Catedra 1 Julio 2019

Catedra_Julio_2019

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción.

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección así a la de vuestro propio corazón.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto.

Tomad vuestro banquillo, Humanidad entera; tomad vuestro banquillo Congregación Amada y he aquí a vuestro Jesús Bendito en Espíritu y en Verdad, ante cada uno de vosotros, mis hijos benditos y bienamados.

Benditos y alabados sean los unos y los otros, que a todos sois recibiendo por igual, porque todos sois mis hijos benditos y bienamados, sin distinción alguna de Raza, ni Credo, ni color, porque a todos os amo por igual, a buenos y malos –mis hijos benditos–, en el cual mi Aposento es para vosotros en esta bendita alba llena de Gracia: Alba primicia del mes de Julio, del año del hombre 2019, en la cual en Espíritu y en Verdad vengo para vosotros para escuchar el latir de vuestros corazones, para escuchar el palpitar –mis hijos benditos y bienamados–, porque he contemplado el llamado. Mas así mismo, vengo a contemplar –corazones de buena voluntad–, a aquellos corazones que afligidos sois, ¡benditos y alabados sean! No debes temer, Congregación Bendita, no debes temer, Pueblo Amado de Israel… Heme aquí ante vosotros: En Espíritu y en Verdad.

¿Qué puede lamentar vuestra envoltura, mis hijos benditos y bienamados? Heme aquí ante vosotros para arroparte entre mi regazo bendito y no he venido Solo, mis hijos amados, contemplad que mi Madre Amada es entre vosotros, el Pastor incansable es entre vosotros y mi Mundo Espiritual. Contempla y siente en verdad a cada uno de mis Ángeles y Arcángeles que tomando es de tu diestra –mis hijos benditos–, para así despojarte de todo cuanto no te pertenece, mis pequeños amados; porque os así quiero que seas con la Fe cuan grande –mis hijos benditos– con el Amor tan vivo –mis hijos amados–.

Contempla en verdad, las albas que se aproximan, contempla en verdad las albas en las cuales es tu existir –mis hijos benditos–, que en desolación puedo contemplar a cada uno de vuestros corazones. Desolados sois por la tristeza, por el dolor, por la congoja… corazones de buena voluntad. Contemplando sois las múltiples enfermedades que vienes padeciendo en tu mundo material, en tu Haz Terrenal –mis hijos benditos–. Pero por qué en lamentación puedes encontrarte, si me es menester –mis hijos benditos– que abras vuestro corazón  y hagas el llamado a tu Jesús Bendito, y heme allí postrado ante vosotros para ayudarte a salir adelante –mis hijos amados–; pero eres ciego, eres sordo y eres mudo mis pequeños amados, porque no has sabido a hablar con tu Jesús Bendito, porque no me has sabido contemplar cuando he estado presente ante tus pupilas, porque no me has sabido escuchar cuando he deletreado Palabra a Palabra ante tu oído –mis hijos benditos y bienamados–. ¡Abre vuestras pupilas, corazones de buena voluntad! ¡Abre vuestros labios y vuestra gargantilla!, para dialogar de Espíritu a espíritu con tu Jesús Bendito. ¡Abre tu auricular, oh hijos benditos y bienamados! para escuchar mi consoladora Parábola que traigo con Amor para vosotros –mis hijos benditos–. No afligido quiero ver tu corazón: ¡Ábrelo de par en par, y despójate de todo cuanto os acontece, mis hijos benditos! ¡Ábrelo de par en par! Asi mismo, vuestro corazón como vuestra gargantilla ¡despójate de tu dolor, despójate de tu tristeza, despójate –mis hijos benditos–, de todo cuanto os duele! ¡Aquí estoy Yo, para consolarte, para apartarte todo cuanto no te pertenece! ¡Pídeme a manos llenas, por vosotros mismos, por todo aquel que te rodea!, mas así mismo, pide por todo aquel que te viene a tu mentecilla –mis hijos benditos–, ¡tráelos en espíritu y en Verdad, por medio de tu mente!, porque tu mente es tan poderosa –mis hijos benditos– como así mismo lo es mi Palmo Bendito. Así mismo trae a todo aquel que necesita, corazones de buena voluntad, porque no es menester que se encuentren en la envoltura, porque así mismo con tu pensamiento vas trayéndoles en verdad, y Yo voy entregándoles de grande manera conforme es mi Voluntad, mis hijos benditos y bienamados.

Mas pide y te concederé, mas pide lo que realmente necesitas, mis hijos benditos. No pidas las riquezas porque no las contemplaréis; contemplaréis las riquezas en abundancia para vosotros, pero solamente –mis hijos benditos–, en virtudes, corazones amados, en aquellas necesidades que me haces presente en esos deseos de tu alma –corazones de buena voluntad–, no aquellas riquezas materiales, porque aquella monedilla no la tendrás en abundancia, solamente lo que es menester para satisfacer vuestras necesidades, mis hijos benditos y bienamados. Pídeme por el doliente, por aquel que has contemplado en la callejuela; por aquel dolor que llevas en vuestra envoltura –mis hijos benditos y bienamados–; pídeme por tu choza que sea limpiada y desmanchada, que allí estaré Yo para apartar todo cuanto no pertenece en ella. Pide y concederé a manos llenas… ¿habéis escuchado, mis hijos amados? No temas jamás, pues mi Luz es entre vosotros.

Mas contemplareis penumbras –mis hijos benditos–, pero no temas, que si Fe grande llevas en tu Jesús amado no padecerás de esas penumbras, porque tendréis el Faro Luminoso de Elías y mi Madre te protegerá con su Manto Tachonado de Estrellas, y llevaréis mi Fuerza y mi Fortaleza, porque te he de tocar para que seas Fuerte como el Roble –mis pequeños amados–. No has de temer por todo lo que ha de acontecer en el Haz Terrenal: Aquellos volcanes que abriéndose han de ser para derramar de grande manera su furia; aquellos vientos que han de venir desatados; aquellas aguas que han de levantarse con cual furia, mis hijos benditos y bienamados, acabando con grandes tierras… No temas, mis pequeños amados. Pide por cada uno de tus hermanos, pide por vosotros mismos, para que Fuerza y Fortaleza he de entregarte, para que seas Fuerte como el Roble y puedas sostener a todos y cada uno de vuestros hermanos; pero no doblegues –mis pequeños–, ante lo que has de contemplar, no doblegues tu planta –mis hijos benditos–, sino al contrario Fuerte como el Roble, porque de ti han de sostenerse aquellas ramas que han de verse caídas, mis pequeños benditos.

Mas no te engrandezcas, mis pequeños amados, sé humilde… siempre mis pequeños benditos y bienamados.

Esperándote era, mis pequeñas benditas, y con los brazos abiertos he de recibirte, porque desde hace albas mis portezuelas abiertas de par en par, para recibirles de grande manera, par entregarles de mis Grandezas y Maravillas, y no temiendo han de ser mis pequeñas benditas.

Oh Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?

Bendito y alabado seas, oh Pedro amado. Tomad y llevad, la Sabiduría y el Entendimiento, y guiad con Amor y con ejemplo a tu Pueblo amado de Israel, porque cuentas claras y precisas, has de entregarme por cada uno de ellos. Sé sumiso y sé obediente, ante el Mandato Divino y contemplaréis las grandes Maravillas, oh Pedro Bendito. No desfallezcas, y a la alerta, a la alerta por lo que ha de venir. Toma y lleva, mi varón bendito, y no dormites porque has de levantar grandes pueblos que han de venir. Tomad y llevad, varón amado… Bendito seas en verdad.

Grandes calamidades han de venir para vosotros, pero no han de temer, corazones de buena voluntad. No dormiteis ni un instante, llámame a tu oración para acompañarte en ella y oraremos juntos, mis hijos benditos y bienamados. Por todo el Pueblo de Israel, por toda la Humanidad entera, por todo el Haz Terrenal… oraré con vosotros, mis hijos benditos y Fuerza y Fortaleza he de entregar a vosotros, mis pequeños amados. Mas no doblegues tu calza bendita, porque Fuerza y Fortaleza te he de entregar.

No pidas lo que no he de concederte, mis pequeños amados, mas de mi Mano sostén vuestra envoltura que cansada puede encontrarse y así fortalecida será, por mi Mano Bendita.

Contempla en gemir de mi Madre, que pide y ora por vosotros, y arropándolos ha de ser alba por alba mis pequeños amados. Mas así mismo, jamás reniegues de mi Madre, porque es como si renegaras de mi mismo.

Ama a tu prójimo, como te amas a ti mismo. Tiéndele la mano a aquel que lo necesita; sé sumiso y sé obediente ante el Mandato Divino.

Sé humilde, mis pequeños benditos y bienamados. Tómate de la Luz, que te entrega el Anciano Venerable para que ilumines vuestros senderos, en todo momento y en todo instante. Contempla en verdad, que nada en cuanto os así está en el Haz Terrenal te pertenece, todo es prestado por un instante… mis pequeños benditos. Lo que es tuyo, lo tendrás… y lo que no, alejándote ha de ser. No te aferres a lo que no has de tener y ama lo que posees, mis pequeños benditos y bienamados. No hables de vuestro hermano a vuestras espaladas: Trátalo como quisieses ser tratado, mis pequeños benditos; y no quieras ser más de lo que eres en verdad, porque ante mi pupila bendita, no es más el que posee grandes riquezas, ni menos el que no tiene un techo donde cubrise de la intemperie.

Grandes mandatarios han de caer, mis pequeños benditos, y grandes calamidades contemplarán vuestras pupilas, pero han de levantarse aquellos que en verdad me amen y tengan Fe en Mí; han de prevalecer aquellos que hablen de Mi ante vuestros hermanos, y den aquel testimonio verídico de lo que He de traer para vosotros. No dar el falso testimonio, mis pequeños amados, siempre hablar con la Verdad, y lo que es del César sea para el César, y lo que es de tu Jesús Bendito, sea para Mi. ¿Me habéis escuchado, mis pequeños amados? Analizad cada una de mi Plegarias y no temas jamás, porque mi Luz será siempre entre vosotros, mientras vosotros mismos así lo creerás, y lo que quieres así… mis pequeños amados.

Acercadme de vuestras aguas, varón bendito… Bendito y alabado seas…

Aguas Cristalinas que traídas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser y convertidas en Bálsamo de Sanidad, aquel que bebiere de ellas y tenga Fe, sano y salvo será. Levantándose del camastro ha de ser el leproso, porque esa es mi Voluntad. Ha de revivir aquel que tu decías, que no se levantaría más, si Fe grande llevas en Mí. Una gota de mi preciosa sangre deposito en ellas y hágase en Mí la Voluntad.

Vuestro ramaje, varón bendito. Bendito seas: Limpiado y desmanchado ha de ser, porque hurtado es del Huerto. Primeramente he de entregar a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea derramado este rocío a vuestras antorchas que iluminarán vuestro sendero y vuestro caminar. Sea este rocío a vuestras aguas que con mi Fuerza y Fortaleza en ellas serán convertidas serán en Bálsamo de Sanidad. Sea derramado este rocío a vuestros amuletos que me haces presentes. Sea este rocío a vuestras cárceles y presidios, donde se encuentran recluidos aquellos de mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío a los mares, lagos, ríos y riachuelos. Sea este rocío a las montañas altas y bajas, a campos y campesinos. Sea derramado de grande manera a carros y caminos que han de ser por la Ciudad, mis hijos benditos y bienamados. Sea este rocío a todo ser viviente del Haz Terrenal. Sea este rocío a mis Pedestales benditos que en Preparación puedan encontrarse. Sea este rocío desde el primero y hasta el último demis hijos amados. Sea este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos.

Cumplida sea mi Voluntad en todo momento y en todo instante. Hecho ha sido, Pedro amado.

Benditos sean, mis pequeños amados, que Fuerza y Fortaleza he de traer para vosotros, en todo momento y en todo instante. Cúbranse con mi Luz, Pedestales benditos… y en Preparación puedan encontrarse para dar parábola, mis benditos amados en próxima alba.

Luz entrego a todos y cada uno de mis pequeños que conforman la Congregación: Preparándose han de ser, mis pequeños benditos, y no en discusiones porque faltos de humildad son, mis pequeños amados. En Preparación quiero contemplarles, en verdad, y no en dimes y diretes, mis pequeños benditos y bienamados.

¡Oh Pueblo amado de Israel! Gracia, Virtud, Fuerza y Fortaleza, entrego para cada uno de vosotros… Tomad y llevad, mis hijos benditos, y jamás teman de mi Luz. Aquel que cree en Mi, Fuerte será y por el sendero de Luz irá. Aquel que dude e Mi, cayendo en aquel pozo tan profundo y lastimando su calza por el arduo andar será, mis hijos benditos. Más les valiere a aquellos que son tocándoles en verdad, porque no saben lo que hacen, porque sois llenándose del fango sus palmos benditos para hacer aquellos trabajos de oscuridad y de perdición; mas no teman jamás, porque mis Luz no les abandonará en ningún momento y en ningún instante.

Mas Yo les pregunto… ¿habéis quedado conformes, mis hijos benditos? Benditos sean, que por vuestra conformidad, Yo les entrego a Manos Llenas: Tomad y llevad mis hijos benditos del Pan sin Levadura, de la Miel, del Jergón, de la Uva, tomen y lleven mis hijos benditos estas monedillas que multiplicadas seréis en lo material, siete veces siete, porque esa es mi Voluntad. Tomad y llevad las llavecitas del trabajo que abriendo el pórtico de par en par han de ser para aquel que lo solicite en verdad… Tomad y llevad mis hijos benditos, de mi Bendición amada, porque cortas han sido mis Palabras, pero con gran Fuerza para vuestro corazón. Yo les entrego de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre + En el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Tomad y llevad, mis hijos amados, que mi Paz sea con vosotros.

(canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos..”)