Cátedra de Comunicación Espiritual Divina de Nuestro Señor Jesucristo

Canalizado por: Hermana Concepción

Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad. Gloria a Dios en las Alturas y desciende mi Espíritu Limpio y Puro, de la Escala de Perfección hacía la de Jacob, y de ahí a vuestro propio entendimiento humano.

Bienvenidos sean los que vienen por primera, por segunda y por tercera vez, y los que aposentados son ya en este bendito Redil Sacrosanto. Pasad a tomar de vuestro banquillo, Humanidad entera; pasad a tomar de vuestro banquillo Congregación amada, y escuchar con atención mi Consoladora Parábola.

Bienvenidos sean los unos, y bienvenidos sean los otros, que Yo los voy recibiendo sin distinción alguna de raza, de credo, de color, porque todos sois mis hijos y a todos amo por igual, oh mis benditos y bien amados.

Reciban de la Luz,  de la Fuerza y de la Fortaleza, que tanto sois anhelando para seguir en su transitar, mis pequeños amados.

Más si te encuentras en esta alba bendita llena de Gracia, alba primicia del mes de abril, del año del Hombre 2022, en la cual me Aposento en el Espíritu y en Verdad con todos y cada uno de vosotros. Más si tú puedes estar presente en este Recinto, Bendito privilegiado eres en verdad mis hijos benditos y bienamados: porque has de recibír a Manos Llenas mis pequeños, porque he de apartarte la tristeza y el dolor, he de apartar la desolación mis pequeños benditos y bienamados, y dejar postrado en cada uno de vosotros mi Luz y mi Gracia, mi Fuerza y mi Fortaleza, ¡o Humanidad entera!

¿Qué pueden esperar de tu Jesús bendito, mis pequeños amados? Si he aquí que todo he de entregarte a Manos Llenas, mis pequeños benditos. Más Asimismo, os dice vuestro Jesús, en sumisión y en obediencia has de ser, mis pequeños bendito y bienamados.

Oh Congregación Amada y Bendita que presente eres en verdad, os dice vuestro Jesús: Prepárate en Verdad, mis hijos benditos; llénate de mi Luz, y sé en sumisión y en obediencia, porque así mismo no has sido obligado a seguir a tu Jesús Amado; pero he contemplado con tristeza como en saquillo roto vas postrando todo cuanto he entregado, todo cuanto has poseído de Mí, mis pequeños benditos. ¿Dónde se encuentra todo aquello que has recibido de tu Jesús Bendito, oh Congregación amada? 

Mas a sí mismo, vas haciendo del oído sordo, porque falto de Cumplimiento eres, como ayer lo dijera aquel del Pastor Venerable: estás para cumplir a tu Jesús Bendito, el Mandato Divino que te sea otorgado has de cumplirlo al pie de la letra. No vienes a cumplir con la Humanidad entera, sino conmigo mismo, mis benidtos hijos

Mas así mismo, Pueblo amado de Israel, que Yo te recibo de grande manera y limpio y desmancho vuestra envoltura amada Has recibido a Manos Llenas de mis Grandezas y Maravillas, porque no ha faltado para vosotros el pan de cada día, no ha faltado el techo donde cubrirte de la intemperie de los tiempos, no ha faltado el cobijo, mis pequeños bendito y bienamados.

Si bien, has sido tocado por aquella mano pecadora que ha querido dañarte -mis hijos benditos y bienamados-, mas más valiere no haberte tocado ni un solo cabello, mis pequeños benditos, porque asimismo recibirán lo que es grato a mi Pupila Bendita. Más Asimismo, no temas y no desfallezcan, corazones de buena voluntad.

Más no sacien sus ansias de pedir, por que Yo os concederé esa sanidad que tanto anhelas; apartaré todo espino, y todo pedrusco que hay un sus senderos, para que sean trabulando de grande manera a mi Solio Bendito, mis pequeños benditos y bienamados.

Mas no desistan de orar por todos y cada uno de vosotros. Contemplad que albas fuertes se vienen,  corazones de buena voluntad. Más vuestras pupilas ya han contemplado como en desolación pueden encontrarse aquellas lejanías; como en desolación pueden encontrarse aquellos de mis pequeños, aquellas de mis comarcas, en tristeza, en dolor, pasando hambre… y vosotros mis pequeños benditos, que poseen todo cuanto os he dado, sois haciendo el oído sordo al Mandato Divino, porque no sois postrándose un instante, inclinando vuestro frontal y orando por la multitud entera. ¿Qué esperas, mis hijos benditos, a que seas tocado uno de los tuyos para elevar tu plegaria? ¿Qué esperas, que se ha tocado la Tierra que pisas para que seas elevando vuestra plegaria?. No quiero contemplar el mesar de los cabellos, y el rechinar de dientes -oh Humanidad entera-, cuando llegado sea el momento en qué se ha tocado la Perla mexicana, mis pequeños benditos, no quiero verte correr de un lado hacia otro sin encontrar la salida. No quiero verte gemir y llorar, seca de tus pupilas, seca de tus lágrimas Oh Humanidad entera, porque no contemplaré el derramado de tus lágrimas.

Sé en este instante y en este momento orando por toda tu hermana Humanidad; orando por vosotros mismos. Más no llores, por aquel que trabula a mi Solio Bendito, porque no le permites el descanso eterno, porque así mismo -corazones de buena voluntad- aquel que trabula a mi Solio… Oh Luzbella, no seas tocando a ninguna de estas envolturas: prevalece en tu banquillo, con sumisión y con obediencia… No temas, no serás expulsado de la Casa de Oración como lo hice en algún momento de mi Alto Reino. Pero prevalecen tu banquiilo y en silencio… No temed corazones de buena voluntad, no temed.

Más Asimismo, corazones de buena voluntad, salir adelante cada uno de vosotros por vuestras plegarias,  mis hijos benditos y bienamados, porque contempla aquellos que trabulando sois, estáis mejor que vosotros mismos, porque aquellos que han tabulado no sienten tristeza, no sienten dolor, regocijándose sois cuando llegan hasta Mí Solio Bendito; sois en un largo transitar y encuentran penumbras y pedruscos. Pero cuando llegan a mi Luz, todo es júbilo y alegrías, mis pequeños benditos.

Mas vosotros pedir y orar por vosotros mismos, por los quienes se quedan en este Haz Terrenal, que son los que han de padecer las tristezas, las lujurias, las avaricias, y los egoísmos de vuestra hermana humanidad. Van a salir adelante con mi Bendición, que otorgo en todo momento y que entrego a cada instante -mis pequeños benditos y bienamados-.

Prepara vuestra envoltura, para la labranza tanto espiritual como material -mis pequeños bendito- porque has de labrar la Tierra que has sembrado y quiero que seas cosechando semilla buena, llena de vida, y no semilla vana que ha de ir arrojada a la basura, mis pequeños benditos y bienamados. Porque en albas venideras pediré cuentas claras y precisas a todos y cada uno de vosotros, ¿y que has de entregarme, un puñado vacío mis pequeños benditos? Porque he de contemplar vuestras palmas vanas, por qué no traes nada que entregarme y nada que hacerme presente, mis pequeños benditos.

¿Me vas a hacer presente tu tristeza y tu dolor? Yo ya la he contemplado, y sano y salvo serás porque esa es mi Voluntad. ¿Me vienes a hacer presente tu falta de denario?, te lo he entregado conforme lo vas necesitando, mis pequeños benditos. ¿Me vienes a hacer presente tu labor material?, tú mismo has cerrado esas portezuelas que yo he abierto de par en par para vosotros, por tu renegar mis pequeños benditos, y por pensar que mereces más. ¿Mis pequeños amados en verdad, Yo te pregunto: mereces más de lo que tienes, corazón es de buena voluntad? Si a cada uno de vosotros voy otorgando cuanto merecen por los méritos que habéis hecho, por su transitar, por sus plegarias, y por su comportamiento  mis pequeños benditos. No me recrimines a Mí -mis pequeños benditos- recrimínate a ti mismo, corazones de buena voluntad, porque vas cosechando todo cuanto has sembrado en el transitar de tu camino, mis pequeños benditos.

Si has sido tocado por aquella mano pecadora, no temas, porque Yo he de tranquilizar esos corazones llenos de egoísmo y de vanidad, y te he de entregar sano y salvo vuestro espíritu y vuestra envoltura, corazones amados.

Más prepárate, os dice vuestro Jesús Bendito para lo que ha de venir, prepárate para lo que ha de acontecer, y prepárate para seguir laborando la Tierra que te he entregado mis pequeños benditos. Preparación quiero ver en todos y en cada uno de vosotros, no esperéis y aguardáis en el banquillo, en el letargo -mis pequeños benditos- al alerta a la alerta, os lo dice vuestro Padre.

En estas albas que se acercan, que has de recordar cuando fui crucificado en aquella cruz, cuando fueron clavadas mis palmas y mis calzas, para entregarte a ti la Salvación, mis pequeños benditos. He de venir nuevamente en Espíritu y en Verdad, y nuevamente me negarás como lo hiciste en aquellas albas mis pequeños benditos. Más asimismo, nuevamente te he de entregar el perdón, corazones de buena voluntad, porque sois tu Maestro, porque sois tu Padre, porque sois tu Amigo, mis hijos benditos y bienamados. Y si estoy aquí entre vosotros es porque quiero que seas en Bondad y en Amor, porque tu Pueblo se ha corrompido -mis pequeños benditos- porque sois unos atacando a los otros, porque sois arrebatando vidas inocentes, porque sois arrojando el pedrusco cuando tú no eres libre de pecado, cuando sois levantando la voz y no vas contemplando tus propios errores; porque eres juzgando y mal mirando a tu semejante y hermano, sin observar tu propia envoltura, tu propia semblanza, mis hijos benditos y bien amados. 

Mas no sois El Padre que castigo, no sois El Maestro que sella sus labios y no enseña a su amigo, porque sois entregando a Manos Llenas a los unos y a los otros, y heme aquí ante vosotros, mis pequeños benditos, para entregarte el Sano y el Buen Consejo, para hacer oír tu corazón y el palpitar lo escucho mis pequeños benditos. Mas aquel que es cerrando de su corazón, más le valiere no abrir sus labios, porque no será escuchado, porque Yo he de contemplar el palpitar de vuestro corazón, mas no de gargantilla hacia afuera, mis pequeños amados.

Escucha y analiza, lo que os viene diciendo vuestro Jesús, más no te entre por un oído y salga por el otro, corazones benditos y bienamados, como lo has venido haciendo, en todo el transitar de tu camino, Oh  mis pequeños  bendito y bienamados.

¿Qué puedo esperar de tI? Pedro Amado.

Bendito y alabado seas varón. Te limpio y desmancho desde tu crisma y hasta tu calza: te lleno de mi Luz, te entrego Sabiduría y Entendimiento, para que puedas sacar adelante a los tuyos, a tu Pueblo Bendito de Israel, y aquellos que llevan vuestra sangre. Levanta vuestra calza varón bendito, y sigue a tu Maestro.

Bendito y alabado sean, todos y cada uno de mis hijos, llevad estas albas benditas con Paz y con Tranquilidad, mis hijos amados. No se llenen de aquellos vicios, más no se llenen de la obscuridad y la penumbra: ¡llénense de mi Luz, de mi Paz y de mi Tranquilidad! Lleven ese luto en vuestro corazón, y con ello no quiero decir que prevalezcan estáticos, mis pequeños benditos; con elevar una plegaria por toda tu Hermana Humanidad, Yo estaré llenándome de regocijo, mujeres y varones de buena voluntad.

Mas Asimismo no teman jamás, de la Luz y de la Gracia Divina. No teman jamás de la Paz y la Tranquilidad que pueda acontecer en el Haz Terrenal, porque así mismo será de gran dolor y de gran tristeza por instantes, todo el Haz Terrenal, mis pequeños benditos. Pero aquel que me ame, en verdad, aquel que tenga la Fe viva en tú Jesús, bendito, no prevalecerán, no sufrirán, y no os llevará a dolor alguno, mis pequeños benditos.

Tómense de mi Mano en todo momento, y en todo instante, y sean uno mismo viendo el uno por el otro. Porque mirar y contemplar, que ya hay corazones tan duros como la roca que no sienten el dolor y la tristeza ajena, porque todos sois preocupándose por sí mismos. Pero aún al ver por sí mismos, no hay ese amor para vosotros mismos, mis pequeños benditos. Hay dureza en sus corazones, hay egoísmos y vanidades, hay intranquilidad y no es grato a mi Pupila, mis pequeños amados.

Dénse un abrazo fraternal, entréguense el Sano y el buen Consejo, no juzguen sin conocer el por qué su actuar de una u otra manera. Tómenle de su hombro y entreguen esa Paz que tanto necesita, aquel de su semejante y hermano.

Hacerme presente de vuestras aguas, oh Pedro bendito.

Bendito y alabado seas. Aguas cristalinas que traídas sois del río Jordán, las limpio y las desmancho y aparto todo cuanto no os pertenece. Sano y Salvo será que el que bebiere de ellas, porque derramando una gota de mi Preciosa Sangre cual Bálsamo de Sanidad. Hacerme presente tu botón. Bendito seas.

He de derramar, este Rocío de grande manera, primeramente a vuestra Escala, Símbolo de la Hermandad Espiritual: Derramado será este rocío a vuestras aguas que convertidas serán en Bálsamo de Sanidad, a vuestras antorchas que serán iluminando vuestro sendero. Sea este rocío a vuestros amuletos y a todo cuanto haces presente. Sea derramado este rocío a las cercanas y lejanas comarcas, a aquellos que se encuentran en desolación, a las altas y bajas montañas, a los mares, lagos y ríos. Se aderramado este rocío a las cárceles y presidios, donde se encuentran recluidos de mis hijos con culpa y sin ella. Se aderramado este rocío a los campos y campesinos, que dará el sustento a toda la humanidad entera. Sea derramado este rocío de grande manera, a todo ser viviente en el Haz Terrenal. Sea este rocío derramado a aquellas comarcas que en desgracia pueden encontrarse. Sea derramado este rocío de grande manera a vuestros Pedestales benditos. Sea este rocío a vuestros hogares y a quienes habéis dejado en ellos. ¡Hecho ha sido, oh Pedro Amado!

Yo os pregunto, ¿qué desean de Mí, mis pequeños benditos, que no les haya otorgado aún? Benditos sean, aquellos que sellan de vuestros labios.

Más dejad que la niñez se acerque a vuestro Jesús, porque he de entregar de grande manera: por uno que reciba, recibirán todos los demás. Bendito y alabada seas, pequeña amada. Yo les recibo de grande manera, les limpio y les desmancho.

Y todo cuanto posees: ese dolor, esa tristeza, ese cansancio, he de apartarle al instante. No temas, por tus pequeños corazón, mientras tú eleves la Plegaria sanos y salvos eres; mas más atenta has de estar a ellos, corazón, porque contemplo cómo sois por instantes en el abandono y ellos refugiándose sois donde contemplan que hay regazo fraternal, corazón bendito.

Más esa inocencia la contemplo con ese dolor, mas es una infección que se transmitió por negligencia vuestro, porque no has otorgado la debida atención, corazón. Mas no temas, corazón, que saliendo adelante porque no es mi Voluntad aún, que ninguno de tus pequeños trabulando sean. Yo les he de entregar la Fuerza y la Fortaleza a todos y cada uno de ellos, más no olvides jamás qué cuentas claras y precisas me has de entregar de cada una de tus semillas, corazón bendito; mas no sólo tú, sino también aquel varón, corazón amado. Más la Luz y la Gracia, la Fuerza y la Fortaleza, la Sabiduría y el Entendimiento sean para todos y cada uno de ellos, y por medio de ellos reciban todos a su alrededor, que se encuentren al lado de ellos, sean de su sangre o no lo sean.

Cúmplase así mi Voluntad en todo momento y en todo instante. Levanten su calza, corazones de buena voluntad y sigan a su Maestro. Hecho ha sido.

Mujeres benditas y bien amadas, Yo les entrego a Manos llenas Fuerza y Fortaleza, porque vosotros sois pilares en vuestro hogar. Tomen y lleven, mis hijas benditas, nada faltará en vuestro hogar porque no es esa mi Voluntad, y saliendo adelante seréis con aquellos enemigos que Yo iré apartando poco a poco; y saliendo adelante con sus Dolores, con sus tristezas y sus sinsabores. Tomen y lleven mis pequeñas amadas.

Varones benditos: Yo les entrego la Fuerza y la Fortaleza, para que sean saliendo adelante y sacando adelante aquellos que dependen de vosotros. No duden jamás de la Luz de su Jesús Bendito, porque sois entre vosotros en todo momento y en todo instante, alentándonos a seguir de las arduas trabajos que os así llega para vosotros, seré su sustento, seré -corazones benditos- como aquel Báculo que ha de sostenerles y entregarles la Fuerza y la Fortaleza varones de buena voluntad. Tomar y llevar pequeños hijos.

Yo os pregunto: ¿habéis quedado conformes? Benditos sean. Que por vuestra conformidad Yo entrego a Manos Llenas: tomar y llevar del Pan sin levadura, de la Miel, de la Uva ,del Jergón. Tomen y lleven mis hijos benditos, estas Monedillas que multiplicadas serán en lo material. Tomad y llevad -mis pequeños amados- las Llavecitas del Trabajo, no faltará nada en su hogar porque no es esa mi Voluntad. Yo les entrego a Manos Llenas de mi Luz, de mi Fuerza y de mi Fortaleza. Más tomar y llevar el Ropaje Engalanado, mis pequeños benditos, y ese ropaje engalanado lo quiero contemplar en el lustro en el cuál ha de venerarse esta Casa de Oración, mis pequeños benditos. Tomar y llevar mis pequeños amados.

Yo les entrego de mi Bendición: en el Nombre del Padre + en el Nombre del Hijo y en el Nombre de la Luz Bendita del Espíritu Santo.

Mi Paz sea con vosotros, que no les digo el adiós, porque pronto estaré rodeado de mis Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines, alegrando este Recinto Bendito. Trabulando sois con Luzbella, para que no sea molestadoos por ellos.

Quédense de mi Luz, y mi Paz quede con vosotros.

Mi Paz sea con todos y cada uno de vosotros.

(Canto: “Adios oh Padre…”)