Cátedra 1 Febrero 2019

Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo, el Divino Maestro

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección y así a la de Jacob, y de allí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y lo que aposentados sois en este Bendito Redil Sacrosanto. Pasar a tomar de vuestro banquillo Humanidad entera; sean tomando vuestro banquillo Congregación amada, y escuchar con atención mi Consoladora Parábola.

Benditos y alabados, mis hijos amados, que presentes sois en esta bendita Casa de Oración, en esta bendita alba primicia del mes de febrero, del año del Hombre 2019, en la cual mi Aposento es en Espíritu y en Verdad, crea el Hombre o no lo crea… ¡heme aquí, mis hijos benditos y bienamados, en Espíritu y en Verdad ante vosotros!, Pueblo amado de Israel, Congregación Bendita, en que reunidos sois para así alimentar vuestro espíritu y vuestra alma del Agua de Vida –mis hijos benditos y bienamados–. Mas contemplar así, y echar atrás mis benditos hijos todo aquel error que has cometido en lustros pasados, dejádlo en el olvido y dejadlo atrás, mis pequeños amados. Mas así mismo, dar paso adelante mis hijos benditos, porque en esta bendita alba limpiados y desmanchados sois por mi Mano Bendita y Bienamada.

Regocijándose es mi Pupila al contemplar a la Congregación Amada. Mas regocíjase vuestro corazón por recibir la Luz del Eterno, mis hijos benditos y bienamados.

¿Por qué sufrir, por qué llorar, mis amados hijos? Mirad y contemplad que todos y cada uno de los seres vivientes del Haz Terrenal tienen sus propias cualidades, mis hijos benditos; mas la de vosotros es el de pensar y razonar, mis hijos amados. Actúa entonces, mis hijos amados, no esperes y aguardes, mis pequeños hijos.

Mirad y contemplad a vuestro alrededor cómo se encuentra vuestra Hermana Humanidad en la desolación: cómo se encuentra tu Hermana Humanidad en la avaricia, en el egoísmo, en la vanidad; cómo se encuentra tu Hermana Humanidad arrancando la vida de los unos y de los otros; cómo se encuentra tu Hermana Humanidad privando de la libertad de las doncellas y mancebas; cómo se encuentra tu Hermana Humanidad, mis hijos benditos, en la lucha por el materialismo. Cóntempla en verdad, ¿eso es lo que quieres para ti, para los tuyos, para tus nuevas generaciones mis hijos benditos? Contempla en verdad, qué has hecho de vosotros mismos, mis hijos benditos y bienamdos.

Contempla vuestros palmos, ¿qué posees en ellos? Contempla vuestras calzas, ¿hacia dónde se dirigen? Contempla vuestros pensamientos, ¿hacia donde los elevas? Contempla vuestro espíritu, ¿de qué lo alimentas?, mis hijos benditos y bienamados.

Tienes 353 albas para tu libre albedrío, y las restantes te las pido para Mí, para que estés presente solo un momento frente a tu Jesús Amado. Más así mismo, no te pido tanto, ni te exijo mis hijos benditos y bianamados. Mas vosotros a Mí sí sois en las exigencias porque gritos me pides, a gritos me imploras, a gritos me llamas: que dónde me encuentro cuando me necesitas, y Yo que solamente es un alba, un instante, un momento, cuando volteaba a buscarte no te encuentro… mis hijos benditos. Y tú, con grandes lamentos, ¿pides que descienda y me postre ante tí? Me pides que aparte tu dolor, que aparte tu sufrimiento, que aparte tus tristezas; me pides que acabe con lo que tú mismo has cosechado… me pides que arranque de raíz toda la mala hierba cuando vosotros mismos sois los que habéis sembrado. No temas, oh Humanidad Entera.

Mas lo dice vuestro Padre: deja atrás todo eso, limpia tu calza en estos instantes, limpia tu envoltura, en estos momentos, y Yo limpiaré vuestro espíritu para que seas saliendo adelante, para que sigas avante lleno de mi Fuerza, lleno de mi Fortaleza, lleno de mi Luz, lleno de mi Sabiduría, mis hijos benditos y bienamados.

Contempla en verdad, que una pequeña prueba has recibido en esta alba, un pequeño movimiento al Haz Terrenal, y he contemplado el rechinar de dientes, he contemplado el mesar de los cabellos, he contemplado aquellas gargantillas abriéndose de grande manera, cuando el alba de ayer ni siquiera me recordaban… y hoy todos me llamaban. Mas en verdad os digo, caso omiso he de hacer a aquel que levanta su voz para hacerme el llamado; acudiendo he de ser presuroso a aquel que abre su corazón y me llama con Amor. Mas no me grites, porque no estaré escuchando.

¿Necesitas de Mí?, ¡ábreme las portezuelas! Sabes dónde encontrarme, sabes dónde me encuentro, sabes dónde estoy. No tienes mas que abrir vuestro corazón y hacerme el llamado y hacerme tu pedimento, corazones de buena voluntad. No grites porque no serás escuchado, no gimas y no llores, mis hijos benditos, porque en esos momentos no te seré escuchando, porque cuando Yo pedí que acudieras a Mi Llamado, no lo hiciste… No te lamentes entonces, de lo que alrededor puede encontrarse, si no soy Yo quien te lo ha enviado.

Contempla mis Palmos, mis hijos benditos, formé todo a tu alrededor de lo que puedes contemplar, todo lo que es palpable y formé todos y cada uno de los elementos para que te sirvieren en su momento. Mas tú mismo, has sido destruyendo y cambiando cada uno de los elementos, porque contemplo el renegar en cada uno de vosotros. Mas así mismo, heme aquí ante vosotros, con Humildad me postro ante vosotros, para entregarte el Perdón, para limpiar vuestra sandalia, para limpiar viestra vestimenta, para limpiar vuestra envoltura y alimentar vuestro espítitu. ¿Qué más puedes pedir, si no te ha faltado el pan para llevarte a la boca, y no te ha faltado el pan para entregarlo a los tuyos? ¿Qué puedes reprocharle a tu Jesús amado, mis hijos benditos y bienamados? Mas benditos y alabados sean.

Contempla las estatuillas, que cuando inocencia fui, siempre prediqué con la Verdad, siempre prediqué con el Amor, porque eso me enseñaron y sigo haciéndolo con gran Amor, ¿por qué no hacer lo mismo vosotros con vuestras inocencias? ¿Quienes de vosotros ha inculcado el Amor, quienes de vosotros han enseñado a orar a sus pequeños, quien de vosotros ha alimentado la Fe, el Amor, hacia vuestro prójimo –ya no hacia tu Jesús, sino a vuestro prójimo–?

Contemplo en verdad, cómo va la inocencia destruyéndose los unos a los otros desde esa corta edad son en el mal palabrerío, son en el mal transitar, son en la blasfemia, en la mentira, en la vanidad, y en el egoísmo ¿qué puedo esperar de ellos cuando lleguen a la adultez, mis hijos benditos? Si aún que se encuentran las generaciones, que llevaban la Sabidruía, se está acabando todo cuanto entregué, pues qué puedo esperar si esas generaciones están acabándose. Y las nuevas generaciones que vienen, no saben mas que destruir lo que a su paso pueden encontrar… benditos y alabados sean.

Oh Pedro amado, ¿qué puedo esperar de ti?

Bendito y alabado seas, oh Pedro amado. Mas en verdad os digo que cuentas claras y precias me has de entregar del ovejal que te ha sido confiado, Pedro bendito, porque en sumisión y en obediencia han de ser ante mi Mandato Divino –no ante el tuyo, sino ante el Mío–; cada uno de ellos saben lo que han de hacer, pero en caso omiso sois, mas no temas que Sabiduría y Entendimiento Yo te entrego, para  que sepas sacar a flote la labor que te ha sido confiada. Toma y lleva, Pedro bendito, que la Luz sea contigo. Levanta vuestra calza, varón amado.

¡Oh Pueblo bendito de Israel! ¿Qué puedo esperar de vos?

{Las personas expresan una a una sus agradecimientos y peticiones}

{1a persona}

Bendita y alabada seas, corazón, que no temas por las ataduras que han sido puestas que en lamentación han de ser aquellos que las han puesto. Vinieran de quien viniera, más valiere no levantar su palmo a ninguno de mis hijos, porque en lamentación han de encontrarse. Mas bendita eres en verdad, mujer amada del Solio de mi Madre. Tomad y llevad de la Dulzura, de la Fuerza y de la Fortaleza… Bendita sois.

{2a persona}

Recibiéndote sois, mujer amada… Bendita y alabada seas corazón amada. En verdad os digo, corazón, que errores has cometido, mas de esos mismos errores serás aprendiendo corazón bendito. Mas Yo agradezco corazón, y en verdad, contemplo el esfuerzo que haces por transitar desde la lejanía hasta esta Casa de Oración, y eso corazón bendito, es un punto a tu favor. Mas no temas corazón, que toda aquella oscuridad que acarreas, corazón bendita, que vas arrastrando aún y apartándose ha de ser poco a poco, porque esa es mi Voluntad –corazón bendito–. Hay que seguir adelante, corazón, sin mirar atrás, sin cometer los mismos errores, sino aprendieno de ellos –corazón bendito– para que puedas salir adelante. Contemplo en verdad que transitabas en la oscuridad, pero ahora te encuentras ante la Luz, corazón, aliméntate de ella en verdad, que Yo te daré a ti Sabiduría y Entendimiento, Fuerza y Fortaleza para que seas saliendo adelante, y sacando a los tuyos has de ser, corazón, porque tocaré su corazón para ablandarlo en verdad y que sean en sumisión y en obediencia corazón bendito. Toma y lleva, la Luz de tu Maestro… Benditos sois.

{3a persona}

Recibiéndote sois corazón bendito… Bendito y alabado seas, corazón. En verdad os digo corazón, que envuelta estás en la penumbra, mas más valiere a aquellos no haberte tocado –corazón bendito–, porque eres una gota más de Luz en esta Choza de Oración. Mas así mismo, corazón bendito, debes de abirir vuestro corazón, y así mismo, vuestro cerebro y cerebelo debe de abrirse a la Luz y a la Gracia, al Entendimiento y a la Sabiduría, repeler corazón bendito con toda esa oscuridad que es atacando a vuestra envoltura, porque en verdad la contemplo corazón, si no te alejas de esa oscuridad, te será envolviendo en la totalidad –corazón bendito–, hasta que no puedas contemplar la Luz y la portezuela para salir avante corazón bendito. Contempla en verdad a tus inocencias, llévalas y guíalas por el buen camino, corazón bendito. Mas así mismo, prueba grande he de enviar para ti, corazón amado y así acabará esa penumbra. Mas no quiero verte titubenate, corazón, sino firme en vuestras decisiones. Aprende de vuestros errores, y no los cometas más, corazón bendito, porque una más eres de mis elegidas. Toma y lleva, corazón amado, que llegado será el momento en que tomando seas el banquillo para el cumplimiento amado. Tomad y llevad, y guiar con el ejemplo a vuestros vástagos.

Benditos y alabados sean, todos y cada uno de mis hijos. Floreciéndo seréis en el Jardín Ameno, corazones de buena voluntad. Mas así mismo, la oscuridad se encuentra avante en la Casa de Oración, mas no temas de ella corazones amados, no temas en verdad, os lo dice vuestro Padre. Y no culpes tampoco a Luz Bella, porque vosotros sois quienes deciden el libre albedrío, corazones amados; él solamente os aconseja, mas vosotros toman la decisión, corazones de buena voluntad. Benditos y alabados sean.

{Bendición del Agua y Aspersión}

Oh Pedro amado, acercad la fuente. Bendito y alabado seas. Aguas cristalinas, que traidas sois del Río Jordán, limpiadas y desmanchadas han de ser y convertidas en Bálsamo de Sanidad; aquel que tomare de ellas Sano y Salvo ha de ser. Vuestro ramaje por caridad… bendito seas.

Entregando he de ser este rocío primeramente, a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual. Sea este rocío entregado, a vuestras Aguas, que convertidas sereis en Bálsamo de Sanidad. Sea este rocío a vuestras antorchas, que han de ser encendidas para el bien guiar y jamás para la oscuridad. Sea este rocío derramado a las lejanas y cercanas comarcas. Sea este rocío entregado a los campos y campesinos, donde ha de ser sembrado el sustento para toda tu Hermana Humanidad. Sea este rocío a los mares, lagos y ríos. Sea este rocío derramado a los caminos y caminantes, a las lejanas y cercanas comarcas, a las altas y bajas montañas. Sea este rocío a las cárceles y presidios donde se encuentran recluidos mis hijos con culpa y sin ella. Sea este rocío a todo ser viviente en el Haz Terrenal, a todo aquel que no tiene dónde cubrirse de la intemperie de los tiempos. Sea este rocío derramado, a todo ser viviente en el Haz de la Tierra. Sea este rocío derramado a todos vuestros amuletos y monedillas que multiplicadas serán en lo material. Sea este rocío a las estatuillas. Sea este rocío a todo lo que me haces presente. Sea este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. ¡Hecho ha sido, Pedro bendito!

Cúmplase mi Voluntad en todo momento y en todo instante, corazones de buena voluntad. Oh bendito Josué, que así mismo, lustro más para que seas saliendo adelante –mi bendito niño–, porque sumiso y obediente has sido, aún y cuando no acudes a la Casa de Oración; no es ese –corazón bendito– tu labor, porque aún cuando no te encuentras presente, labrando eres las tierras y trabajando eres en lo que te ha sido encomendado, porque no te quedas de brazos cruzados sino buscas la manera de así mismo traer la oveja descarriada hacia el Redil. Bendito eres en verdad, que Yo te entrego: Fuerza, Fortaleza, Sabiduría y Entendimiento, Paz y Tranquilidad a vuestro corazón… Toma y lleva, oh bendito niño.

Benditos sois, cada uno de mis hijos amados, que no olvidándome sois de vosotros, pero han de laborar conforme es mi Voluntad. No dormiten mis hijos benditos y no estar en el banquillo esperando y aguardando, sino levantar vuestra calza, y a la alerta han de ser, corazones de buena voluntad.

Mas yo os pregunto, ¿habéis quedado conformes? Benditos sean, que por vuestra confromidad, derramando sois de grande manera el Pan sin levadura, el Jergón y la Miel, tomad y llevad de la Uva, tomen y lleven mis hijos benditos, de las Monedillas que multiplicadas han de ser multiplicadas en lo material. Tomen y lleven mis hijos benditos, que nada hará falta en su hogar, ni en su mesar, porque esa no es mi Voluntad.

Tomad y llevad mis hijos benditos, de mi Bendición: + en el nombre que Sois el Padre + en el Nombre que Sois el Hijo + y en el Nombre que Sois la Luz Bendita del Espíritu Santo. Tomad y llevad de la Fuerza y la Fortaleza, de mi Luz y de mi Gracia, de la Sanidad, corazones de buena voluntad.

Mi Paz, sea con vosotros.

{canto: “Adiós oh Padre, todos nos vamos…”}