Cátedra Mayo 2018

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección, así a la de Jacob y de allí a vuestro propio Entendimiento Humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto. Tomad de vuestro banquillo, Congregación Amada, Bendito sea mi Pueblo amado de Israel, que presente puede hacerse en alba bendita llena de Gracia. Alba primicia del mes de mayo del año del Hombre 2018, en el cual, presente es mi Espíritu en Verdad ante todos vosotros, lo crea el Hombre o no lo crea.

Benditos y alabados sean Pueblo amado de Israel, Congregación amada, que a primera alba eres levantando vuestra calza para acudir al llamado de tu maestro. Heme aquí ante vosotros para limpiar y desmanchar desde vuestro crisma y hasta vuestra calza contemplando en verdad a los unos y a los otros, en verdad contemplo a aquellos de mis hijos que vienen a solicitar que sea apartando el dolor de sus envolturas cansadas y agotadas; mas en verdad os dice vuestro Padre, que si fuese quitando todo dolor no te acordarías de mi existir. Mas no temas, porque pasará ese dolor y esa congoja.

Bendito es aquel que viene a solicitar por la llaves del trabajo, en verdad os dice vuestro Padre: entregada será la Llavecita del Trabajo, mis hijos benditos y bienamados; allá de vosotros si conservar esa llavecita o quieres tomar otra, mis pequeños benditos y bienamados, porque abriendo será la portezuela de par en par, pero tu contemplarás lo que hay detrás de aquel portón; quizá sea lo que anhelas, quizá sea lo que he preparado para vosotros. Libre albedrío os dejo para vosotros, Pueblo bendito de Israel.

Bendecido es aquel de mi hijo que viene a solicitar el pan de cada día, el sustento para los suyos, en verdad os lo dice vuestro Padre, que nada os faltará en vuestro hogar, porque presente me podré encontrar para dar en multiplicación el Pez y el Pan, y nada faltará en tu mesar, Pueblo bendito de Israel.

Mas bendecido sea aquel de mi hijo que viene a solicitar por uno más de vuestros hermanos. En verdad os dice vuestro Padre, mis hijos benditos, aquel que cree en Mí, aquel que en verdad me ama, sano y salvo ha de ser. En las fuertes intemperie de los tiempos, en aquellas guerras donde sois derramando sangre inocente, en aquellos desiertos donde no has de encontrar el agua para saciar de vuestra sed, en aquellas calamidades donde puede conservarse aquel frío para vuestras benditas carnes. Aquel Astro Rey que reluciente ha de ser ante vosotros y sintiendo aquella fuerza y furia que trae. Mas bendecidos serán, mis hijos amados, con todos y cada uno de los elementos, mas jamás les maldigas mis hijos benditos, porque seréis como si les maldijeras a tu Jesús amado.

Bendito eres en verdad, a ti mi hijo bendito y bienamado, que levantas vuestra calza para pedir e implorar porque la Luz entre a vuestro hogar, por la paz y la tranquilidad de los tuyos, porque reine la felicidad en vuestros hogares; mas bendecidos han de ser, porque esa es mi Voluntad.

Mas benditos sean aquellos que vienen a implorar la abundancia, aquellas monedillas que multiplicadas sean, aquellos lujos, porque en verdad os dice vuestros Padre, no lo contemplarán vuestras pupilas porque te perderías mis hijos benditos, en el libre albedrío, en aquellos caminos de oscuridad, en aquellos caminos de penumbra y no te alcanzaría el tiempo para contemplar la luz. Contempla en verdad lo que postro en tus palmos, valóralo y ámalo en verdad, os lo dice vuestro Padre.

Contempla a vuestro alrededor, cuántos de vuestros hermanos quisieran lo que tu posees y tú que lo tienes, no lo valoras, mis hijos benditos y bienamados. Tienes un techo donde cubrirte de la intemperie de los tiempos, tienes una calza, tienes un cobijo y contempla en verdad que eres bendecido por mi Mano Poderosa. ¿Qué más puedes pedir, Pueblo amado de Israel, que no te haya sido concedido?

Así mismo he contemplado vuestras caídas, vuestros tropiezos y en verdad me he encontrado ante vosotros para tenderte mi Mano y levantarte, limpiar tus lastimaduras, enjugar el sudor de vuestro frontal, y ayudarte a seguir con paso firme, mis hijos benditos y bienamados.

Mas aquel que duda de su Jesús, es quedándose en el camino. Mas en verdad Yo te pregunto a ti, Congregación bendita, qué esperas de tu Jesús amado. Tu que has prometido seguirme en todo momento y en todo instante, y contempla en verdad, tú que prometiste seguirme, eres dándome de las espaldas, porque no tienes tiempo para tu Jesús, porque para ti es más valioso y más importante el materialismo. Qué puedo esperar entonces de vosotros, mis hijos benditos y bienamados; qué puedo esperar de vosotros si ni los propios tuyos asisten a escuchar la Campana sonora; si ni los propios tuyos les sabes dar el Sano y el Buen Consejo; si ni a los propios tuyos sabes guiarle hacia el Camino que he forjado para ellos, ni a los propios tuyos has sabido abrazar, arroparles y decirles: ven, que yo te enseñaré el camino. Solamente cuando te ves tendido en el camastro, cuando te ves tendido de dolor, cuando tienes aquel problema, cuando te sientes amenazado, cuando te sientes rodeado del peligro, cuando no encuentras la portezuela hacia dónde guiar tu calza, en ese instante mismo gritas cuando pides e imploras que Yo me encuentre presente, y heme aquí en este instante ante vosotros, ¿y dónde puedo contemplarles?

Yo les hago el llamado cada alba primicia, y no acuden ante mí, y vosotros quieren que Yo vaya a vosotros mismos en cada momento y en cada instante, cada vez que es menester abrir vuestros labios para implorar mi Nombre, quieren que Yo me encuentre presente y vosotros no pueden hacer lo mismo cada alba primicia en que vengo a entregar Sabiduría y Entendimiento, en que vengo a entregar Amor y Caridad, en que vengo a arrancar vuestro ropaje hecho jirones, y vengo a postrar el engalanado, en que vengo a quitar vuestra calza roída por tanto andar y postrarla de nuevo conforme. Qué más pueden pedir a tu Jesús amado, si vosotros no pueden brindar un solo instante de vuestro tiempo.

Qué harías si tu Jesús Divino te dijera en estos instantes: vendré alba por alba y quiero contemplarte a ti, en este instante ,cada vez que Yo sea frente a vosotros. Cuántos de vosotros contemplaría Yo, mis hijos amados. Y una vez que vengo, no les puedo contemplar, y ansiosos los puedo contemplar porque sea mi Parábola dando fin y dar media vuelta e irte a tu materialismo; mas benditos sean en verdad, mis hijos amados, porque necios sois, porque no has sabido entender que todo cuanto posees es porque Yo así lo requiero. No porque estés tú pegado a aquella labor, vas a tener más, mis pequeños hijos, porque así estuvieses de sol a sol, si no fuese mi Voluntad, no tendrías ni la pequeña monedilla. mas bendito eres en verdad, mis hijos amados.

En verdad os dice vuestro Padre: analizad cada una de vuestras plegarias y no echéis en saquito roto. Contempla a vuestro alrededor y ve que es lo que quieres para vosotros mismos, qué es lo que quieres para los tuyos, mis hijos benditos. Yo lo postro a tus pies y lo postro a tus palmos, tu decides si lo tomas y lo dejas, mis pequeños amados.

Si has de detener vuestra calza, que sea para guiar a otro más de tus hermanos y no para ir en retroceso, mis hijos benditos y bienamados. Mas siempre te preguntaré: ¿dónde están los tuyos?, si ni a los propios tuyos puedes hacer llegar hacia Mí, qué puedo esperar de la Humanidad entera. Mas benito seas en verdad.

Bendecido sea cada uno de mis hijos, y no temas, porque no es regaño el que traigo para vosotros, sino Sano y Buen Consejo. Mas no quiero contemplarte en el dormitar, como aquellos de mis discípulos que tiempo atrás os dije que oraran conmigo, y se quedaron en el letargo. Así vosotros mismos hacéis. Cuánto tiempo estoy ante vosotros y puedo contemplarles en el dormitar. ¡A la alerta, a la alerta os dice vuestro Padre! No quiero ser aquel causante de que seas sorprendido, porque cruzaré los brazos, mis hijos benditos y bienamados.

Contempla el instante mismo en que mis brazos se extienden para sostenerte; contempla el instante mismo en que te levanto para seguir adelante; mas no quieras contemplar mis brazos cruzados, y solamente contemplar cuando caes y allí dejarte, mis hijos benditos y bienamados. Analiza, analiza lo que vuestro Jesus indica y bendito seas.

En alba bendita, preparada era para las inocencias. Mas no teman, que hasta donde ellas se encuentren les entregaré: Tomad y llevad inocencias benditas, que de ustedes es el Reino de los Cielos, bendecidos sean. Acercad por Caridad, a los pocos que puedan encontrarse.

Benditos sean en verdad. Bendecidos sean por este corto número de inocentes, recibiendo todos por igual, desde su crisma y hasta su calza, y de su calza a su crisma, aquel que llevare la inocencia de un niño en su corazón, grandezas recibirá de mi Mano Poderosa. No teman jamás, pequeños benditos y bienamados porque de ustedes es el Reino de los Cielos; recibirán de grande manera y por ustedes vuestros progenitores. No teman jamás, pequeñitos benditos, mas en sumisión y en obediencia han de ser, porque esa es mi Voluntad.

A las inocencias, corazones de buena voluntad, hay que guiarles con Amor y hay que guiarles con ejemplo porque vosotros sois los que como progenitores sois, el espejo en el cual se han de reflejar. No quieras que ellos sean diferentes a lo que tú eres, porque ellos imitan a lo que has de hacer. Si quieres que ellos lleven camino recto, lleva rectitud corazones de buena voluntad. Tomad y llevad inocencias amadas, que mi Fuerza y mi Fortaleza sea guiando su calza, y ustedes mismos sean guiando a sus progenitores. Levantad vuestra calza y guiad; el camino de Luz será elevado para vosotros

Mes bendito, en el cual mi Madre Amorosa es contemplando a las madres de Sión, y por ella –por mi Madre Amada–, es que deben entregar a todas y cada una de vosotras mujeres, que han llevado el fruto en su vientre. Y aquellas que han sabido sacar adelante a sus pequeños, Yo les entrego de grande manera, madres benditas, madres amadas, madres de Sión. Tomad y llevad en sus palmos y en su corazón: Fuerza y Fortaleza, Amor y Ternura, Paz y Tranquilidad, porque han sabido guiar a las inocencias desde que así mismo fue sembrada la semilla. Mas cuentas claras y precisas me han de entregar de cada una de aquellas semillas que les han sido otorgadas. Benditas sean en verdad, mis hijas amadas.

Benditas sean mujeres amadas, porque limpiado y desmanchado ha sido su sendero para que sean saliendo adelante, y fortalecidas serán, porque esa es mi Voluntad.

Mas no teman varones, que también para vosotros Fuerza y Fortaleza he traído y no tendrán tropiezo alguno porque el pedrusco ha sido quitado para que sean saliendo adelante.

Pedro bendito, ¿qué puedo esperar de ti?

Bendito y alabado seas, Pedro amado. Mas bendecidas han de ser tus plegarias amadas, mas no temas jamás, porque la Fuerza y la Fortaleza han de ser entregadas limpiando vuestro sendero,y en verdad os digo, prueba he dado a uno de tus vástagos, mas prueba he de dar a otro de ellos; mas no temas Pedro bendito, que Fuerza y Fortaleza he de entregar para ti, guiando con Sabiduría y buen ejemplo a tu hermana Humanidad, Pedro bendito.

Tomad y llevad, y no temed jamás. Mas no blasfemar, porque así mismo estaré contemplando. Toma y lleva, levanta vuestra calza y sigue a tu Maestro. Benditos sean en verdad.

No debe de haber sobreprotección sobre las inocencias, pero tampoco dejarles al libre albedrío. Sois como diamantes que hay que pulir para que sean brillando, o quedar en la opacidad, mis hijos benditos y bienamados. Mas cuentas claras y precisas me han de entregar de cada uno de ellos. Moldearlo, mis hijos benditos y guiarle con Sabiduría y Entendimiento.

Acercadme de tus Aguas, Pedro bendito.

Bendito y alabado seas. Aguas cristalinas que traídas son del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser convertidas en Bálsamo de Sanidad; aquel que tomare de ellas, sano y salvo será, porque esa es mi Voluntad: En el Nombre que Sois el Padre, el Hijo y la Luz Bendita del Espíritu Santo, limpiadas y desmanchadas han sido, y convertidas en Bálsamo de Sanidad. Presente vuestro botón; bendito seas.

Este rocío llegará primeramente a vuestra Escala, símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a vuestras antorchas, a vuestros aceites, a vuestras aguas que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío derramado,  a las lejanas y cercanas comarcas; a aquellas comarcas que se encuentran en desolación y en el derramar de sangre inocente. Sea este rocío derramado a aquellos caminos y caminantes. Sea este rocío derramado a aquellos campos y campesinos que han de dar fruto y sustento para la Humanidad entera. Sea este rocío derramado a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a las altas y bajas montañas. Sea este rocío derramado a los mares, lagos y ríos. Sea este rocío a todas aquellas mujeres que Fuerza y Fortaleza han de ser entregadas para que sean saliendo adelante. Sea este rocío a todos y cada uno de mis hijos presentes y ausentes, a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos.

Hecho ha sido Pedro amado.

¡Benditos sean, corazones de buena voluntad! ¡Benditos sean, Pueblo de la Nueva Jerusalén, Congregación Amada!, en la cual el Aposento de tu Jesús Amado es entre vosotros, y así mismo he venido a entregar a manos llenas, para que no falte nada en vuestro hogar. Levantar vuestra calza y seguir a vuestro Maestro en todo momento y en todo instante. Abrir vuestra gargantilla para implorar el perdón por tu Hermana Humanidad; entregar el abrigo a aquel que tiembla de frío; entregar el pan a aquel que no tiene con que saciar su hambre y jamás negar el Agua de Vida a que que lleva la sed.

Abrid la portezuela de par en par de mi Casa de Oración a todo aquel que solicite el refugio en Ella. Mirad y contemplad, que aquí frente a la Escala tienes las armas, tu sabes si las tomas o las dejas donde están. Tu Jesús te lo ha entregado, eres tú quien caso omiso hace a ellas.

Mas benditos sean en verdad, y Yo os pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos sean, que por vuestra conformidad Yo les entrego a Manos Llenas: tomad y llevad mis hijos benditos el Pan sin Levadura, la Miel, la Uva, el Jergón; tomen y lleven, mis hijos benditos, estas Monedillas que multiplicadas han de ser en lo material; tomen y lleven mis hijos benditos de las Llavecitas del Trabajo para que no sea cerrada la portezuela.

Tomad y llevad, mis hijos benditos, de mi Bendición: en el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.

Mi Paz, sea con vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”)