Cátedra Enero 2018

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Padre Eterno, Yahveh / Jehovah Señor de los Ejércitos

Canalizado por: Hermana Concepción

El Ojo de mi Divinidad es entre vosotros, el Ojo de mi Divinidad es entre vosotros, el Ojo de mi Divinidad es entre vosotros, y he aquí la Luz que prevalece entre todos vosotros, aún sin merecerla Humanidad entera.

¿Qué puedo esperar de vosotros?, si vosotros no sois dignos de recibir mi Presencia, porque cuando Yo os pedido la tuya, no la vengo contemplando; vengo contemplando la ausencia, porque se encuentra solamente la envoltura, mas no contemplo vuestro espíritu.

En verdad, Humanidad entera, qué puedo esperar de vosotros. Mas allá vosotros que siguen enfangándose, mirad y contemplad vuestra envoltura cómo se encuentra manchada y llena de podredumbre. Mas lleno de mi Luz vuestros corazones, y allá ustedes, oh Humanidad entera.

[Canto: Padre Nuestro que estás en los Cielos, circundado de Gloria Inmortal…]

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección así a la de Jacob y de allí a vuestro propio Entendimiento Humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera vez, por segunda y por tercera, y los que sois ya aposentados en este Bendito Redil Sacrosanto.

Pasen a tomar de vuestros banquillos Humanidad entera, Congregación amada y escuchad con atención mi Consoladora Parábola.

Benditos y alabados sean los unos y los otros, lo crea el Hombre o no lo crea, tu Jesús Amado en Espíritu y en Verdad, presente se encuentra entre vosotros, pupilas pecadoras que vienen a levantar la Gracia Divina, que vienen a recibir la Fuerza y la Fortaleza, y la Luz que ha de contemplar vuestra pupila espiritual, oh Humanidad entera, oh Congregación amada.

En alba primicia del mes de enero, del año del hombre 2018, en la cual presente ante Mí, tu Maestro, tu Jesús, tu Dios Omnipotente y Todopoderoso. ¿Qué puedes esperar de Mí, mis hijos benditos y bienamados? Mirad y contemplad cómo contemplo aquellos banquillos vacíos, porque así mismo contemplo la plegaria de vuestra hermana Humanidad que no tienen tiempo de acudir, así sea un alba  o sea la otra en que mi Aposento sea ante vosotros, siempre tenéis algo más importante que venir a dialogar con tu Jesús Amado.

Vengo abriendo los corazones de los unos y de los otros, vengo contemplado el palpitar de aquellos que se abren de par en par para comunicarse conmigo, mas contemplo también a aquellos que cerrándose sois porque no saben de escuchar de grande manera el murmullo de mi Voz, porque son en la duda y en la desolación, porque no sois capaces de entender cómo es que mi esencia viene a aposentarse de grande manera en carne pecadora. Pues así mismo lo dice vuestro Padre: No pongas a prueba, porque en prueba te verás, mis hijos benditos y bienamados.

No es así merecedor el uno y el otro de recibir a tu Jesús Amado, pero heme aquí ante vosotros. Privilegiados sois vosotros mismos, de tenerme ante vosotros. ¡Ábreme vuestro corazón, y Yo he de escucharte!, no cierres vuestro corazón, porque es como si no estuvieses aquí ante Mí, porque no has de ser tocado con mi Mano Poderosa, porque no ha de caer sobre de ti esta lluvia de Luz, esta lluvia de Agua Viva que ha de venir a renovarte con el nuevo lustro que se abre de par en par.

Mira y contempla con tus ojos materiales que he de entregar para vosotros, mas contempla también con los espirituales, lo que he de dejar en la Casa de Oración para vosotros, porque lo dice vuestro Padre: Aquel que tomare de mi Escala Bendita, llevándose ha de ser Sabiduría, Entendimiento, saciando ha de ser vuestra sed y vuestra hambre, llevando a vuestra envoltura el cobijo, y llevando a vuestros labios para que no falte nada en vuestro hogar. Mas así mismo, el que no sepa contemplar, porque así es en la incredulidad, mis hijos benditos, ha de llevar vuestros bolsillos vacíos, porque así mismo, contempla vuestros palmos y vanos son, porque no han sabido recoger lo que te he entregado, oh Humanidad amada.

¿Qué te hace venir ante Mí: el dolor, la tristeza, vuestros problemas?, mas a otros más la duda de ver si en verdad es vuestro Jesús el que se encuentra ante vosotros. Y heme aquí, mis hijos benditos y bienamados, mas tardas en parpadear en que tu Jesús bendito sabe lo que hay en vuestro pensamiento y lo que has de decir, mis pequeños benditos y bienamados. No dudéis, porque prueba he de darte, mis hijos benditos, no esperéis que seas levantado del banquillo y aún sin poder y sin querer abrir vuestros labios, seas elevando aquel grito de dolor porque puedo hacer vibrar el Haz Terrenal en estos instantes, mis hijos benditos y bienamados, mas no es esa mi Voluntad.

Mi Voluntad mis hijos benditos y bienamados, es que vosotros sea vean como uno solo, que s traten como quieren ser tratados, mis pequeños benditos. SI tu quieres que la Humanidad te trate con Respeto y con Amor, eso mismo has de brindar a tu Hermana Humanidad. No esperes que los demás sean cambiando, sino eres tú mismo quien inicia el cambio, mis hijos benditos y bienamados.

No abras vuestros labios para blasfemar, par decir esa palabra pecaminosa, el mal palabrerío que alberga vuestra gargantilla, mis hijos benditos y no sea ese mal palabrerío el que muestres a las inocencias. Mirad y contemplad que puras te las vengo entregando, limpias y blanquecinas, eres tú quien las viene corrompiendo mis hijos benditos y bien-amados. Las inocencias no saben de mentiras, no saben de falsedad, no saben de oscuridades, mas vosotros mismos sois, quienes vienen entregándola. Mira el camino que Yo te entrego, llenos de faros para que sean iluminados, mas tú mismo eres fundiendo esos faros y te encuentras en la penumbra. Mira que Yo te envié al Haz Terrenal sin dolor alguno, mas vosotros mismos sois provocando tu dolor. Mira y contempla que Yo te entregué a manos llenas, mas vosotros mismos has sido derrochando lo que has ido recibiendo.

Mira y contempla, mis hijos benditos, que Yo te entregué ropa blanca y blanquecina y tú las sido manchando. Mira y contempla, que Yo te entregué un espíritu limpio y puro y tú has sido ensuciándolo. Mira y contempla vuestra envoltura, ella es tuya, te pertenece, porque Yo te la entregué; puedes hacer con ella a tu libre albedrío porque te pertenece, mas no así mismo vuestro espíritu, vuestra alma, mis hijos amados, porque esa es prestada y cuenta claras y precisas me has de entregar. Cómo he de contemplar vuestros palmos cuando cuentas te he de pedir, si todo cuanto te he entregado lo ha derrochado; si todo cuanto he depositado en vuestros bolsillos, lo has tirado.

Así mismo lo dice vuestro Padre, mis hijos benditos y bienamados, contempla el espejo que se postra delante de ti y pregúntate a ti mismo: ¿qué has hecho, qué estás haciendo y qué harás? Lo que hiciste no regresará mis hijos benditos; lo que harás sólo Yo lo sé; preocúpate por lo que estás haciendo, mis hijos benditos y bienamados. ¡Redímete en verdad, os lo dice vuestro Padre! Levanta vuestra calza y no peques más, porque en esta alba irás por el sendero, limpiado y desmanchado de toso aquello que venía pesando a vuestras espaldas. Limpiada y desmanchada será vuestra Choza, encontrarás Paz y Tranquilidad cuando seas postrándote en ella. Mas deja todo aquí, porque Yo he de llevarme, porque solamente dejaré en ti Paz y Tranquilidad, mis hijos benditos y bienamados.

Mas bendito es aquel que viene por dolor para que sea apartado, porque en verdad os lo dice vuestro Padre, ese dolor será apartado en estos instantes. Bendito es que que me pide por vuestros problemas, en verdad os lo dice vuestro Padre: ¿Por qué preocuparte por aquellos problemas?, si estés o no preocupado, allí prevalecerán, pero si tú me los haces presentes con el corazón abierto, esos problemas  resueltos quedarán. No es menester que abras vuestros labios y agarres ese librillo y lo reces de principio a fin, solamente con que abras vuestro corazón y eleves una plegaria a tu Jesús Amado, todo aquello querrá desvanecido.

Mas así mismo, os lo dice vuestro Padre, en alba bendita llena de Gracia, aquel que viene, mis hijos benditos, por las llavecitas del trabajo, en verdad os digo que en su momento Yo te las entregaré, mas no desesperes, porque así mismo te puedo contemplar cómo eres que vas en la desesperación y en la ansiedad, y solamente eres tropezando contigo mismo. Lleva la Paz y la Tranquilidad, en vuestro corazón y en vuestra envoltura, para que así mismo las portezuelas sean abiertas de par en par.

No temas, mis hijos benditos, todo aquel que cree en mí no será sufriendo dolor alguno; mirarán y contemplarán grandes catástrofes en el Haz Terrenal, mas no teméis, corazones de buena voluntad, porque cubiertos han de ser, con mi Manto Divino y protegidos han de ser. Mas toma de la mano a tu prójimo y guíale hacia ti, mas así mismo, no serás tú solo quien esté bajo mi Manto, sino estará también aquel que tú tomes de tu mano. ¡Abre vuestros labios, corazón! para entregar el sano y el buen consejo, no para juzgar a tu hermano, no para criticarle, mis hijos benditos y bienamados. Que sea escuchada vuestra voz para entregarle palabras de Amor, toca de su hombro, para que seas entregándole el consuelo. mis hijos benditos; no eches en saquillo roto todo cuanto te entrego, mis hijos amados.

Oh Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?

Bendito y alabado seas, oh Pedro amado. Entregándote he de ser, en estos instantes El Libro de la Sabiduría, con el cual has de ser guiando a tu hermana Humanidad. Deja en mi Casa, Pedro bendito lo que es bien, y desecha lo que no sirve. Sabias sois estas palabras, y tú has de descifrarlas, Pedro bendito. Mas te entrego el Libro de la Sabiduría, y guiarás con rectitud y con buen ejemplo. Toma y lleva, Pedro bendito. Y dejad que las inocencias se acerquen a Mí.

Bendito y alabado seas, porque recibiendo sois a los más pequeños, por ellos mismos han de recibir vosotros, oh Humanidad entera. Inocencias benditas, que limpias y puras pueden ser ante mi pupila amada: No abran esas gargantillas para blasfemar el mal palabrerío, no sean un reflejo de vuestros progenitores, sino al contrario, sean mejores que ellos. No seais, en el egoísmo no en la vanidad, sino has de ser en la Rectitud y en el Amor: Virtudes Yo les entrego, Virtudes Yo les deposito y a manos llenas llevarán para vuestros hogares, nada faltará en vuestro hogar mis pequeños benditos, porque ustedes sois la Luz, por ustedes habré de reflejarme en vuestros hogares, mas no abran aquellos labios para pecar. sino siempre para decir verdades, mis pequeños benditos. Sean recibiendo estos ricos manjares que han de llevar a vuestro hogar. Que mi Luz los cubra y los proteja en alba bendita y llena de Gracia y por ustedes recibiréis vuestros progenitores. Tomad y llevad, mis hijos benditos. Prevalezca aquí el más pequeño, que es de la sangre de esta carne; que aun y cuando vuestros progenitores no saben lo que han de recibir, los de su sangre si sabéis lo que he de entregar.

Recibiéndole sois de grande manera, varón amado. Oh pequeña bendita y bien-amada, que fruto he entregado a tu vientre y dolor ha sentido; mas no grande es ese dolor con lo que te espera, lágrimas derramarás conforme el tiempo vaya pasando , pero gratificarás esas lágrimas, viendo crecer a esta inocencia que Yo te he entregado; limpia y pura la entrego en vuestros brazos y ambos responsables sois de que prevalezca limpia y pura hasta el fin de sus días. Cuando el adolescente y adulto llegue a ser, llevará la misma pureza porque así le guiarán vosotros mismos. No enseñéis el mal palabrerío, sino al contrario, enséñale a ser una buena persona que lleve dulzura y amor en su corazón, que sea respetado porque así mismo ha de respetar.

Mas en verdad os Yo te digo, varón bendito, mujer amada,  ¿crees en Mí?… No temas varón, que aún cuando dudosas puedan ser vuestras palabras, contemplo el fondo de vuestro corazón; duro quiere hacerte ante la vida, mas noble es tu corazón. es una barrera que postras para no doblegarte ante los demás, pero Yo contemplo la nobleza de tu corazón, aunque rudo puedas verte, varón bendito, llevas la nobleza y el amor. Pequeña amada, protegida serás por el varón y nada faltará en vuestro hogar, porque he de entregar a manos llenas, mas así mismo, aunque no sea pedido, Yo le he de entregar nombre bendito para esta inocencia amada: Uriel, Uriel será reconocido ante Mí, porque esa es mi voluntad amada. Toco vuestra envolturita, vuestro frontal será acogido entre mi regazo bendito, toma y lleva corazón amado, y nada faltará en vuestro hogar, porque esa no es mi Voluntad. En unión seréis, varón y doncella, y cuentas claras y precisas me has de entregar de esta inocencia y de los que han de llegar. No teman jamás de mi Luz, no teman jamás de abrir vuestro corazón y pedirme de grande manera, porque allí estaré, por medio de esta inocencia escucharán mi Voz, corazones de buena voluntad. Tomad y llevad, levantad vuestras sandalias y seguir a vuestro Maestro. Bendito sois.

Recibiendo han sido a manos llenas, por medio de estas inocencias, mas no temiendo han de ser, corazones de buena voluntad.

Mujeres benditas, Yo les limpio y les desmancho, Yo les quito el dolor, les quito la tristeza y amadas seréis por vuestra pareja, mis pequeñas benditas y bienamadas; postro para vosotros en sus palmos a manos llenas, porque sois vosotros quienes hacen rendir el fruto. Tomad y llevad, benditas mujeres, nada faltará en vuestro hogar, porque esa es mi Voluntad amada. Tomen y lleven mis pequeñas amadas, limpiadas y desmanchadas han de ser.

No olvidándome sois de los varones, porque el sustento han de llevar a vuestros hogares. Arduo es en la labor que realizan mis varones benditos, mas recompensa han de recibir de grande manera, porque esa es mi Voluntad. Más guíense por el sendero de Luz y de Gracia, y no lleven la penumbra a sus hogares. Sean respetando a sus compañeras, y sean guiándose el uno con el otro; sois pareja porque así lo habéis decidido vosotros mismos, porque nadie fue obligado a estar con esa pareja, pues sean uno solo, mis hijos benditos y bienamados. ¡Ámense, respétense, que el respeto es lo mejor que puede haber en un hogar!, para que así mismo puedan entregar a sus pequeños, esas semillas que fueron entregadas con Amor y con Dulzura, mis pequeños benditos. Sean guiándoles por el sendero de Luz y de Gracia, y por el buen ejemplo, mis pequeños amados.

Acercadme vuestras aguas.

Aguas Benditas, Aguas Cristalinas, que traídas sois del Río Jordán, las limpio y las desmancho, y las convierto en Bálsamo de Sanidad; aquel que tomare de ellas Sano y Salvo ha de ser. De estas aguas ha de tomar aquella pequeña que ha sido entregando el fruto, por Caridad, para que sea sanada vuestra herida más prontamente, que mi Luz sea cayendo en estas Aguas y sea así mismo en cad uno de vuestros frontales.

Vuestro ramaje, por Caridad.

Entregando he de ser primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea recibiendo de grande manera vuestras antorchas que serán encendidas en albas primicias para la Luz de vuestros hogares y la Tranquilidad de ellos.Sea este rocío a vuestras semillas, que serán en representación de que nada faltará en vuestro hogar. Sea este rocío a vuestras aguas, que convertidas en bálsamo de sanidad han de ser. Sea este rocío a vuestros aceites, monedillas, y todo aquello que me haces presente, sea este rocío derramado en las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío en todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea este rocío a las cárceles y presidios, donde se encuentran recluidos mis hijos sin culpa y con ella. Sea este rocío a los campos y campesinos que han de dar el sustento a la humanidad entera. Sea este rocío derramado de grande manera, a las calles y callejuelas, en los ríos mares y riachuelos. Sea este rocío a las altas y bajas montañas. Sea este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. Sea este rocío a todos y cada uno de mis hijos benditos y bienamados, que conforman esta Congregación Bendita.

Hecho ha sido, Pedro amado.

Benditos y alabados sean todos y cada uno de mis hijos, porque así mismo habéis recibido de grande manera en alba bendita y llena de Gracia, qué más pueden pedir, si todo cuanto han pedido se les ha concedido. Mis hijos benditos y bienamados, me has pedido la monedilla y te la he entregado; me has pedido Paz y Tranquilidad para vuestros hogares y lo he llevado, me habéis pedido sanidad para vuestra envoltura y para vuestro espíritu y lo he entregado mis hijos benditos y bienamados.

Mas Yo os pregunto, ¿habéis quedado conformes?… Benditos y alabados sean, que por vuestra conformidad, Yo les entrego a Manos Llenas: Tomad y llevad mis hijos benditos del Pan sin Levadura, del Jergón, de la Miel, tomen y lleven de la Uva, tomad y llevad, mis hijos benditos del Agua de Vida que os entrego. Tomen y lleven de estas Monedillas que multiplicadas seréis en lo material. Tomen y lleven las Llavecitas del Trabajo, mis hijos amados; nada faltará en vuestros hogares, porque esa no e mi Voluntad. Limpiados y desmanchados han de ser, desde su crisma y hasta su calza, mis hijos benditos; limpiados sus caminos y sus senderos, limpiada vuestra calza, mis hijos amados.

He postrado el ropaje engalanado, y apartado he sido aquel ropaje hecho jirones. No teman jamás, porque mientras vosotros se encuentren reunidos y congregados, mi Luz prevalecerá entre vosotros. Mas no les digo el adiós, porque pronto he de encontrarme, ante vosotros mismos. Sea mi Luz, con vosotros, sea mi Paz, mi Fuerza y mi Fortaleza.

Recibiendo sean de mi Bendición: En el Nombre que Sois el Padre, en el Nombre que Sois el Hijo, y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Tomen y lleven mis hijos amados.

Mi Paz, sea con vosotros.

[Canto: “Adios oh Padre, todos nos vamos…”]