramente en vuestra Escala, símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a vuestras florecillas que cortada sois del jardín de mi Madre. Sea este rocío a vuestra aguas que convertidas en Bálsamo de Sanidad han de ser, siempre ocupadas para traer la salud y fortalecer al espíritu y materia. Sea este rocío a vuestros aceites, a sus antorchas, a vuestras monedillas. Sea este rocío a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío a los campos y campesinos, a las cárceles y presidios, sea este rocío a las altas y bajas montañas, a los mares, lagos y ríos. Sea este rocío derramado a los caminos y caminantes que deambulan para que lleguen a su destino. Sea este rocío a mis pedestales que en preparación han de encontrarse para el aposento de mis seres de Luz. Sea este rocío a todos y cada uno de mis pequeños presentes y a los ausentes de grande manera. Sea este rocío a vuestros hogares y a los que habéis dejado en ellos. Sea ete rocío a mi hijos benditos. Tomad y llevad, Pedro amado.
Benditos y alabados sean mis hijos, aprended mis hijos amados a otorgar el perdón para que así mismo seais perdonados. Contemplo en verdad la maldad que habita en el Haz Terrenal, contemplo en verdad cómo es acechado cada uno de vosotros por la Penumbra, mas no te dejes envolver mis hijos benditos por esa Oscuridad; lucha para contemplar la Luz. Contempla el Faro Luminoso que Elías postra para vosotros y tómate de esa Luz para seguir adelante y apartarte de la Oscuridad. Aprende a dar el Perdón mis hijos benditos, así se tratase del asesino de vuestro hermano, perdónale en verdad, os lo dice vuestro Jesús, porque no eres tú digno de levantar tu mano para ser tocándole; déjamelo a Mí, mis hijos benditos y bienamados, que Yo estaré haciéndome cargo de todos y cada uno de quienes te acechan, mis pequeños amados, tú vive limpio y puro de corazón, de alma y de espíritu, porque en verdad os lo dice vuestro Jesús, lo que hagas con vuestra carne eso es tu propia voluntad, mas no ensucies vuestro espíritu porque cuentas claras y precisas me estarás entregando. Ve por los senderos, mas contempla en verdad cuáles te guían hacia la Luz y cuáles se encuentran cubiertos de penumbra y de mala hierba. Lleva siempre la Fe, mis hijos benditos, mas toma y lleva en verdad del Agua de Vida que Yo te ofrezco, porque contemplo vuestra calza que cansancio llevas en verdad y en estos instantes enjugo vuestro dolor y limpio vuestro espíritu en verdad, mis hijos amados.
Mas Yo te pregunto: ¿Habéis quedado conformes? Benditos y alabados sean, que por vuestra conformidad Yo les entrego a manos llenas… Tomen y lleven, mis hijos benditos, el Pan sin levadura, la Miel, el Jergón, la Uva, tomad y llevad del Vino, mis hijos amados, en multiplicación serán estas monedillas que Yo les entrego y otorgo a cada uno de vosotros –mis hijos benditos– y les entrego el perdón, mas tomad y llevad de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre + En el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.
Tomad y llevad a manos llenas, mis hijos amados, que no les digo el adiós porque nuevamente estaré de retorno, y en preparación los quiero contemplar en estas albas que se avecinan que son de reflexión, porque entregué mi Cuerpo y mi Sangre para el perdón de vuestros pecados. No los quiero en algarabía, sino en Paz y en Tranquilidad y en reflexión. Hablad de Mí a los tuyos, mis hijos benditos, y abrid vuestro corazón cada momento y cada instante, mas en preparación Congregación Bendita y a la alerta a la alerta, os lo dice vuestro Jesús, vuestro Maestro.
Mi Paz, sea con vosotros.
{canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos…”}
Habla Raúl Alejandro Marroquín barajas pido bendición para nuestra hermana la humanidad y para todos mis familiares
Buen día Raúl: Nos unimos a ti en esta petición. La Paz de mi Padre esté contigo.