Cátedra 1o Octubre 2018

fiesta de los ángeles

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección así a la de Jacob y de allí a vuestro propio Entendimiento Humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera vez, los que vienen por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto.

Os doy de la bienvenida a todos mis hijos, sin distinción alguna de Raza, ni Credo, ni Color, porque todos sois mis hijos y a todos os amo por igual. Pasad y tomad de vuestro banquillo, Humanidad Entera, tomad vuestro banquillo y escuchad con atención de la Consoladora Parábola de vuestro Jesús amado.

Benditos y alabados sean, mis hijos amados, que en alba primicia del mes de octubre del año del hombre dos mil dieciocho, en la cual presentando sois los unos y los otros, y en la cual la Esencia de tu Jesús amado –crea el Hombre o no lo crea– presente se encuentra ante vosotros. Mi Luz llene vuestros senderos, ilumine vuestros pensamientos y sature vuestro corazón, oh Humanidad entera, oh Congregación amada.

Benditos y alabados sean, que se han preparado desde primeras horas del abrir el alba para acercarse a escuchar mi Consoladora Parábola, porque he venido a traer para cada uno de vosotros el Bálsamo de Sanidad. ¿Dónde pudieran estar mis hijos que no pudiera encontrarse el Padre? Heme aquí ante vosotros, corazones de buena voluntad, oh nueva Jerusalén que reunidos y congregados sois para recibir de grande manera, mi Dulzura y mi Amor en alba bendita llena de Gracia.

Abran vuestro corazón, oh Humanidad entera, porque en comunicación hemos de estar el uno con el otro, mis hijos benditos y bienamados. No sellando seas vuestro corazón porque no permitirás mi presencia corazones amados, y no he de escuchar aunque sea de voz en cuello vuestros gritos; debes de abrir vuestro corazón para comunicarte con tu Jesús amado y pueda escuchar desde el fondo de vuestro corazón tus lamentos, tus pedimentos, tus dolores, tus penas, y tus congojas. Contemplo en verdad cómo se encuentra vuestra envoltura, mas no quieras llamarme a gritos mis hijos benditos, porque no he de escucharte.

Toma un banquillo para que nos has cansando de vuestras rodillas, abre tu corazón y eleva vuestras plegarias a tu Jesús amado, que allí estaré Yo escuchando el fondo de tu corazón, el palpitar de tu cansado corazón, y acudiendo he de ser a tu llamado. Porque si Yo contemplo que eres de voz en cuello gritando mi nombre y diciendo que por qué no acudo a vuestro llamado, no estaré presente ¡oh Humanidad entera! Porque he hablado con vosotros una y otra vez, y he pedido cómo has de hablar con vuestro Jesús amado. No seas con el oído sordo, ni eches en saquillo roto el Mandato Divino que se te ha entregado, oh Humanidad entera.

No temas jamás, de lo que han de contemplar vuestras pupilas, porque en verdad os dice vuestro Jesús amado, que se llenarán de lágrimas vuestras pupilas al contemplar la desolación de vuestra hermana Humanidad, al contemplar lo que ha de venir para la Perla Mexicana, lo que ha de venir para otras lejanas comarcas y cercanas hacia vosotros mismos, porque se encontrarán en la desolación, porque se encontrarán en la tristeza y en el dolor. Mas en verdad os dice vuestro Jesús: culpa mía no es, oh Humanidad entera, sino de vosotros mismos, porque no han sabido cuidar lo que Yo forjé, mis hijos benditos y bienamados. Porque no han sabido cuidar todo cuanto hice para vosotros, porque Yo lo hice con cuanto Amor para que nada faltaría para vosotros y vosotros sois destruyendo alba con alba, todo lo que con cuánto Amor os formé para cada uno de mis hijos benditos.

Mirad y contemplad a vuestro alrededor y contempla en verdad cómo vas acabando con la naturaleza, cómo vas acabando con los seres vivientes, con todos y cada uno de los seres vivos. Iniciaste arrancando de raíz a aquellos árboles, a aquellas plantas, seguiste con todo aquel animalillo que habita en el Haz Terrenal: en las aguas, en el aire y ahora continuas arrebatando la vida a tu semejante y hermano. ¿Qué puedes esperar entonces de tu Jesús bendito, si vosotros mismos estás acabando con todo lo que te fue entregado? Y así mismo culpas a tu Jesús; vienes diciendo “¿por qué me castigas así, mi Señor?”… no, mis hijos benditos… tu Jesús amado y mi Padre Eterno, no sois en castigo para vosotros, sino en Amor y en Dulzura. Mira y contempla que son vosotros mismos quien se viene castigando, que vienen acabando con todo cuanto ha sido hecho para vosotros… ¿qué esperas, mis hijos benditos, para redimirte en verdad?

No dormites en letargo, mis hijos benditos y bienamados. A la alerta, a la alerta, os lo dice vuestro Jesús; despierta de tus pupilas, y no os preocupéis, sino ocúpate en verdad, os lo dice vuestro Jesús.

Mirad a las inocencias cómo sois, mis hijos benditos y bienamados, en la desobediencia; mas qué puedo esperar si vosotros mismos no sois llevándola a cabo, mis hijos benditos. Vas dejando hacer su voluntad a todos y cada uno de los inocentes, cuando así mismo te he dicho que has de preocuparte por ellos. Has de procurar que nada os falte, mis hijos benditos, esa parábola de sano y buen consejo, ese abrazo fraternal llenándolos de Amor, o esa palabra pecaminosa que vas trayendo alba por alba para cada uno de los pequeños, y ellos con cuán facilidad la vienen aprendiendo, mis hijos benditos, porque la van escuchando de vosotros mismos, y cuando no es mi Voluntad así mismo escucharla, si no es mi Voluntad escucharla de vosotros, mucho menos es mi Voluntad escucharlas de las inocencias amadas ¡oh corazones de buena voluntad!

Mas benditos y alabados sean, corazones de buena voluntad, que así mismo eres depositando aquel denario para el sustento de los tuyos, en verdad os digo en estos instantes… que multiplicado ha de ser, porque esa es mi Voluntad. Aquel que diere aquella monedilla, a aquel que en verdad lo necesita, en verdad os digo que multiplicando siete veces siete he de ser, oh mis hijos benditos y bienamados. Aquel que tendiere la mano a tu hermano que desconsolado puede encontrarse, en verdad Yo os digo que Yo tenderé la mía para sostenerlos y levantarles, corazones de buena voluntad. Aquel que arropare a aquellos de mis hijos que sois en la intemperie de los tiempos, en verdad os digo que mi cobijo no faltará para vosotros; aquel que arropare en sus hogares a aquel desconsolado, a aquel triste y entregue el sano y el buen consejo, prevaleceré en sus hogares y no me marcharé jamás porque ahí es donde encuentro la Paz y la Tranquilidad.

Benditos y alabados sean mis hijos, que así mismo encuentro su mesar engalanado en alba bendita de Gracia, en la cual mis Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines, presentes pueden hacerse con cada uno de vosotros; porque así mismo, pasada alba en que así celebremos a todo y cada uno de ellos. Y vosotros Yo os pregunto: ¿acordaste de mis Arcángeles, te acordaste de mis Ángeles? Benditos seas los que así lo hicieron; mas benditos sean también lo que lo han olvidado, porque abriendo he de ser vuestro corazón para que el palpitar sea de grande manera, para que recuerdes a cada uno de los ángeles benditos que poseeis para vuestra custodia para cada uno de vosotros. No hagas caso omiso, os dice vuestro Padre, oh Humanidad entera, oh Congregación amada, oh mis hijos benditos y bienamados.

Dejad que las inocencias se acerquen a Mi. Yo les recibo de grande manera. No teman jamás, inocencias benditas, mas en sumisión y obediencia han de ser mis pequeños amados. Por ustedes, mis pequeños amados, han de recibir los suyos, han de recibir sus progenitores de grande manera. En verdad os digo, mis pequeños amados, que presentes pueden hacerse, que Yo los limpio y los desmancho desde su crisma y hasta su calza, les entrego a Manos Llenas porque nada faltará en sus hogares, limpio su corazón para que lleven la pureza, limpio sus palmos para que nada falte en sus hogares, porque así mismo sus progenitores estarán velando por vosotros. No enseñarán el mal palabrerío, porque así mismo estaré contemplándoles, entregándoles el sano y el buen consejo a cada uno de vosotros, mis pequeñitos amados. Han de entregar a vosotros el cuidado menesteroso, mis pequeños benditos. Postrad de sus palmos, pequeños amados, que recibiendo han de ser de mis Grandezas y Maravillas. Nada faltará en vuestros hogares, tomad y llevad, mis pequeños benditos. Tomad y llevad, mis pequeños benditos. Levantad de vuestra calza y seguid a vuestro Maestro.

Hecho ha sido, oh Pedro amado.

Mujeres benditas, abrid vuestro corazón de grande manera, porque mirad y contemplad lo que poseo para vosotros. Tomad y llevad, mujeres amadas del Solio bendito, abrid vuestro corazón que Yo postraré ante vuestro frontal y nada faltará en vuestro hogares, seréis en la sumisión y en la obediencia ante tu Jesús bendito, pero seréis fieras guerreras para proteger a vuestros vástagos, y seréis buenas compañeras para vuestros varones amados. Tomad y llevad, mis hijas benditas y bienamadas.

Oh varones, no temed, que no los dejo en el olvido, mis benditos varones; que así mismo traigo para vosotros el rico manjar que han de llevar a vuestros hogares, para que así mismo nada falte en su mesar, han de llevar el sustento para los suyos porque Yo lo entregaré a Manos Llenas. Tomad y llevad las Llavecitas del Trabajo, tomad y llevad hijos benditos del sustento que llevarán a vuestros hogares, y nada faltará en ellos, porque esa no es mi Voluntad. Tomen y lleven mis hijos benditos.

Pocas han sido mis plegarias en esta alba bendita llena de Gracia, pero de grande manera deposito mi Amor en vosotros. Hacedme presentes vuestras aguas, oh Pedro amado. Bendito seas.

Aguas Cristalinas que traidas sois del Río Jordán, limpiando y desmanchando he de ser, y convirtiéndolas en Bálsamo de Sanidad, aquel que tomare de ellas, sano y salvo será porque esa es mi Voluntad amada. No padecerán ningún dolor, y no habrá cualquier enfermedad que no sea curada, no teman jamás de mi Mandato Divino porque Yo proveeré por vosotros. Una gota de mi preciosa sangre derramo en estas benditas aguas. Hacedme presente de vuestro botón. Bendito seas.

He de entregar primeramente de mi Bendición amada a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a vuestros denarios que serán el sustento para su hogar. Sea este rocío a las cárceles y presidios en que se encuentran recluidos aquellos de mis hijos, con culpa y sin ella. Sea este rocío a vuestros lagos, mares y ríos. Sea este rocío a los campos y campesinos, donde se encuentran cosechando el sustento para vuestros hermanos. Sea este rocío a los caminantes y caminos, a todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea derramado este rocío a vuestras aguas y vasijas, que han de ser convertidas en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío a vuestras monedillas. Sea este rocío a vuestra antorchas que serán para la Luz y jamás para la Oscuridad, iluminando el sendero de cada uno de mis hijos. Sea este rocío a mis Pedestales para su preparación. Sea este rocío llegando a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Hecho ha sido, oh Pedro amado. Levanta vuestra calza, oh varón.

En verdad os lo dice vuestro Padre, mis hijos benditos y bienamados, que la Luz no faltará en vuestros hogares, que mi Luz no faltará en vuestros senderos, que mi Luz prevalecerá entre vosotros mas no dormiten porque pueden ser sorprendidos, mis hijos benditos y bienamados. Contempla en verdad cómo se encuentra la Humanidad entera, contempla en verdad cómo se encuentran aquellas comarcas en desolación, por las grandes intemperie de los tiempos, corazones de buena voluntad. Mas benditos sean, mis hijos amados, porque no es tarde aún para que redimas vuestra calza y seas protegiendo aquello que Yo forjé para vosotros. Aún estás a tiempo, antes de acabar con todo, mis hijos benditos y bienamados. Bendecido ha de ser vuestro mesar, y en multiplicación a los que habéis postrado de vuestro denario para que así fuese. Recordad a mis Ángeles alba por alba, que ellos prevalecerán entre vosotros.

Mas Yo les pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos sean, que por vuestra conformidad Yo les entrego a Manos Llenas: Tomad y llevad la Miel, la Uva, el Pan sin Levadura, el Jergón, tomen y lleven mis hijos benditos, que nada faltará en vuestro hogar ni en tu mesar. En multiplicación ha de ser la monedilla y Yo les entrego las Llavecitas del Trabajo, tomad y llevad mis hijos benditos, que aparto ese ropaje hecho jirones y postro el ropaje engalanado, para que nuevamente sean recibiéndome de grande manera. Tomen y lleven mis hijos benditos de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.

Quédense con mis Ángeles, que prevalecerán con vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos y te entregamos el corazón…”)

 

Enseñanza de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Hermano San Miguel Arcángel, el Capitán del Ejército Celestial

Canalizado por: Hermana Concepción

Por la Venia Bendita de mi amado Padre, presente puedo hacerme ante vosotros ¡oh hermanos benditos y bienamados! San Miguel el Arcángel Bendito presente es con vosotros.

Benditos y alabados sean, ¡oh mis hermanos amados!, que presentes pueden hacerse ante la Luz Celestial que habita en esta Casa de Oración. Así mismo, presente sois en alba bendita llena de Gracia, para entregar a vosotros la Espada que ha de ser para arrancar de raíz la mala hierba que a su paso pueda encontrarse. Mas contemplen en verdad, mis hermanos benditos y bienamados, que he de estar al pendiente de vosotros en cada momento y en cada instante de vuestras vidas.

Mas así mismo, no hacer caso omiso a la Plegaria de mi Jesús Bendito porque en arrepentimiento han de ser, mis hijos benditos y  bienamados. Contemplad la balanza que poseo para ver y contemplar a cada uno de vuestros pecados, mis hermanos benditos y bienamados. No temiendo sean de mi verdad, os lo dice vuestro Hermano, porque así mismo estaré custodiándolos alba por alba, día por día, mañana tarde y noche. Mas así mismo, no deis paso en falso porque así mismo estaré contemplándolos.

Bendecidos sean todos y cada uno de vosotros, por la Mano Poderosa de mi Padre, y así mismo por la mía. No desvalijen lo que poseen, sino ámenlo en verdad; y no pidan más de lo que poseen, porque así mismo en decadencia ha de ser. Amen lo que tienen, y no deseen lo que no tienen, mis hermanos benditos, porque llenos de Avaricia he de contemplar a la Hermana Humanidad, llenos de Egoísmo y llenos de Vanidad, y eso lo contempla mi balanza. Mas allá de vosotros, qué camino han de elegir, van a decidirlo vosotros, no yo mis hermanos benditos.

Contemplen mi balanza y allí postrándolos he de ser, en algún momento y en algún instante. No quieran contemplarse en la Oscuridad, sino contémplense del lado de la Luz, mis hermanos benditos. Les dejo mi Paz y mi Tranquilidad, ah y la gratitud a lo que han traído para mí… bendecido sea vuestro manjar, que ha de ser repartido a cada uno de mis hermanos amados. ¡Hágase con el corazón abierto, y no forzado! que yo contemplaré cuando será de corazón y cuando temerosos sois de entregar. Tomad y llevad, mis hermanos benditos, que nada falte en vuestros hogares, como ya lo dijo mi Padre.

No digo os adiós, porque estaré al pendiente de vosotros aunque no me comunique con vosotros mismos. Nadie más puede comunicarse en mi nombre en esta Casa de Oración, mas que en esta alba bendita y por medio de esta envoltura. No crean en las falsedades, ni en los espejismos, porque mi Luz irradiará ante vosotros. Tomen y lleven mis hermanos amados.

(Canto: “Volemos, volemos al Cielo alma mía, buscando a Elías que allí ha de ser…”)

 

Enseñanza de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Hermano San Rafael Arcángel, Medicina de Dios

Canalizado por: Hermana Concepción

Por la Venia Bendita de mi amado Padre, presente sois ante vosotros: Rafael Arcángel Divino, Medicina de Dios.

¿Cómo iba a falta a la cita con vosotros? Mas en verdad os pido el perdón por no acudir cuando vosotros sois en el llamado. Mas en verdad os digo, que no es que no quiera venir, sino que en verdad yo veo cuando en verdad me necesitan mis hermanos benditos y bienamados.

Si yo contemplo que en verdad que el dolor puede encontrarse en vosotros sin que sean gritando mi nombre, he de acudir a vosotros, para entregar el medicamento espiritual y así mismo el material, porque dudosos puedo encontrarlos cuando solamente entrego el espiritual. Mas no teman, que si alguno de vosotros posee el dolor en estos instantes lo apartaré de grande manera, porque esa Potestad me ha dado mi Padre amado. Yo que sois la Cabeza Mayor de esta bendita Casa de Oración, presente me he de hacer en todo momento y en todo instante, aunque no sea entregando mi Parábola bendita, porque yo los escucho y yo los atiendo en el llamado mismo en que me hacen vosotros mis hermanos benditos de buena voluntad. No me aparto jamás, ni de la carne que me ha sido entregada, ni de vosotros mismos; mas sois en la incredulidad, si ella que me ha sentido duda de mí, qué puedo esperar de vosotros.

Mas no teman que siempre estaré al pie de la Escala custodiando a cada uno de vosotros, cuando presente pueden hacerse ante la Casa Bendita, y aunque Luzbella pueda encontrarse no os tocará que presente puedo hacerme. Aún cuando vosotros contempléis la oscuridad no debéis de temer y hacer caso omiso a ella, porque presente pues hacerme con mi Ejército Bendito de Ángeles, Serafines y Querubines. Y aún cuando mi Hermano Miguel esté tan ocupado, escucha mi llamado y también estará presente. Mas no teman jamás, porque aquí estaré con vosotros.

Benditos sean los que han aportado para entregar esta Caridad, que yo os entregaré a manos llenas, porque esa es mi voluntad. Tomen de mi Pez para que no falte nada del alimento en su hogar. Tomad y llevad de la Medicina Espiritual para apartar sus dolores, apartar sus tristezas, y para apartar sus congojas. No teman jamás de la Luz de mi Padre, ni de la de vosotros mismos, porque siempre estaremos al pendiente de vosotros, oh mis hermanos amados.

Trabulando sois al Solio de mi Padre, dejándoles en Paz y Tranquilidad a todos y cada uno de vosotros. No teman y en preparación quiero contemplarles, todos y cada uno de vosotros. Y no les digo el adiós, porque pronto estaré entregando Caridad para todos y cada uno de mis hermanos benditos.

La Paz sea con vosotros.

(Canto: “Volemos, volemos al Cielo alma mía, buscando a Elías que allí ha de ser…”)

 

Enseñanza de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Hermano Pedrito, el Querubín

Canalizado por: Hermana Concepción

No espantaros, no espantaros, ¡mi Padre me dejó venir!, no espantaros. Mi Padre me dejó venir porque la mesa es muy grande. Contemplo yo mucho contento, mucho contento a los hermanos míos.  Pedro, Pedro… mira mis alas, mis alas, me las puso mi Papá, mi Papá, mi Papá mío, me las puso, mis alas, mira mira [silbido de disfrute mientras mueve las alas].

Yo contemplo muchos que no vienen cuando y vengo, mira ellos no vienen, no no, no vienen. Yo Pedrito, yo me llamo Pedrito, Pedrito. ¡Mira mis alas, mira, mis alas!  MIs alas me puso Papá mío. Fernando mira, mira mis alas, si te portas bien Fernando… ¡Fernando! Fernando yo voy a enseñar alas mías Fernando, ahorita voy a enseñarte las alas mías [silbido de disfrute mientras mueve las alas].

Este me gusta a mi… Josué, me gusta el nombre Josué. Allá, me gusta este, me gusta, me gusta, ¿cómo llamas este? … ¡Me gusta! me gusta, pero yo no oye ese nombre ¡me gusta! No, no, no llores, me gusta jugar con bebé tuyo, yo voy a jugar con bebé tuyo; yo voy a jugar, voy a jugar, voy a cuidarlo, yo yo voy a cuidar, voy a cuidar. Josué, Josué, Josué, yo voy a ser tu amigo, voy a jugar contigo.

¡Corazón duro, corazón duro!, ya me voy corazón duro[silbido de disfrute mientras mueve las alas]. Pedro, ¿no enojado?… ¡Mi Padre me dejó venir! ¡Mi Padre me dejó veniiir! ¡Mi Padre me dejó veniiir! Mira mira mis chancos rosados, mis chancos rosados… ¡Mi Padre me dejó venir! ¡Mi Padre me dejó veniiir! Ya me voy, ya me voy … Me gusta este, me gusta esta fruta. Yo comparto con todos ustedes, comparto, comparto ¡ya! Ya me voy, ya me voy… ya me voy.

(Canto: “Vamos niños al sagrario, que Jesús llorando está, pero viendo tanto niño muy contento se pondrá…”)