Cátedra Marzo 2018

Catedra Marzo 2018

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección, así a la de Jacob y de allí a vuestro propio Entendimiento Humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Tomad vuestro banquillo, Humanidad entera, y recibid con regocijo a su Jesús amado.

Benditos y alabados sean los unos y los otros, Congregación amada, ¡oh Pueblo bendito de la Nueva Jerusalén!, que acercándote eres a recibir de grande manera; Yo recibo a todos mis hijos por igual, sin distinción alguna de raza, de credo, ni color, porque todos sois mis hijos y todos os amo por igual, mis pequeños hijos, benditos sean.

En alba bendita llena de Gracia, alba primicia del mes de marzo, del año del hombre dos mil dieciocho, en el cual mi Aposento es en Espíritu y en Verdad por este cerebro que en preparación puede encontrarse, para recibir a todos y cada uno de mis hijos benditos.

Parvulillos amados, que venís a aprender porque he venido a entregar Sabiduría para vuestro cerebrillo. Yo que sois el Maestro y tú el alumno, Yo que sois el Padre y tú el hijo. Mis hijos, benditos y bienaventurados sean, porque limpios son de corazón y abriéndose de par en par han de ser, para recibir de Espíritu a espíritu todo lo que he venido a traer para vosotros. Que en verdad os digo mis hijos amados, que no te irás con el palmo vacío porque he de entregar de grande manera a vosotros.

Mas he venido en esta alba bendita llena de Gracia, a alimentar vuestro espíritu, porque vosotros mismos sois encargándose en todo momento y en todo instante de alimentar vuestra envoltura, mas olvidándote eres en verdad de alimentar vuestro espíritu, ¡oh Israel amado! Mas no temas, que alimentado ha de ser en Alba Bendita llena de Gracia.

Sacea de vuestra sed, porque el Agua de Vida he traído para vosotros, oh Jerusalén amado. Mirad y contemplad, que todo cuanto posee es para vosotros, mis hijos benditos y bienamados.

Mas os dice vuestro Padre amado: Aparta los apegos, mis hijos benditos. No seas afanándote a lo material, mis pequeños labriegos, porque mirad y contemplad que eres un caminante más en estos Tiempos y nadie sabe, mas que tu Jesús amado, cuánto tiempo prevalecerás en él.

Mirad y contemplad, que así como blanco y blanquecino, cual copo de nieve, dejo hoy vuestro espíritu, así quiero contemplarlo en albas venideras, mis hijos benditos y bienamados. Porque un andante solamente eres en estas tierras, mis pequeños amados.

Mas os dice vuestro Padre: ¡Redímete en Verdad, Humanidad entera! Aparta de todos tus apegos, aparta de vuestros dolores, aparta todo lo que no te pertenece, mirad y contemplad que estoy aquí ante vosotros para llevarme vuestros dolores, para llevarme, mis hijos benditos, vuestros problemas, para llevarme vuestros cansancios y todo aquello que te acongoja.

¡Despréndete de todo aquello que te lastima, mis hijos y bienamados, y entrégamelo en Alba bendita de Gracia, que Yo te estaré cubriendo con el Manto Blanco y Blanquecino para que seas Sano y Salvo en alba venideras! ¡Mas despréndete de todo aquello, os lo dice vuestro Maestro, mis hijos benditos, y no te lleves nada, mis hijos amados! Porque aún así, si tú te llevases aquellas secuelas, de nada valdría que te encontrases aquí presente ante tu Jesús Bendito, porque nuevamente te llevarás el dolor a vuestra envoltura, las tristezas y los dolores a vuestro espíritu y a vuestra alma.

¡Apártate de aquello, os lo dice vuestro Jesús, y házmelo presente de Espíritu a espíritu! No es menester que te acerques hacia Mí, desde vuestro banquillo, eleva vuestro corazón y entrégamelo, mis hijos benditos, para que seas libre de todo dolor, para que seas libre de toda acechanza, para que seas libre y descanse vuestra envoltura y vuestro espíritu, mis pequeños hijos.

¡Libérate, porque es el momento, mis hijos amados! Quítate de esa carga tan pesada que llevas a cuestas, os lo dice vuestro Padre, mis pequeños amados.

¡Ámate en verdad!, os lo dice vuestro Jesús amado, en Alba Bendita llena de Gracia. Ama en verdad ese micro-universo que Yo te he entregado. ¿Vosotros sabéis cuál es vuestro micro-universo, mis pequeños hijos?… Es vuestra envoltura, mis pequeños amados. Ese es vuestro micro-universo, mis pequeños benditos, ¡ámalo en verdad, porque es el más precioso que te he entregado!

Contempla en verdad vuestra envoltura, y contempla la perfección, mis hijos benditos. No quieras contemplar la perfección que dicen vuestros hermanos que es aquella vanidad, mis hijos benditos; contempla en verdad la perfección que te he entregado, que es vuestra envoltura, mis pequeños benditos. Mas quién de vosotros conoce esa perfección, Yo os pregunto en alba bendita llena de Gracia. ¿Vosotros conocéis vuestra envoltura, en verdad os digo mis hijos benditos? Sabéis que tenéis aquellas calzas para andar, sabéis que tenéis aquellos palmos para tocar, pero en verdad Yo os te pregunto… ¿sabéis la maravilla que llevas a cuestas, mis pequeños benditos y bienamados?

Mirad y contemplad, que cada uno de vosotros lleváis 7 puntos importantes en vuestro micro-universo, mis hijos benditos, y todos y cada uno de aquellos 7 puntos, debéis de conservarlos, cuidarlos y amarlos, mis pequeños benditos. Aquellos puntos sois llamados “chacras”, que para vosotros son el significado círculos, mis hijos benditos. Aquellos círculos sois donde entra y sale aquella energía, mis pequeños benditos y bienamados.

Vosotros tenéis aquél chacra craneal, aquel chacra frontal y así sucesivamente me iría mencionando cada uno de los 7, mis pequeños amados y bendecidos hijos. Mas consérvalos en verdad, porque 7 puntos importantes sois por los cuales entrando y saliendo es la energía, mis pequeños benditos y bienamados.

¡Mas aliméntate de la Energía que te vengo a entregar, en Alba Bendita llena de Gracia, porque es llena de Luz, de Fuerza y de Fortaleza!, porque todo lo que vengo a entregarte, mis hijos benditos y bienaventurados, es Amor y Sabiduría, Paz y Tranquilidad, para vosotros mismos y para los tuyos, mis pequeños amados.

Mirad y contemplad, que vosotros tenéis aquella que llamáis “mente”, mis pequeños, y aquella mente es tan poderosa que puede acabar con todo lo que alrededor puede encontrarse. Controla vuestra mente, mis pequeños benditos, en verdad os lo dice vuestro Padre. Porque vosotros sois diciendo “llevo dolor en mi cerebro y cerebelo”, y aún cuando no lo lleves, lo vas atrayendo a ti, mis pequeños benditos. Si vosotros decís “no recuerdo lo que hice en este instante…” en verdad borrada será todo aquello que tú llevabas de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, porque en verdad no recordándolo has de ser, mis hijos benditos. No manifiestes lo que no llevas, corazones benditos, porque vuestra mente es tan poderosa que todo lo ha de acarrear hacia ti, mis pequeños benditos. Mejor aleja todo el dolor, toda tristeza y todo lo que se le asemeje, mis pequeños benditos, porque tú tienes el poder, porque Potestad te he dado, mis pequeños amados.

Mas con ello no quiero que te envanezcas, mis pequeños benditos, porque todo cuanto te doy es a manos llenas, mas no para que lo guardes en el bolsillo roto mis pequeños amados, sino es para que los distribuyas entre tu Hermana Humanidad. Si Yo te doy a ti Amor, entrega ese Amor, mis pequeños benditos; si Yo te doy Sabiduría, entrega esa Sabiduría mis pequeños amados; si Yo te entrego Plegaria, entrega la Plegaria, sin añadidurías mis pequeños benditos, ni quitando, ni sumado, ni restando, mis pequeños amados; tal cual Yo te la entrego, tú la has de dar, mis pequeños hijos. ¿Habéis escuchado?… No temiendo has de ser, corazones de buena voluntad.

Oh mi pequeña bendita, no hagáis cosas buenas que parezcan malas, ni lo contrario mis pequeños benditos. Mirad y contemplad que engañas a todos a vuestro alrededor, mas no engañas a vuestro Jesús amado, mis pequeños benditos y bienaventurados. Contemplad que puedes mentir a quienes se encuentran a vuestro alrededor, pero Yo contemplando a cada paso que das. No te mientas a tí mismo, ni mientas a los demás, no te quieras engañar y no quieras engañar a los demás, porque te estás engañando a ti misma, mi pequeña bendita. ¡Quiérete en verdad!, date a respetar y ama a tu envoltura, porque así mismo en el arrepentimiento seréis, mi pequeña bendita y bienamada.

Así mismo, os hablo a todos por igual: ¡Ámense en verdad, respétense, para que sean respetados! Mirad y contemplad, tu dices “no hago nada malo”, corazones de buena voluntad, pero solo Yo lo sé por qué os digo mis pequeño benditos. Recordad que más tardas tú en parpadear, en que Yo ya sé tu actuar, corazones de buena voluntad. Os te perdono en Alba Bendita llena de Gracia, y te limpio y te desmancho, desde tu crisma y hasta tu calza. No temas jamás, porque mi Luz te guiará, mis pequeños de buena voluntad.

Escucha y analiza cada una de mis parábolas benditas, ¡oh Israel amado, oh Pueblo de la Nueva Jerusalén, Congregación Amada!, que al servicio de tu Jesús bendito puedes encontrarte. No te envanezcas como aquel pavorreal, porque aún estás dando el primer paso, mis pequeños benditos. Tú decides, si sigues avanzando o te quedas en el peldaño, mis pequeños benditos y bienamados, porque todos y cada uno van en retroceso, van en el avance y de un momento a otro se quedan atrás. Mas depende de vosotros mismos, si quieren continuar hacia adelante contemplen de la Luz tan grande que los espera; mas allá de ustedes, si quieren prevalecer en el Primer Peldaño, mis pequeños amados. Escuchen y analicen lo que les viene diciendo vuestro Jesús, en Alba Bendita llena de Gracia.

El ejemplo, el ejemplo, Pedro bendito y bienamado, porque así mismo contemplo tu retroceso, contemplo corazón bendito y bienamado, cómo te has quedado en el camino y no he visto avance en vosotros. Albas próximas serán en que cuentas claras y precisas pueda pedir a vosotros, oh Congregación amada. Mas así mismo, no quiero contemplar vanas las semillas que les he entregado, y no quiero contemplar palmos vacíos porque los peldaños los esperan en verdad, y de ustedes dependen que desciendan o asciendan mis pequeños benditos y bienamados.

Alba Bendita llena de Gracia, en la cual es presente vuestro Jesús, y en la cual hemos de recibir al Anciano Venerable, para que seas entregando el Sano y el Buen Consejo. ¡Oh Elías, Elías! Yo te hago el llamado en Alba Bendita llena de Gracia, manifiéstate ante el Pueblo Bendito de Israel, contempla al ovejal amado que se acerca a ti para saciar de su sed a orillas del Río Jordán.

Elías de Tisbe: Con sumisión y obediencia…

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Pastor Elías de Tisbe, el Anciano Venerable

Canalizado por: Hermana Juana

¿Amas al Padre, amas al Hijo, amas a la Luz Bendita del Espíritu Santo? ¿Crees en el Padre, crees en el Hijo, crees en la Luz Bendita del Espíritu Santo? ¿Creerás en el Padre, creerás en el Hijo, creerás en la Luz Bendita del Espíritu Santo?

¡Oh Pueblo bendito!, les doy la bienvenida en esta Alba Bendita llena de Gracia; los recibo con los brazos abiertos, por que así me ha mandado mi Padre, Pueblo bendito de Israel.

Benditos son, hijos benditos del Padre y del Elías. Lo quieran creer o no lo quieran creer, Elías, Elías, el Hijo del Hombre, el Anciano Venerable, recibiendo seré a todo el Pueblo bendito de Israel.

Hoy les pregunto, pequeños benditos, su comportamiento pequeños, van en la desobediencia, pequeños benditos, no han cumplido con el mandato del Padre, pero hoy les vengo a hacer saber: Quiero la obediencia, Pueblo bendito, respeto aquí en este humilde recinto de mi Padre en las 4 paredes, mis hijos amados. Yo les vengo a llamar la atención, no los vengo a regañar, sino que les vengo a llamar la atención: ¡Compórtense bien, pequeños!, porque no saben qué les espera más adelante, pequeños benditos.

Y Yo así les pido: ¡Pórtense bien, pequeños, sumisos y obedientes les quiero!, respetándose el uno al otro, pequeños.

Pocas palabras que les vengo a entregar, pero Sano y Buen Consejo que les vengo a dar, pequeños.

(Canto: “Vuela suspiro del alma, dile a mi Padre amado…”)

***

Nuestro Señor Jesucristo: Benditos y alabados sean, porque se han dignado a escuchar del Anciano. Sabiduría y Entendimiento han traído para vosotros, mas no grande es su pedimento, porque así mismo podéis llevarlo a cabo, mis hijos benditos y bienamados. El respeto hacia vosotros mismos, es el respeto hacia los demás, mis pequeños amados.

Amarse los unos y los otros, y venerar la Casa de Oración, que hecha ha sido para vosotros mismos, para vuestro refugio, corazones amados y para llenarse de Amor, de Sabiduría y de Entendimiento para sanar vuestra envoltura y vuestra alma, para saciar vuestra hambre y vuestra sed, mis hijos benditos y bienamados. Llevad el Amor hacia vuestro semejante y hermano, mas no confíen, corazones benditos en que nada os ha de pasar, porque aún, corazones benditos, sus pupilas serán testigo de lo que ha de ocurrir en el Haz Terrenal; mas por ello os dice Elías: “Pórtense bien”, son sus palabras, mas su Jesús amado os dice: Redímanse en verdad, y lleven el Sano y el Buen Consejo, corazones de buena voluntad. Testigos serán vuestras pupilas de lo que ha de acontecer en el Haz Terrenal, porque contemplando sois y con tristeza y desolación  vengo contemplándoles en verdad, lo que acontece en la lejanía, mas no sois exentos de que suceda a vosotros mismos, corazones de buena voluntad.

Al día, al día, y al abrir al alba, mis hijos benditos, eleven la plegaria y gracias den por lo que os entrego a Manos Llenas, mis pequeños benditos. Y al cerrar el alba, pidan a mi Madre Amorosa, abrir en paz y en tranquilidad sus pupilas, corazones de buena voluntad, porque nadie sabe de vosotros lo que ha de acontecer el día de mañana, mis pequeños benditos. Mas no teman, porque aquel que en verdad cree en Mí, aquel que me ame en verdad y aquel que siga al pie de la letra lo que he venido a entregar, Sano y Salvo ha de ser, mis pequeños benditos y bienamados.

No seas como aquellos creyentes, que sois en el pecado, y con acudir a aquella sinagoga piensan que ha de ser apartado, y libres sois de todo aquello que los acongoja, mis pequeños. Vosotros se encuentran presentes, y Yo les limpio y les desmancho en alba bendita llena de Gracia, pero allá vosotros, si al dar un paso fuera de la Casa de Oración, sois llenándose del fango, mis pequeños benditos. Porque Yo los limpio y los desmancho, mientras se encuentran aquí conmigo presentes y abriéndome vuestro corazón; pero no me acerco vosotros cuando vuestro corazón se encuentra cerrado, pequeños amados, porque no hay cabida para Mí, porque no encuentro aquel corazón abierto para poder entrar y acercadme a vosotros; mas valiere mejor, mantener ese corazón abierto de par en par, para que tu Jesús bendito pueda penetrar a vosotros mismos y entregar Paz y Tranquilidad en todo momento, para entregar Sabiduría y Entendimiento, para entregar la Protección y la Luz en todo instante. No hacer caso omiso a la plegaria de tu Jesús amado.

Oh Pedro bendito de Israel, Pueblo bendito de Israel, que presente te puedes encontrar: Limpiado y desmanchado has de ser, en Alba Bendita llena de Gracia, desde tu crisma y hasta tu calza, y desde tu calza y hasta tu crisma, serás lleno de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza, apartando toda penumbra que pueda encontrarse a vuestro alrededor; limpio y desmancho vuestros pedruscos de vuestros espinos y de todo pedrusco; aparto aquella mala hierba, la arranco de raíz para que no sea más en crecimiento, mis pequeños benditos y bienamados.

Oh Pedro amado, qué puedo esperar de ti… [el Pedro hace presente el agradecimiento]

Bendito y alabado seas, mas no temas, corazón de buena voluntad, porque a todo aquellos que enriqueciéndose sois con lo ajeno, tocados serán con mi Mano Poderosa y más les valiese no haber hecho de todo aquello que no es bien visto ante mi Pupila Bendita, porque no sois un Jesús que castiga, sino sois vosotros mismos quien busca su propio dolor y lo encontrarán porque lo han buscado, Pedro bendito. No temas… Tomad y llevad para ti y para los tuyos, que nada falte en vuestro hogar; mas un poco de rectitud más hacia tus pequeños porque los vengo contemplando cómo sois en el libre albedrío, Pedro bendito y bienamado. Mas no temas, que Yo así mismo les contemplaré y les acercaré ante la Luz. Toma y lleva, ¡oh Pedro amado!

Acercadme de vuestras Aguas Cristalinas; bendito eres en verdad. ¡Aguas benditas, que traídas sois del Río Jordán: Limpiadas y desmanchadas y convertidas seréis en Bálsamo de Sanidad, aquel que tomare de ellas, Sano y Salvo será porque esa es mi Voluntad amada!

Entregadme vuestro ramaje… Bendito seas… Limpiando y desmanchado he de ser estas florecillas que hurtadas sois del Huerto de mi Madre amada.

Entregando he de ser primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío entregado a tus aguas que preparando serán como Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío a vuestros aceites, antorchas, a vuestros amuletos. Sea este rocío a vuestras estatuillas que manifiestan a mi Madre y a Mí mismo en la inocencia bendita. Sea este rocío a las lejanas y cercanas comarcas, a los caminos y caminantes. Sea este rocío a los campos y campesinos que darán sustento a toda la Hermana Humanidad. Sea este rocío a las cárceles y presidios en que se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a toda aquella Humanidad que se encuentra en desolación. Sea este rocío a todos aquellos de mis hijos que no encuentran un techo para cubrirse de la intemperie de los tiempos. Sea este rocío a todos los mares, lagos y ríos. Sea este rocío a las altas y bajas montañas. Sea este rocío a mis pedestales benditos que en preparación pueden encontrarse. Sea este rocío a mi Congregación bendita. Sea este rocío al Pueblo bendito de Israel presente y ausente. Sea este rocío a vuestras chozas, y a quienes habéis dejando en ellas. Hecho ha sido, Pedro amado. Levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro.

Cumplida ha sido mi Voluntad, mis hijos benditos y bienamados. Así mismo contemplado, corazones de buena voluntad, que las lágrimas de mi Madre son como aquel baño para vosotros, mis hijos benditos. Siento tristeza y dolor, cuando gime y llora mi Madre, pero si no fuese por sus lágrimas, en verdad os digo que todo se hubiese acabado y hubiese tenido un final, mis pequeños amados.

Gracias a las lágrimas de mi Madre, se encuentran vosotros en Haz Terrenal. No quiera verla llorar, pero en verdad os digo, que necesario es su lágrima por vosotros, así como la derramó cuando fui azotado y cuando fui crucificado, mis pequeños amados, hoy la derrama por vosotros, por su ingratitud, mis pequeños benditos.

Mas redímanse en verdad, nuevamente os lo dice tú Jesús, para no ver más derramada la lágrima de mi Madre, mis hijos amados. Y sea por vosotros mismos que se ganen del derecho de estar en Paz y en Tranquilidad, mis pequeños, sin derramar sangre inocente, sin derramar corazones benditos, esa maldad que emana de vuestra envoltura por cada uno de vuestros poros.

Llénense de mi Amor y emanen Amor; llénense de mi Dulzura y entreguen Dulzura; llénense de Sabiduría y de Entendimiento y entreguen el Sano y el Buen Consejo.

Mas Yo les pregunto, ¿habéis quedado conformes?… Benditos y alabados sean. Que por vuestra conformidad Yo les entrego a Manos Llenas: Tomen y lleven mis hijos benditos, del Pan sin levadura, del Jergón, de la Miel, de la Uva; tomen y lleven del Vino; tomad y llevad, mis hijos benditos, de las Llavecitas del Trabajo; tomen y lleven, mis hijos benditos, de estas Monedillas que multiplicadas han de ser en lo material y nada faltará en su hogar, porque esa no es mi Voluntad. Tomad y llevad, mis hijos benditos, porque esa es mi Voluntad.

Les entrego de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Lleven la Paz, mis hijos amados, que no les digo el adiós, porque pronto estaré de retorno con aquel Cortejo Celestial.

Mi Paz, sea con vosotros…

(Canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos, y te dejamos el corazón…”)