Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro
Canalizado por: Hermana Concepción
Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.
Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez y los que aposentados sois ya en este Bendito Redil Sacrosanto.
Pasad a tomad de vuestro banquillo, Humanidad entera, Congregación Amada y escuchad con atención mi Consolador Parábola.
Benditos y alabados sean, oh mis hijos amados, mas mirad y contemplad lo que con vuestra desobediencia vienes ocasionando –mis hijos benditos y bienamados–. Contempla en verdad que das apertura para que entre la Oscuridad, a mi Casa que reluciente es de Luz por vuestra falta de cumplimiento y preparación es que permites que sea entrando la Oscuridad.
Oh Pedro bendito y bienamado, cuentas y claras y precisas he de pedir porque así mismo has permitido que la Oscuridad entre de lleno a mi Casa de Oración, y así mismo prevaleciendo ha de ser hasta el momento mismo en el cual Yo sea apartándomelo del Haz Terrenal por unos instantes.
Mirad y contemplad la falta de cumplimiento de cada uno de vosotros, porque aún no habéis entendido la función de cada uno de vosotros, porque aún te encuentras en el letargo, porque aún no hay la preparación, porque vosotros solamente con postrar su envoltura y tomad el banquillo piensan que es el Cumplimiento, y no es así Congregación bendita y bienamada, sino hay que prepararse desde albas atrás para que podáis recibir de grande manera, si no así mismo sois como llegamos, con los palmos vacíos.
Oh Pedro bendito, es tu labor llegar a tiempo y ordenar todo cuanto hace falta en la Casa de Oración, no estar a las prisas cuando llega el momento, en que ya mi presencia es ante vosotros. Es así mismo obligación de la Guía supervisar que todo esté impecable, porque tú así mismo ya lo hiciste, y no así mismo estar en el instante mismo en que estoy descendiendo porque mi Esencia no es en el momento en que esta carne toma el banquillo, sino es desde horas antes para venir a contemplar que todo esté limpio, listo y preparado, ¿y cómo ha de descender mi Luz si no has terminado tu labor?.
Así mismo Congregación bendita y bienamada, no es venir y tomar el banquillo nada más, sino es venir a tiempo, antes de que llegue la multitud, postrarse ante mi Escala y dar gracias ante Ella, porque estás presente, porque aún respiras, porque aún tienes un halo de vida y después con gran reverencia postrarte vuestros hábitos, hábitos que limpios y puros sois, cual copos de nieve, y preparándote en tu banquillo, para que así mismo seas recibiendo de grande manera. No llegar corriendo, postrarse el hábito, y llegar a balbucear los motivos por los cuales has llegado tarde.
¡Ay de aquel que prefiere el materialismo antes que venir a recibir de mi Fuerza y de mi Fortaleza, de mi Luz y de mi Gracia! Vanas serán aquellas monedillas porque no en rendimiento han de ser; vanos serán sus pasos en el transitar porque no avanzaréis en el camino, vanos serán vuestros pensamientos a todo cuanto dijeres que harías porque barrera encontrarás y estancado te quedarás. Primero tu Dios y tu Señor, primero tu Jesús amado y abriéndose las portezuelas de par en par para todo lo demás. Mas benditos y alabados sean por vuestros errores perdonados sois, mis hijos benditos y bienamados.
Mas así mismo ¡a la alerta, a la alerta!, no quiero ser quien te sea sorprendiendo de grande manera, mis hijos benditos y bienamados.
Contempla en verdad a vuestras lejanas y cercanas comarcas, cómo se encuentran en la desolación… ¿así quieres contemplarte a ti mismo, mis hijos benditos?, en el rechinar de dientes, en el mesar de cabellos, dando golpes en vuestro pecho, para que seas perdonado, gritando de viva voz para que seas escuchado… y cuando Yo pido que sea escuchada mi Voz, tú te alejas de Mí para dar paso agigantado al materialismo… ¿qué puedo entonces esperar de vosotros? Si faltos de Fe sois, si no eres creyendo en Mi en Espíritu y en Verdad, porque si no eres escuchando mi Voz –mis hijos benditos– no eres creyendo en Mi; ¿necesitas escucharme para creer en Mi?, ¿también necesitas verme para creer en Mi? Mas Yo te pregunto: ¿puro eres para poder contemplarme, y para pedirme escucharme?, cuando tú así mismo no eres abriendo el fondo de vuestro corazón, porque albas atrás te he dicho que nuestra comunicación sería Espíritu a espíritu, y no ha habido esa comunicación tal cual… porque eres cerrándote, porque eres falto de Fe, porque dudas, porque crees solamente en lo que tus pupilas pueden contemplar; por eso es que mando esas pruebas, porque solamente así eres recordando de mi existencia, eres transitando a buscarme y eres abriéndome tu corazón, porque si te encuentras en el regocijo eres olvidándote de Mi, mis hijos benditos y bienamados.
Despójate de tu materialismo, contempla en verdad que tu envoltura es como aquel hostal que da cabida a todo aquel huésped que va llegando. Aquellos huéspedes que sois: la Soberbia, el Rencor, el Odio, el Desamor… y sería larga la lista de todo aquello que posees en vuestra envoltura aquellos huéspedes que has dado cabida en vuestra envoltura que sean habitando. Os dice tu Jesús bendito y bienamado, ¡aléjate de todo ello!, ¡despójate de todo ello!; aléjate de la soberbia, aleja la vanidad, no quieras ser quien no eres en verdad. Porque no es más el que posee grandes cantidades, grandes riquezas, una casa lujosa, un auto y ropas engalanadas.
Contempla en verdad que debes de llenarte de Humildad y tener solo lo necesario porque nada llevarás cuando seas el llamado escuchando, cuando aquella campana sonora sea repiqueteando para que seas en el transitar hacia la Luz y hacia la Gracia. Como llegaste al Haz Terrenal, transitarás mis hijos benditos y bienamados.
¡Llénate de felicidad, llénate de alegría, eso es la más grande riqueza que puedes poseer! Sonríe mis hijos benditos, porque la sonrisa es el más grande tesoro. No vivas infeliz, no seas entristeciéndote por lo que vas perdiendo materialmente. Contempla en verdad que has querido hacer aquel balance de lo que has ganado y de lo que has perdido, más lo dice tu Jesús: No hay equidad, no hay igualdad porque el equilibrio lo posees tú mismo, mis hijos benditos y bienamados. Despójate del dolor, despójate de la tristeza, despójate de la agonía, llénate del Amor, llénate de mi Luz y llénate de mi Alegría, mis hijos benditos y bienamados. No seas más en odios y rencores y buscando culpables, mis hijos benditos, porque nadie es obligado a nada, mis pequeños amados. Tienes el libre albedrío, y tú y solamente tú decides cada uno de vuestros pasos. Mas analiza, analiza mi plegaria y no eches en saquillo roto, mis pequeños benditos y bienamados.
Un ruiseñor quiero en la Casa de Luz y de Gracia, porque mirad y contemplad que si el portavoz es sellando de sus labios al elevar esas alabanzas, todos sois en el silencio total; aún teniendo aquel librillo, poseen aquel libro y si el portavoz no abre de sus labios, ninguno de vosotros lo puede hacer. Yo te nombro a ti, varón [hacia el hermano Ángel] como ruiseñor de la Casa de Oración, hasta que sea llegando alguien más que poseea esa voz. En Preparación has de ser bendito varón: en qué momento has de abrir vuestra gargantilla, para elevar esos coros a los ángeles, arcángeles, serafines y querubines… en Preparación has de ser para que entendimiento lleves en qué momento ha de abrirse vuestra gargantilla. Varón bendito: limpio y desmancho vuestra garganta y en alegría y regocijo quiero escuchar tu voz… No temas, bendito varón, que así mismo Fuerza y Fortaleza entrego a todos y cada uno de vosotros y el perdón sois depositando en vuestros corazones y en vuestras envolturas, mis hijos benditos y bienamados.
Si no sintieses el dolor no te encontrarías aquí presente, si no sintieses la desolación no pudiera contemplar tu envoltura en el banquillo; mas benditos sois en verdad, mis hijos amados. Les entregaré de mi Fuerza y de mi Fortaleza y de mi Gracia Divina.
Oh Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?
Bendito y alabado seas, ¡oh varón bendito! Sabiduría y Entendimiento he de postrar para ti, para tu cerebro y cerebelo, Fuerza y Fortaleza para tu envoltura amada, Paz y Tranquilidad para tu corazón. Sé en el ejemplo para tu Hermana Humanidad, contempla que seréis el ejemplo en que han de reflejarse, no seas más en el error –varón bendito– y toma el Agua de Vida que Yo llevo a vuestros labios; toma y lleva bendito varón, que nada hará falta en vuestro hogar, saliendo adelante seréis con tus problemas, congojas, tristezas y dolor. Levanta vuestra calza, varón bendito y sigue a tu Maestro. Bendito y alabado seas.
¡Oh Pueblo amado de Israel!, que contemplando sois de grande manera vuestras congojas y vuestras tristezas, mas en verdad os digo que en blasfemia no debes de ser corazones de buena voluntad, en sumisión y en obediencia, mis hijos benditos, para que seas llenándote de mi Luz y para que seas uno más entre los elegidos que han de cubrirse con la Luz y mirad y contemplad que prevaleceréis bajo las ramas de aquel Roble para cubrirte de la intemperie de los tiempos porque grande sois aquellas cosas que han de contemplar vuestras pupilas, y en desolación no quiero contemplarles mis hijos benditos y bienamados. Aquel que prevalezca bajo las ramas de este Roble no padecerá; mas ay de aquellos que saliéndose seais de donde sois la sombra de este Roble, porque seréis los primeros en caer por vuestra desobediencia, por la falta de Fe, mis hijos benditos y bienamados. ¡Tómate del tronco de este Roble, abrázalo con fuerza y nada os pasará, aún y cuando las intemperies sean con gran furia! Contempla cómo vendrán todos y cada uno de los elementos al Haz Terrenal, desatados, con cual furia que se estremecerá tu corazón, tu envoltura y tu espíritu, mis hijos benditos y bienamados. Mas en sumisión y en obediencia has de ser.
Contempla que han empezado y lustros atrás era anunciado la furia del Astro Rey y caso omiso hiciste. Se te anunció que con gran furia se te levantarían los mares, que con gran furia vendrían a soplar los vientos, que se levantarían las llamas en el Haz Terrenal, que sería el movimiento de las Tierras abriéndose de grandes grietas y aún no lo has creído, aún caso omiso has sido a todo cuanto escrito está. ¿Qué esperas para ponerte a la alerta?, ¿a que sea pasándote a ti mismo? Pronto llegará en un abrir y cerrar de ojos y estará en lamentación, porque caso omiso hiciste al llamado divino. Mas benditos sean, aquellos que en Preparación sois y elevan la plegaria pidiendo el perdón por toda tu Hermana Humanidad, porque todos y cada uno de vosotros, sois elevando la plegaria y pidiendo para sí mismos, sin contemplar en verdad que hay otros más desdichados, porque por lo menos tú puedes presumir que tienes el pan para llevarte a vuestros labios, que tienes el techumbre donde cubrirte de la intemperie de los tiempos, que tienes el ropaje para cubrir tu envoltura; mas qué hay de aquellos que transitan en las callejuelas y que nadie es así, ofreciendo un mendrugo de pan. Pide y ora por ellos, ya que no es tu voluntad despojarte de lo que posees para entregarles un abrigo, un vaso de agua, y un mendrugo de pan. Mas benditos y alabados sean, oh Humanidad entera, oh Congregación amada.
Qué puedo esperar de vosotros, mis hijos benditos y bienamados, si todo así conforme lo has pedido te ha sido entregado a manos llenas, eres tú quien lo rechaza y quien no quiere verlo corazones de buena voluntad. Todo tiene un por qué, pero no has sabido escucharme, haces preguntas pero no escuchas respuestas, he estado allí cuando me has llamado, pero no me ves porque cierras tus pupilas, no me escuchas porque eres cubriendo tus auriculares. Analiza, analiza cada una de las parábolas que traigo para vosotros y no dormites más, Pueblo amado de Israel: a la alerta, a la alerta, mis hijos benditos y bienamados.
Oh Pedro amado, hacedme presentes vuestras aguas. Bendito y alabado seas. Aguas cristalinas, que traídas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser y convertidas en Bálsamo de Sanidad –una gota de mi Preciosa Sangre–, aquel que bebiera de ellas, sano y salvo ha de ser, porque esta es mi Voluntad. Hacedme presente vuestro botón. Bendito seas.
Han de ser entregadas este rocío, primeramente a tu Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío derramado a vuestras aguas que seréis convertidas en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío a tus antorchas, a tus monedillas, a tus amuletos, a todo cuanto me haces presente. Sea este rocío a las lejanas y cercanas comarcas que se encuentran en la desolación, sea este rocío derramado a las altas y bajas montañas, a los mares, lagos y ríos; sea este rocío derramado a los campos y a los campesinos, que entregando el sustento serais a vuestra Hermana Humanidad. Sea este rocío a las cárceles y presidios, donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a los ancianos y a las inocencias que se encuentran en las callejuelas. Sea este rocío derramado, a todo camino y caminante. Sea este rocío derramado a mis pedestales que en preparación pueden encontrarse. Sea este rocío derramado a todos y cada uno de mis hijos presentes y ausentes. Sea este rocío derramado, a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos.
Cumplida ha sido mi Voluntad. Levanta vuestra sandalia, Pedro amado.
Benditos y alabados sean, todos y cada uno de mis pequeños. No temas por lo que tus pupilas puedan contemplar, sino al contrario –mis hijos benditos– eso ayudará a que abras vuestro corazón y me permitas la entrada a él, para que sea una comunicación entre Padre e hijos, porque mirad y contemplad, que he contemplado tu desolación pero no me permites la entrada para apaciguar esa tempestad que se encuentra dentro de ti. Respira profundo, mis hijos benditos, y da entrada a la Paz y a la Tranquilidad. Permíteme estar a tu lado, mis hijos amados, aparta el sufrimiento y el dolor, aparta preocupaciones… que preocuparte –mis hijos amados– no va a solucionar nada. ¡Abre vuestras pupilas espirituales y materiales, abre tu corazón de par en par y abre tus palmos para recibir de tus grandezas y maravillas, mis hijos benditos y bienamados!
No molesto es que me encontraba al inicio, pero sano y buen consejo necesitabas, mis hijos amados. Tu Jesús no viene a reprimirte, sino a entregarte Amor y sano y buen consejo. Mas no dormites, mis hijos amados, siempre a la alerta y siempre en preparación mis hijos amados.
Grandes sois las cosas que poseo para entregaros, pero si vosotros no las reciben mis hijos benditos, echadas en saquillo roto han de ser. Mas Yo os pregunto: ¿habéis quedado conformes?… No teman, mis hijos amados, que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos Llenas: Tomen y lleven mis hijos benditos, el Pan sin Levadura, el Jergón, la Miel, la Uva, tomen y lleven mis hijos benditos, que nada hará falta en vuestro hogar porque Yo entrego a Manos Llenas. Tomen y lleven las monedillas que multiplicadas han de ser en lo material para vuestro sustento bendito, tomad y llevad las llavecitas del trabajo, que abriéndose la portezuela de par en par mis hijos benditos y bienamados.
Tomad y llevad de mi Bendición:
En el Nombre que Sois el Padre + En el Nombre que Sois el Hijo + En el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo.
Tomen y lleven, que mi Paz sea con vosotros.
(canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos..”)